La cuenta regresiva para el inicio de la Copa América sigue su curso, y mientras busca la puesta a punto de su plantel de cara al debut frente a Bolivia, el entrenador de la Selección Argentina, Sergio Batista, señaló ayer la importancia de algunos pilares en su lista, como es el caso de Carlos Tevez. “Es un jugador clave para el equipo. Por sus condiciones, es un futbolista fundamental”, aseguró el entrenador, que hace pocas semanas no tenía en cuenta al delantero del Manchester City en la convocatoria.

Pero aquellas declaraciones hoy parecen anacrónicas, y Tevez encuentra lugar en el planteo que prioriza el técnico, que ayer afirmó que puede jugar junto a Lionel Messi. “Ya contra España jugaron juntos. Hay que dejar en claro que uno busca los mejores, y ellos están seguro. Necesitamos seguir ensayando variantes como para confirmar el equipo original”, puntualizó.

No fue la única sorpresa de la charla en Ezeiza: también planteó, como posibilidad para el choque frente a Albania, darle la chance a Martín Palermo para retirarse de la Selección. “Lo respeto mucho como jugador y como persona. Es una lástima cuando un futbolista de esta naturaleza se retira. Estamos analizando que juegue al menos 45 minutos para retirarse de la mejor manera también en la Selección.”

Batista anunció que aún no tiene definido a quién sacará de la nómina para que quede definido el plantel. “Los 26 futbolistas están con chances de estar en la lista definitiva. Todavía no decidí nada y hay tiempo como para seguir viéndolos”, sostuvo. Para observarlos, el entrenador tendrá la chance de disponer del último compromiso previo a la Copa América, cuando reciba a Albania el próximo lunes en el Monumental. “Vamos a tomar ese partido con total seriedad. Es verdad que hay que tener los cuidados necesarios, pero debemos respetar al rival, y probar el esquema para que se afine su rendimiento de cara al debut”, comentó.

La idea que buscará Batista con ese amistoso será poner a prueba el estilo de juego que intentará desplegar en el certamen que comienza el 1º de julio. “La presión va a existir porque la Copa América se juega en el país. Hay que mentalizar al equipo para que sea paciente. Estamos acostumbrados a mucho vértigo, a pura velocidad, pero nosotros tenemos que ser pausados, con control de la pelota, asegurando el balón, que no quiere decir que seamos lentos. Hay que hacerle entender a los jugadores y al público que el partido dura 90 minutos y no cuatro”, enfatizó.

Así, el entrenador pone en consideración su sistema. “El 4-3-3 es nuestra identidad. Hay que mantener un estilo. La idea es no cambiar: se pueden buscar variantes e intercambiar piezas, pero la intención es seguir el juego de la misma manera, que no nos importe cómo juegue el rival”, remarcó. Y agregó: “La clave es que nosotros sepamos cómo juega Argentina”.

En ese sentido, la preponderancia de Batista está puesta en Messi, eje del esquema que el entrenador desea desplegar. “Va a demostrar por qué es el mejor del mundo. Tiene la facilidad para moverse en distintos lados dentro del rombo futbolístico que se puede llegar a generar: ser extremo, tirarse atrás y asociarse sin ningún problema”, consideró. Allí, una alternativa para combinar está en la presencia de Javier Pastore. “Es una posibilidad que brinda desequilibrio en todo momento y se conoce muy bien con Messi”, apuntó Batista.