Juan Martín Del Potro, el número uno del tenis argentino, ratificó su excelente momento al clasificarse ayer para las semifinales del Masters 1000 de Madrid, después de vencer 6-3, 6-4 al ucraniano Alexandr Dolgopolov, luego de una hora y 23 minutos de juego. Del Potro, undécimo en el ranking mundial de la ATP y campeón el domingo último en Estoril, jugó en un altísimo nivel y logró superar por tercera vez en su carrera a Dolgopolov (20), un tenista al que ya había vencido el año pasado en Indian Wells y en febrero último en Dubai. El tandilense irá hoy en busca de la final, desde las 10.30 con transmisión de ESPN, ante el checo Tomas Berdych, número siete del mundo, que superó 6-1, 6-2 al español Fernando Verdasco. Este será un anticipo de lo que sucederá en septiembre por la semifinal de la Copa Davis, en Villa Soldati.

La sorpresa de ayer fue la derrota del número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, que perdió 7-6 (2), 6-3 ante su compatriota Janko Tipsarevic (8º). Este último jugará hoy en el segundo turno ante el suizo Roger Federer (3º), que le ganó 6-4, 6-4 al español David Ferrer (5º).

Del Potro había vencido en las rondas previas de este certamen, que se juega sobre un particular “polvo de ladrillo azul”, al alemán Florian Mayer (24º), al ruso Mikhail Youzhny (34º) y al croata Marin Cilic (22º), y ayer estiró a diez su racha de victorias consecutivas. A las cuatro conseguidas en Madrid se sumaron las cuatro de Estoril y las dos en los singles ante Croacia, en la serie de cuartos de final de Copa Davis que Argentina ganó 4-1 el mes pasado en Buenos Aires.

El tandilense se llevó el primer set ante el ucraniano por 6-3 en apenas 44 minutos, a partir de un juego sólido, sustentado en tres puntos clave: potencia, buenos golpes desde el fondo y gran saque. Del Potro, campeón este año también en Marsella, jugó con mucha tranquilidad y quebró al ucraniano para adelantarse 3-1, después utilizó bien la derecha y también el revés paralelo y dominó con comodidad ante un rival con buena mano pero que abusó de los drops.

Si bien Dolgopolov recuperó el quiebre en el séptimo game (3-4), el tandilense no se inquietó y en el juego siguiente se apoderó de nuevo del saque de su rival, para luego cerrar por 6-3.

En el segundo parcial, Dolgopolov sacó bien abierto y mejoró su precisión con la derecha, algo que le permitió emparejar el partido, siempre fiel a su estilo contragolpeador, ante un argentino que proponía otra cosa. En ese duelo de juegos diferentes, sacó ventaja Del Potro con otro quiebre que le permitió adelantarse 3-2 y luego manejarse cómodo, con la tranquilidad que siempre le otorga tener a disposición un saque demoledor. Del Potro trabajó sobre el revés del ucraniano y definió con su derecha para llevarse el set por 6-4 y consumar una victoria que le permitirá, desde el lunes próximo, retornar al top ten del ranking mundial, ya que de acuerdo con los puntos que sumó ayer estaría escalando hasta la octava posición.

Después de la victoria, a Del Potro le preguntaron sobre la polémica que generó el color del polvo de ladrillo. “Trato de no enterarme mucho de estas cosas. Sé que hay reuniones, idas y vueltas y yo prefiero centrarme en jugar que es mi trabajo. Este año las condiciones son así, pero yo me centro en mi trabajo que es jugar. Lo intento hacer lo mejor posible y los que tengan otro trabajo, en los despachos, lo hagan lo mejor que puedan”, dijo el ganador. Y agregó: “Las condiciones son complicadas para los jugadores. El control del partido es difícil y es complicado sentirse a gusto en la superficie. Pero son las mismas condiciones para todos”, subrayó.