Tigre buscará hoy enriquecer su historia, al tratar de obtener su primer título internacional. En este caso, el trofeo deseado será la Copa Sudamericana, por el cual enfrentará a San Pablo de Brasil, en el mítico estadio Morumbí. En el partido de ida jugado la semana anterior, ambos equipos igualaron sin goles en la cancha de Boca. Como es el encuentro decisivo, en caso de otro empate con goles, los convertidos por Tigre no sumarán como doble y habrá definición desde el punto del penal.

El objetivo de Tigre no será sencillo, debido a que disputará una final en una cancha con capacidad para 66 mil espectadores, de los que apenas un poco más de un millar lo estará alentando. Además, se la juega ante un grande de Sudamérica que ostenta diez títulos internacionales, ya que fue campeón de América (tres veces), campeón del mundo (tres) y ganador de una Supercopa, una Recopa, una Conmebol y una Copa Master Conmebol.

Esta es la gran apuesta de Tigre, luego de un pobre nivel en el finalizado torneo Inicial (con dos partidos pendientes, a jugarse en 2013, ante Independiente y Quilmes), con un promedio que bajó por la mala campaña y con la preocupación de tener que sumar puntos en el torneo Final, mientras debe jugar al mismo tiempo la Copa Libertadores.

En tanto, el conjunto paulista finalizó cuarto en el torneo Brasileirao y clasificó a la Copa Libertadores, pero a 11 unidades del campeón Fluminense, por lo cual ganar esta Copa Sudamericana, por primera vez en su historia, sería un buen cierre del año. El potencial del equipo local es enorme y está encabezado por Lucas, un delantero de 20 años que ya fue vendido en 50 millones de dólares al París Saint Germain francés; a él se suman Rogerio Ceni, el arquero más goleador de la historia con 106 tantos en su carrera, y Rafael Toloi, un central con notable juego aéreo.

Pero el equipo sufrirá la ausencia del experimentado goleador Luis Fabiano, expulsado en la ida junto a Alejandro Donatti y por quien podría entrar el punta Ademilson o el volante ofensivo Cícero.

Tigre opondrá su presión constante para complicar el armado de juego paulista y buscar luego a Rubén Botta, su jugador más desequilibrante, o aprovechar el juego aéreo con la altura de Mariano Echeverría y Norberto Paparatto. La única duda del técnico Néstor Gorosito es quien reemplazará a Donatti en la defensa, y para el puesto hay dos candidatos: Javier Malagueño o Erick Godoy. El resto sería el mismo equipo que jugó el partido de ida. Al sueño de Tigre le falta un solo paso, el último antes de llegar a la gloria.