Desde San Pablo

El ministro Julio De Vido conversó con el líder de los industriales brasileños, Paulo Skaf.
Imagen: Télam.

“No es casual que hayamos comenzado esta ronda de negocios aquí. Hay un deseo expreso para que el Mercosur tenga una participación activa en la construcción de estas represas. Si no buscamos la sinergia del intercambio, es muy difícil la integración.” Con esta frase, el ministro de Planificación, Julio De Vido, inauguró en Brasil una gira en busca de financiamiento para la construcción de las represas Presidente Néstor Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic (ex Cóndor Cliff y Barrancosa), emprendimientos que aportarán al sistema hidroeléctrico una potencia de 1740 megawatts. El costo total de las obras, que se realizarán sobre el cauce del río Santa Cruz, fue estimado en 21.000 millones de pesos, de los cuales el cincuenta por ciento, como mínimo, debería ser financiado por capitales privados.

La licitación fue relanzada el 21 de agosto y ya compraron los pliegos las empresas brasileñas Camargo Correa y OAS. De Vido estuvo reunido ayer por la mañana con los directivos de ambas compañías. También compró un pliego Pescarmona. El road show continuará por China y Rusia la semana que viene. Antes, el ministro de Planificación mantendrá una reunión en Buenos Aires con funcionarios de Corea, ya que la empresa Hyundai también se mostró interesada en participar del proyecto.

La presentación ante los empresarios brasileños se realizó en el edificio de la poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), que conduce Paulo Skaf (ver aparte). La Fiesp está ubicada en la alameda Santos, y su edificación tiene la forma de una pirámide, revestida de un metal gris con pilares de concreto que sostienen la estructura. Si bien no es una edificación ostentosa, la forma elegida es una metáfora del poder que sí ostentan los industriales paulistas. Este Estado genera un PBI similar al de la Argentina.

“Estamos visitando aquellos países que tienen recursos para financiar proyectos de esta envergadura, sin condicionamientos (políticos)”, señaló a Página/12 uno de los integrantes de la comitiva. De Vido estuvo acompañado por el secretario de Obras Públicas, José López; el subsecretario de Recursos Hídricos, Edgardo Bortolozzi, y el embajador argentino en Brasil, Luis María Kreckler. La idea de construir estas represas no es nueva. En 2008 ya se había lanzado una licitación, que no pudo concretarse por dos factores: la crisis financiera internacional y la falta de interconexión de la Patagonia con el resto del sistema eléctrico, situación que ya fue saldada. Durante los primeros meses de 2013 quedará cerrado el anillo patagónico, que se interconectará con el resto del país.

Los funcionarios argentinos estuvieron reunidos con los directivos de Camargo Correa –una de las empresas que había comprado el pliego en 2008–, OAS, Andrade Gutiérrez Energía y Odebrecht. Las preguntas de los empresarios versaron sobre el esquema de financiamiento que deberán aportar al proyecto, ya que la licitación la ganará aquel consorcio de empresas –el proyecto debe contar con un 30 por ciento de participación de compañías argentinas– que presente la mejor propuesta de financiamiento.

La respuesta que se llevaron los empresarios fue la misma: los socios privados deberán aportar como mínimo un 50 por ciento de financiamiento, que será repagado con la venta de la energía producida a Cammesa. Es decir, el pliego de licitación sostiene que el oferente que gane la compulsa se beneficiará de la compra anticipada de la energía por parte de Cammesa, durante quince años. Según indicó López a este diario, el precio de esa energía “es a valor actual”.

El Tesoro nacional aportará avales para ese financiamiento e incluso podrá destinar recursos que saldrían del Fondo Fiduciario Hídrico. En el proyecto de Presupuesto 2013, el Tesoro pide autorización para entregar avales por 7600 millones de dólares destinados a la construcción de ambas represas.

Después de las reuniones de la mañana, la Fiesp organizó un almuerzo para la comitiva argentina y los empresarios brasileños. “Seguiremos invirtiendo en energía térmica pero nuestra prioridad es incorporar potencia hidroeléctrica”, afirmó De Vido durante el almuerzo que se realizó en un exclusivo salón de la Federación de industriales paulistas. “Conseguir financiamiento para invertir en la Argentina es posible”, sostuvo el funcionario ante los integrantes de la Fiesp. En su presentación, De Vido incluyó varios ejemplos. Citó el caso de los 5600 kilómetros de gasoductos troncales realizados por Odebrecht, con un financiamiento de 47 por ciento o una planta potabilizadora de 900.000 metros cúbicos realizada por Camargo Correa y Odebrecht, también con financiamiento obtenido con avales del Tesoro nacional. La apuesta del gobierno nacional es que las empresas brasileñas accedan al financiamiento del Bndes. En el caso de China, próximo destino de los funcionarios argentinos, las autoridades de ese país ya manifestaron que trabajarán en una propuesta que sea financiada en un 100 por ciento.

Las dos represas tienen previsto aportar al sistema eléctrico interconectado 1740 Mw de potencia, es decir un total de 5000 gigawatts al año, el 4,3 por ciento del consumo anual proyectado para 2012. Actualmente, la matriz energética del país utiliza un 31 por ciento de generación hidroeléctrica, cuando en América del Sur es del 60 por ciento, aproximadamente. Una vez que ambas centrales estén operativas, la generación hidroeléctrica podría llegar al 41 por ciento de la matriz energética. Las obras demandarán la creación de 5000 puestos de trabajo directos y otros 1900 indirectos.