Domingo, 5 de febrero de 2012 | Hoy
DEPORTES › MARTíN PALERMO TUVO SU MERECIDO HOMENAJE EN LA BOMBONERA
El máximo goleador de Boca se despidió con amigos y ex compañeros. Jugó un rato para cada lado, hizo un gol y terminó el partido en el arco, sin poder impedir que su hijo Ryduan le convirtiera un penal. “Fue mucho más de lo que me hubiera imaginado”, remarcó.
Martín Palermo tuvo su merecido homenaje. El máximo goleador de la historia de Boca se despidió del fútbol en una Bombonera repleta, rodeado de amigos y ex compañeros, en un partido simbólico que terminó cuando su hijo Ryduan le convirtió el penal que le dio el triunfo 3-2 al equipo blanco. La celebración contó con la presencia de Carlos Bianchi, Carlos Tevez y Juan Martín del Potro, que se dio el gusto de jugar unos minutos y de demostrar muy buenas cualidades futbolísticas. En su última imagen sobre el césped, Palermo terminó su discurso con un homenaje a Gustavo Cerati: “Como diría mi amigo Gustavo Cerati, gracias totales”.
La fiesta arrancó desde muy temprano, con los hinchas de Boca copando la cancha para despedir a su ídolo. Tras expresar su emoción por el acontecimiento, por la pantalla gigante de la Bombonera mostraron un video compaginado con los hitos del goleador a lo largo de su carrera, desde su infancia en La Plata, pasando por el gol a River tras su regreso luego de la operación de ligamentos cruzados de su rodilla, hasta el gol a Perú en las Eliminatorias que significó un gran paso para la clasificación para Sudáfrica 2012. “Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir, los goles de Palermo que ya van a venir”, cantaba la gente, con plena conciencia de que ya no se iban a repetir los goles de su ídolo. Además, en la cabecera donde habitualmente se ubica la barra brava, flameaba una bandera con su imagen, que decía “mi único héroe”, lo que inmediatamente llevó a pensar en Juan Román Riquelme, el gran ausente de la fiesta.
Tras la primera tanda de fuegos artificiales y el regalo de un reloj de parte del presidente de Boca, Daniel Angelici, fue el turno del encuentro. De entrada, Palermo jugó para el equipo blanco, en su mayoría integrado por sus ex compañeros de la primera etapa en el club, como los colombianos Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Mauricio Serna, los mellizos Gustavo y Guillermo Barros Schelotto y Diego Cagna, entre otros, dirigidos por Bianchi. Del otro lado estaban “Los amigos de Martín”, entre los que se destacaban los hermanos Rubén y Diego Capria, Roberto Ayala, Alberto Acosta y el arquero Carlos Bossio.
Luego de tener varias ocasiones y no poder convertir su gol, finalmente llegó el momento más esperado de la noche. Ante la pasividad de los defensores amigos, Palermo recibió de Barros Schelotto y definió por un costado del estático Bossio. “Tenerlo a Guillermo me hizo acordar viejos tiempos”, resaltó luego. Tras cambiar de equipo, el homenaje se fue terminando cuando pasó a jugar en una delantera, junto a su hijo Ryduan y Abbondanzieri. “Esto supera toda expectativa que podía llegar a imaginarme en este partido”, señaló a manera de despedida, aunque prometió volver pronto como entrenador.
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