Lejos de las especulaciones, Boca salió a jugar en Salta por la Copa Argentina con el equipo que el entrenador Julio César Falcioni imagina para el debut en la Copa Libertadores, con el ingreso de Blandi por el uruguayo Silva. Y el marco no podía ser mejor, un estadio repleto de hinchas xeneizes y unos 400 hinchas de Santamarina, testigos de una jornada inolvidable. Hubo fiesta en las tribunas, fuegos artificiales y banderas en apoyo a Riquelme, a quien un grupo de hinchas le agradecía su condición de jugador e hincha del club. El partido terminó 1-1 y fue a definición por penales, en la que Boca se impuso por 4-3.

Santamarina prometió fuego en el arranque, porque a menos de un minuto del inicio del partido, tuvo su primera chance de gol: desborde de Ermini a espaldas de Clemente y centro a la puerta del área chica donde no llegó a conectar bien Michel. Los tandilenses estaban bien despiertos y no parecían tenerle miedo. A los 4 minutos Michel se perdió el segundo frente a Orion y casi inmediatamente, Schiavi despejó de cabeza sobre la línea.

Boca tardó más o menos un cuarto de hora para hacer pie en la cancha y comenzar a manejar la pelota. Pero le costaba legar con claridad al arco rival y probaba sorprender con remates desde afuera. Recién cuando apareció Riquelme, que de tanto en tanto se escapaba de la marca pegajosa de Acosta, el equipo de Falcioni mejoró su producción.

El “dale Boca, dale dale Boca” bajaba constante de las tribunas, pero Boca no encontraba descarga por los costados y no generaba peligro. Y pagó un precio caro por ello. Porque en el minuto de descuento de la primera parte, y cuando Santamarina parecía estar muy lejos de lo que había mostrado en el arranque, Zárate colocó un centro en el corazón del área donde Michel le ganó en la altura a Schiavi y de cabeza puso el 1-0.

Hubo charla en el vestuario y Boca salió a jugar la segunda parte con otra determinación. Casi lo empata al minuto, con un remate de Erviti apenas desviado. Con esa actitud, los dirigidos por Falcioni asediaron el arco de Bertoya, pero les seguía faltando precisión en los últimos metros, como lo demostró Riquelme, a los 59, cuando con el arco más o menos despejado remató a la nubes. Pero a los 63, en jugada de tiro libre ejecutada por Riquelme, Roncaglia cabeceó sin marca y puso el trámite 1-1. Después, ayudado por el ingreso de Chávez, Boca siguió jugando cerca del arco rival, acumulando oportunidades de gol ante un equipo que intentaba defenderse lejos de su área pero era obligado a retroceder constantemente. Sobre el final del partido, Bertoya le quitó la victoria del buche a Boca, tapándole un remate de gol a Blandi, que volvió a desperdiciar otra chance en el descuento, y otro buen disparo a Chávez. Hasta que Delfino pitó el final y el encuentro fue a la definición por penales, que se llevó Boca. En el partido previo, con gol de Julio Mozzo, de penal, Central derrotó por 1-0 a Brown de Puerto Madryn y también avanzó a los 16avos. de final.

1- BOCA (4)

Orion; Roncaglia, Schiavi, Insaurralde, Rodríguez; Rivero, Somoza, Erviti; Riquelme; Cvitanich, Blandi.

DT: Julio César Falcioni.

1- SANTAMARINA (3)

Bertoya; Vega, Celaya, L.González, Ocaño; Gáspari, Acosta, Gottardi; C.Zárate; Michel, Ermini.

DT: Rubén Forestello.

Estadio: Padre Martearena (Salta).

Arbitro: Germán Delfino.

Goles: 45m Michel (S); 63m Roncaglia (B).

Cambios: 60m Chávez por Rivero (B), 76m Otal por Michel (S), 81m Ledesma por Erviti (B), 84m Mouche por Cvitanich (B), 90m Agudiar por Ermini (S).