El intercambio comercial en julio arrojó un superávit de 1014 millones de dólares, que representa una suba anual del 54 por ciento, informó ayer el Indec. Ese resultado se obtuvo por una leve alza de las exportaciones, del uno por ciento, frente a una reducida caída de las importaciones, del 4, la menor desde febrero. En los primeros siete meses el ingreso de dólares por la vía comercial acumula 8350 millones, cerca del objetivo trazado por el Gobierno para todo el año de 10 mil millones de dólares. La mejora en las ventas al exterior se explica principalmente por las mayores colocaciones de trigo y maíz luego de la apertura de cupos de 6 y 3 millones de toneladas, respectivamente. En tanto, se destacó por el lado de las compras un ingreso más ágil de bienes de consumo e intermedios, en línea con las menores restricciones impuestas por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Otro dato que se destaca es el déficit del sector energético, de 2459 millones de dólares en lo que va del año, con una suba del 24 por ciento.

La política de administración de comercio que despliega el Gobierno despertó críticas en la Organización Mundial de Comercio por parte de la Unión Europea y, recientemente, Estados Unidos y Japón. Como medida defensiva, la Cancillería denunciará a Estados Unidos por impedir el ingreso de carnes y cítricos (ver aparte). Cabe resaltar, sin embargo, que en el acumulado del año las ventas a la Unión Europea bajaron un 12 por ciento, mientras que las importaciones desde ese destino subieron 15 puntos. Además, las colocaciones a los países de Norteamérica bajaron 2 por ciento, a diferencia de las compras argentinas, que avanzaron 5 por ciento. Una dinámica diferente mostró el comercio con los países de la región. Las exportaciones al Mercosur bajaron 6 por ciento, mientras que las importaciones lo hicieron en un 16 por ciento.

Las exportaciones totales el mes pasado alcanzaron 7382 millones, una suba del uno por ciento en forma interanual. El mejor desempeño lo tuvieron los productos primarios y las manufacturas de origen agropecuario, mientras que registraron bajas las manufacturas industriales y combustibles y energía. La mayor parte de la mejora en las ventas provino del efecto que produjo la liberación de seis millones de toneladas de trigo para la exportación, anunciado el 20 de junio, casi la mitad de la cosecha, estimada en 12,5 millones de toneladas. También liberó el Gobierno tres millones de toneladas de maíz. Eso permitió que las ventas de cereales se incrementen en julio un 55 por ciento, de 648 a 1007 millones de dólares. El trigo se dirigió a Brasil, Sudáfrica, Chile y Kenya, mientras que el maíz, a Argelia, Corea, Venezuela y Marruecos. También crecieron las ventas de harinas de soja, cobre, oro y frutas frescas.

La crisis internacional tuvo un efecto mayor en términos agregados en el sector industrial, donde las exportaciones cayeron 5 por ciento a partir del flojo desempeño de la industria química, metales comunes y sus manufacturas, máquinas, aparatos y material eléctrico y automóviles. También cayó fuertemente la venta de petróleo crudo, carburantes, grasas y aceites lubricantes y gas de petróleo y otros hidrocarburos.

Por su parte, las importaciones sumaron 6368 millones de dólares en julio, una caída del 4 por ciento interanual, la menor baja desde febrero. En el análisis desagregado por rubros sobresale la baja del 5 por ciento en las cantidades compradas de bienes de capital, frente a una merma acumulada en el año del 25 por ciento y la suba de uno por ciento en bienes de consumo, cuando en el año ese segmento registra una caída del 11 por ciento. Los bienes intermedios, medidos en cantidades, crecieron 4 por ciento, aunque por la evolución de los precios mostraron una caída del 5 por ciento. En particular, subieron las adquisiciones de bienes de consumo no duraderos, alimentos y bebidas básicos para el hogar, materiales de transporte y accesorios no industriales, y hubo bajas menores al promedio anual en bienes de consumo duraderos. En cambio, bajaron más que el promedio las importaciones de piezas y accesorios para bienes de capital, por caída de autopartes, generadores y grupos electrógenos.

La evolución al alza de las importaciones de bienes de consumo y en bienes intermedios refleja cómo el Gobierno relajó las restricciones al comercio. Guillermo Moreno informó a las cadenas de comercialización que les permitiría aumentar las importaciones.