Viernes, 1 de julio de 2011 | Hoy
ECONOMíA › DEBATE SOBRE EL PAPEL DEL BANCO CENTRAL EN EL DESARROLLO ECONOMICO Y LAS POLITICAS ORTODOXAS EN LAS JORNADAS DEL BCRA
La presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, inauguró el evento anual de la entidad monetaria con una defensa de las políticas heterodoxas para impulsar el crecimiento. Expuso Axel Kicillof, el economista resistido por Techint.
Por Tomás Lukin
“El pensamiento convencional reclama más políticas de ajuste, enfriar demanda o disciplinar precios apreciando monedas. Nosotros rechazamos esas políticas. Necesitamos una visión alternativa y crítica a la corriente principal del pensamiento económico”, afirmó la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, en las Jornadas Monetarias y Bancarias que organiza la entidad. El otrora espacio dedicado al intercambio de vanidades del establishment financiero local e internacional fue reemplazado por un ámbito de debate que pretende comenzar a desmontar el andamiaje teórico neoliberal. En ese sentido, el economista y subgerente general de Aerolíneas Argentinas, Axel Kicillof, consideró que “el Banco Central no puede ser independiente, no puede serlo aunque quiera. Sus decisiones no están ajenas al empleo, la inversión, el crecimiento y la producción”. El investigador que el Gobierno propuso como director en Siderar explicó que el estrecho vínculo de la política monetaria y cambiaria con la esfera real de la economía permitió que los bancos centrales fueran utilizados como agentes del ajuste.
La política monetaria y el diseño de los bancos centrales son un terreno dominado por las concepciones ortodoxas, una práctica difundida que Marcó del Pont intenta desplazar desde que desembarcó en la autoridad monetaria a comienzos de 2010. “El Banco Central recuperó la soberanía para el manejo de la política cambiaria y monetaria. Sin embargo, todavía tiene normas y leyes que vienen de otras épocas, que corresponden con otra forma de pensar y otro modelo económico”, señaló a Página/12 la funcionaria en referencia a la Carta Orgánica del BCRA y la Ley de Entidades Financieras. “No hay posibilidad de revertir la matriz de desigualdad sin modificar la estructura productiva y el perfil de especialización. Tenemos que repensar el rol del Banco Central para que sea funcional a esos objetivos”, sostuvo la economista.
“Hoy los organismos internacionales nos proponen que para neutralizar parte del impacto en el precio de los alimentos a escala mundial apreciemos la moneda. Nuestro desafío es la industrialización, para eso es necesario un tipo de cambio que proteja al trabajo y la producción”, señaló la funcionaria. “No vamos a permitir la apreciación de nuestra moneda como mecanismo para disciplinar los precios internos. Sabemos que es mucho más difícil, pero debemos encontrar alternativas, necesitamos una perspectiva más amplia para abordar las presiones de precios”, reclamó Marcó del Pont en relación con las recetas ortodoxas para controlar la inflación.
A diferencia del eje financiero y ortodoxo excluyente que predominó históricamente en las Jornadas Monetarias del Banco Central desde 1982, el evento que comenzó ayer apunta, según explicó Marcó del Pont, a “reconciliar la problemática monetaria con lo que ocurre en la esfera de la distribución del ingreso y el mercado de trabajo”. En ese sentido, el contenido de la primera mesa de debate “Macroeconomía después de la crisis” no fue casual. Los cuatro expositores: Axel Kicillof, Thomas Palley, Steve Keen y Thomas Ferguson, prestigiosos economistas heterodoxos, apuntaron sus argumentos hacia los cimientos de la teoría neoliberal.
“Mucho del sentido común, del saber convencional y el casete que repiten los analistas encuentra su fundamento en la teoría ortodoxa. Hoy mucha gente que cree que la emisión monetaria, los aumentos salariales y el gasto público son recesivos. Esas teorías han probado su fracaso. La ortodoxia no puede explicar el actual escenario macroeconómico, por eso es necesario un nuevo marco teórico”, consideró Kicillof. El investigador ofreció argumentos para refutar la teoría cuantitativa del dinero, pilar en la explicación de la inflación por emisión monetaria, y apuntó hacia la Teoría General de Keynes como punto de partida para iniciar ese proceso.
“Si queremos tener éxito es necesario cambiar el paradigma dominante. Ese cambio será resistido, porque ese paradigma sirve a los intereses de los poderosos y las elites financieras. Si fallamos enfrentamos un futuro de estancamiento”, sostuvo el economista poskeynesiano Thomas Palley. El especialista cuestionó las recomendaciones neoliberales asociadas a una mayor desregulación, más independencia del Banco Central y reducción del Estado: “Los progresistas necesitamos tirar a la basura el paradigma neoliberal y reemplazarlo. Recuperar el pleno empleo y el rol activo del Estado. El sistema financiero se estabilizó, pero, por favor, no subestimen la estupidez neoliberal. Todavía tenemos un agujero de demanda que genera la desigual distribución del ingreso”. “Los economistas neoclásicos no entienden la economía neoclásica. Es una teoría en quiebra. Hay que abandonar la economía neoclásica, si no volveremos a experimentar el mismo proceso que nos condujo a la crisis”, consideró el especialista australiano Steve Keen.
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