Domingo, 19 de junio de 2011 | Hoy
DEPORTES › INDEPENDIENTE GOLEO 5-1 A HURACAN, QUE ZAFO DEL DESCENSO POR MILAGRO
La paliza sufrida en Avellaneda quedó en un segundo plano después de que Cellay anotara el empate de Boca en La Plata y le diera así una mano al equipo de Parque Patricios. Mohamed festejó los goles del Rojo, agarrándose la cabeza.
Parecía todo perdido para Huracán, que había sido goleado por Independiente 5-1 en Avellaneda. Pero cuando la mayoría de sus hinchas se iban llorando del Estadio Libertadores de América, llegó el milagro a 50 kilómetros de donde estaban. En el Bosque platense, cuando restaban 9 segundos, Cristian Cellay le dio el empate a Boca ante Gimnasia y permitió que Huracán llegara al menos a un desempate con el equipo platense, en el que estará en juego quién desciende y quién enfrenta a San Martín de San Juan por la Promoción.
Las especulaciones quedaron rápidamente al margen. Antonio Mohamed, técnico de Independiente, cumplió con su equipo y su profesión. Y seguramente también sufrió por su querido Huracán. Hasta llegó a agarrarse la cabeza en el tercer gol.
El equipo de Avellaneda fue claramente superior desde el primer minuto y hasta se podría decir que le “hizo precio” a Huracán, ya que debió ganar por mayor diferencia. Facundo Parra y Andrés Silvera, en la primera parte, y Patricio Rodríguez, en dos oportunidades, y Leonel Núñez en el complemento, sentenciaron la goleada. Para el conjunto de Parque Patricios descontó Javier Cámpora, de penal, quien antes había desviado otro. Además, fue expulsado el arquero Gastón Monzón, que no podrá jugar el desempate ante Gimnasia.
La visita salió a buscar el partido, impulsado por la necesidad, pero no tuvo claridad de tres cuartos de cancha hacia adelante y quedó muy desprotegido en el fondo. E Independiente no lo perdonó, dando por tierra todos los argumentos que habían aparecido durante las últimas semanas. El Rojo capitalizó los nervios de los jugadores rivales y en los 45 minutos iniciales sacó una ventaja decisiva.
Sobre los 15, Cristian Pellerano habilitó por derecha a Parra, quien le ganó la espalda a Kevin Cura sin ningún tipo de problemas y definió con un disparo bajo y cruzado ante la salida de Monzón. Y a los 31 Independiente sentenció la suerte del Globo: Iván Vélez recibió de Patricio Rodríguez muy libre, eludió a Monzón, quien le cometió infracción dentro del área, pero la pelota le quedó servida a Silvera, quien sólo tuvo que empujarla a la red. Si los hinchas de Huracán tenían alguna ilusión, Rodríguez se encargó de aniquilarla a los 5 minutos de la segunda parte, y la remataron a los 26 del mismo segmento, y Núñez sobre la hora.
El gol de Cámpora de penal sirvió de poco. Todo parecía perdido. A Huracán sólo le quedaba rezar para que Boca le igualara a Gimnasia en el Bosque en los 45 minutos finales, para así llegar a un desempate. Y ese gol xeneize llegó cuando ya nadie lo esperaba. Todavía hay vida para Huracán, y sus hinchas lo festejan. Les quedan tres finales para mantener la categoría, el desafío no es fácil pero al menos la esperanza sigue latiendo.
“Este es un momento muy duro para Huracán. Hubo ocho minutos en los que estábamos descendidos, pero nos dieron una vida más y ahora tenemos que aprovecharla”, manifestó Roberto Pompei, tras la goleada.
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