Domingo, 11 de septiembre de 2011 | Hoy
ECONOMíA › MIEMBROS DE HIJOS QUE INTEGRAN LAS LISTAS DE LEGISLADORES DEL KIRCHNERISMO RELATAN SUS EXPERIENCIAS
Emilio Goya, Eduardo “Wado” De Pedro, Martín Fresneda y Emiliano Toniolli contaron a Página/12 cómo pasaron de la militancia en la agrupación juvenil a la actividad partidaria. También hablaron de sus historias y de qué los lleva a pelear por cargos legislativos.
Por Laura Vales
Son miembros de la agrupación HIJOS y candidatos a diputados en las listas del Frente para la Victoria. Algunos ya integran el Gobierno, como funcionarios; ¿ser hijos los hizo saltear escalones? ¿Cómo fue conjugar el estilo revoltoso que tuvo la agrupación con el rol que tienen ahora, orgánico y silencioso? Cuatro de los candidatos hablan del tema y del hilo que, en sus biografías, los llevó de inventar los escraches a querer un lugar en el Congreso.
Llegar a los 30
“Yo milito desde muy chico. Algunos piensan que no militamos porque no estábamos en el partido, pero nosotros estábamos militando en las luchas por la reivindicación de nuestros viejos y de los derechos humanos, militamos para lo que logramos hoy, que es el enjuiciamiento de los genocidas”, dice Emilio Goya, 37 años, tercer candidato a diputado nacional por el Chaco en la lista del FpV.
Goya fue fundador de H.I.J.O.S. Chaco. Tiene 37 años, tres hijas y dos hermanos. El más chico estuvo desaparecido durante casi treinta años. Emilio lo buscó en Argentina, México y España, y logró encontrarlo tras seguir un rastro prácticamente inexistente. Sabía que su hermano había nacido en Madrid, pero no que había sido secuestrado y apropiado en la Argentina, luego de que su padre, que integraba Montoneros, regresara con él al país en el marco de la Operación Contraofensiva.
En esa búsqueda, Goya abordó a Néstor Kirchner en un acto en Parque Norte para pedirle apoyo del Estado. El entonces presidente lo citó al otro día en la Casa Rosada.
Dos años después, Chaco se convertía en la primera provincia en la que HIJOS hacía un acto oficial con Kirchner, un homenaje por la masacre de Margarita Belén. Goya fue candidato en el 2009 a diputado provincial, aunque por su ubicación en la lista no llegó a entrar. Ese mismo año le ofrecieron hacerse cargo de la Dirección provincial de Juventud.
“Hay un poco un reconocimiento a la militancia en HIJOS, seguro”, continúa él. “En mi caso, a la lista del Chaco la armó Cristina, y la integró con gente leal a su proyecto. Los dos diputados que la encabezan trajeron a Néstor a la provincia cuando nadie lo conocía, y se pusieron a trabajar para él. Que me hayan puesto a mí también es un reconocimiento de pertenencia al proyecto nacional.”
Los dirigentes de las agrupaciones juveniles del kirchnerismo mantienen una política de bajo perfil. De los referentes de La Cámpora, Eduardo “Wado” de Pedro es el más esquivo a dar reportajes. Con 34 años, es vicepresidente de Aerolíneas Argentinas y está sexto en la lista bonaerense del Frente para la Victoria. Los medios hegemónicos lo presentan como el Coti Nosiglia del kirchnerismo.
“Entiendo que no me quieran porque represento todo lo que ellos quisieron hacer desaparecer”, dice De Pedro. “Noticias es una revista que construye una ficción permanente. Lo que publica tiene poca relación con la realidad; hasta confunden a las personas y hacen notas con fotos falsas. La editorial Perfil nació a meses del golpe; ese año crearon la revista La Semana, una especie de Noticias, todo un símbolo de lo que representó y representan. La Nación fue el órgano de difusión por excelencia de la dictadura y es el diario que a poco de asumir Néstor dijo que el Gobierno duraría un año. Bueno, a partir de ese análisis, todo lo que planteen parece más la construcción de una fábula que una noticia.”
De Pedro también se incorporó a HIJOS de muy chico. Su padre, Enrique, fue asesinado por la dictadura y su madre, Lucila Révora, fue secuestrada un año después por un grupo de tareas. En el operativo mataron a la pareja de Lucila, Carlos Fassano. El día del secuestro dejaron a Eduardo con sus vecinos. A la noche se presentaron unos hombres que dijeron ser sus tíos y se llevaron al niño. La familia Révora consiguió recuperarlo tres meses más tarde, por contactos dentro de la Iglesia.
