Sábado, 23 de agosto de 2008 | Hoy
DEPORTES › NIGERIA, ESTA VEZ, VíCTIMA
La Selección Argentina perdió la final olímpica de 1996 en Atlanta ante Nigeria, el mismo rival de anoche y en una situación similar, y no ha vuelto a caer derrotada en unos Juegos hasta ahora. Los nigerianos probaron la misma medicina, 12 años después.
Aquel mal trago albiceleste, con un tanto en el minuto 90 tras un error defensivo que convirtió al puntero Emanuel Amunike en el héroe del fútbol de su país, dejó una marca profunda en el ciclo del entonces entrenador Daniel Passarella.
En aquel torneo el fútbol argentino demostró por primera vez en casi siete décadas su interés en los torneos olímpicos, tras obtener una medalla de plata en Amsterdam 1928, al perder la final con Uruguay.
Passarella llevó a Atlanta –más precisamente a Athens, ciudad sede de la Universidad de Georgia y donde se disputaron los principales partidos de fútbol de aquellos Juegos– un equipo como para luchar por un título en un Mundial.
Hernán Crespo, Claudio “Piojo” López, Roberto Fabián Ayala, Javier Zanetti, Ariel Ortega, Diego Simeone y Marcelo Gallardo, entre otros, formaron parte de aquel plantel y algunos de ellos, como Zanetti o Crespo, son todavía jugadores del equipo que busca la clasificación para el Mundial de Sudáfrica 2010.
Sobre el final del partido disputado el 3 de agosto de aquel año en el Sanford Stadium ante 86.000 espectadores, el marcador estaba igualado en dos goles. Hubo un tiro libre para Nigeria. Los jugadores argentinos miraron hacia el banco y Passarella ordenó que se adelantaran para provocar el fuera de juego de los africanos, pero no hubo coordinación en el tendido de la trampa y dos de ellos quedaron habilitados. Emanuel Amunike mandó el balón al fondo del arco, consiguió el 3-2 y no hubo manera de frenar su enloquecida carrera.
Argentina había ido a Atlanta a buscar la medalla dorada, regresó a Buenos Aires con la de plata y comenzó a temer que Brasil, que logró todo en el fútbol menos un título de campeón en unos Juegos Olímpicos, le ganara de mano.
Entonces la AFA y José Pekerman –por entonces el exitoso técnico de las selecciones juveniles– elaboraron entre sus proyectos uno enfocado hacia la cita olímpica de Sydney. Llevaron a Londrina, Brasil, donde se disputó el Preolímpico, una especie de “Dream Team” junior con varios cracks que asomaban en el fútbol argentino y mundial: Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Esteban Cambiasso, Javier Saviola, entre otros.
Pero en la disputa por la segunda plaza olímpica, Chile venció 1-0 con un tanto marcado a los 86 minutos por Reinaldo Navia y provocó la mayor frustración albiceleste en los tiempos de Pekerman. Mientras Chile, de la mano de Iván Zamorano, obtenía la medalla de bronce en Sydney, los cotizados cracks argentinos miraban los Juegos por TV.
Hasta que en 2004 Marcelo Bielsa y un grupo de notables figuras –incluido el ascendente Javier Mascherano– rompieron la tendencia en Atenas, con un oro y varios records: campeón invicto con seis victorias, el equipo más efectivo con 17 goles y sin sufrir la caída de su propio arco. Carlos Tevez fue el goleador con ocho tantos y, de paso, la Selección se llevó también el premio Fair Play.
Roberto Ayala (que se cobraba revancha por la frustración en Atlanta), Nico Burdisso, Fabricio Coloccini, Mascherano, Gabriel Heinze, Javier Saviola, César Delgado, Carlos Tevez, Kily González, Mauro Rosales, Nico Medina, Clemente Rodríguez, Andrés D’Alessandro, Lucho González, Mariano González y Germán Lux fueron los campeones.
En Beijing, la Argentina ganó seis partidos (2-1 contra Costa de Marfil, 1-0 contra Australia, 2-0 contra Serbia, 2-1 contra Holanda, 3-0 sobre Brasil y, ayer, 1-0 sobre Nigeria), marcó once goles y solo recibió dos, y estableció un record olímpico con doce encuentros consecutivos sin perder, desde aquella final perdida hasta ésta, la de la madrugada de ayer, la de la revancha.
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