Además de integrar HIJOS, De Pedro militó en el sindicato de los judiciales y fue secretario de Julio Piumato. En el 2001 lo esperaba una nueva experiencia traumática: en la jornada del 20 de diciembre la policía lo secuestró en la Plaza de Mayo y lo picaneó dentro de un patrullero. Abogado, fue querellante en el juicio por los crímenes cometidos en El Atlético, Banco y El Olimpo, donde su madre estuvo cautiva y de donde no regresó.
En la época en que todos cursaban el colegio secundario gobernaba el menemismo. Martín Fresneda, candidato a diputado nacional del Frente para la Victoria, vivía en Catamarca el año en que mataron a María Soledad, que tenía su edad. Empezó a participar en las marchas del silencio. “Cuando me vine a Córdoba a estudiar derecho me metí el grupo Unidos, una coordinadora antirrepresiva”. Fue uno de los fundadores de HIJOS Córdoba y en los ’90 formó parte de la Universidad Trashumante, una experiencia de educación popular de inspiración zapatista.
Martín es abogado, hijo del también abogado Tomás Fresneda, que fue secuestrado junto a su mujer, María de las Mercedes Argañaraz, en la llamada Noche de las corbatas, el 13 de julio de 1977. Ella estaba embarazada de cinco meses. Se sabe que el bebé nació, aunque todavía no fue encontrado por su familia.
Tras la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, se metió de lleno en los juicios. “En el 2004 lo había conocido a Kirchner. Fuimos a la Casa Rosada a una entrevista con (el secretario de la presidencia Carlos) Zannini porque estábamos reclamando un secuenciador para el Equipo de Antropología Forense. A la reunión fue Clyde Snow (el antropólogo norteamericano que formó a los primeros del equipo) y Zannini nos hizo pasar para que Kirchner lo conociera.” Fresneda fue abogado en dos de los juicios contra Luciano Benjamín Menéndez y en el de Jorge Rafael Videla.
Finalmente decidió a incorporarse al kirchnerismo de manera orgánica. “Me pareció que tenía que hacer un aporte más eficiente.”
En los primeros años de gobierno kirchnerista fue tema de debate para las organizaciones sociales si el acercamiento a la Casa Rosada licuaba sus reclamos. La pregunta, a esta altura, sería qué ven que aportaron al kirchnerismo los que desde se acercaron desde allí. El que responde es Eduardo Toniolli, que ocupó el segundo lugar en la lista de candidatos a diputados provinciales de Santa Fe del FpV y asumirá su banca en diciembre: “El kirchnerismo no inventó la lucha por los derechos humanos ni por los derechos de los trabajadores ni por el matrimonio igualitario o por la ley de medios, pero sí las puso en el centro de la escena, en muchos casos convirtiéndolas en legislación, y esto fue producto de que asumió luchas anteriores y convocó a muchos compañeros que no teníamos un lugar o militábamos desde los bordes del sistema político institucional”. Toniolli tiene a su papá y a una tía desaparecidos. Estudió Ciencia Política y da clases en la Facultad de Filosofía de Rosario. “Para mí y para muchos de los compañeros, HIJOS no fue un organismo de derechos humanos en el sentido más tradicional del término. También fue un ámbito de formación y de participación de experiencias de militancia barrial que hicimos desde HIJOS porque no encontrábamos un espacio que nos contuviera en la estructura partidaria.” Más tarde, él se sumaría al Movimiento Evita de Rosario, del que es actualmente titular.
“Más allá de HIJOS –continúa–, si tomamos el proceso hecho por el Gobierno para ver en qué aspecto de la vida política y social pudo avanzar más, la respuesta es que donde había organización previa. El kirchnerismo no toma de la nada la necesidad de anular las leyes de Obediencia Debida y Punto Final: evidentemente lo hizo basándose no tanto en la construcción política superestructural, en el sistema político instituido, porque muchos de los que votaron la anulación de esas leyes en algún otro momento se habían opuesto. Fue la voluntad del jefe de Estado la que traccionó a esos sectores, y esa voluntad estaba apoyada en una lucha previa. En este sentido, hubo escuelas de formación quizás inorgánicas, desperdigadas producto de que la dictadura y el neoliberalismo golpearon fuerte. Eso generó que durante mucho tiempo la formación que antes se daba en el marco de los grandes partidos populares se diera en los márgenes del sistema, como experiencias silvestres y sui géneris.”
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