Jueves, 27 de diciembre de 2012 | Hoy
ECONOMíA › LA MEJORA EN LOS NIVELES DE EQUIDAD SOCIAL QUE SE REGISTRA DESDE 2003 HIZO UNA PAUSA ESTE AñO
La crisis internacional y los problemas en la generación de empleo impactaron en el proceso de transformación de la distribución del ingreso. De todos modos, la situación no empeoró a pesar de las complicaciones que surgieron en la economía.
La distribución del ingreso se mantuvo prácticamente igual en el tercer trimestre en relación con la situación del año pasado, informó ayer el Indec. El coeficiente de Gini, que mide el nivel de desigualdad, siendo cero el mayor grado de equidad y uno el de máxima inequidad, se ubicó en 0,434. En el mismo período de 2011 fue de 0,437, mientras que en 2003 ese valor se ubicaba en 0,534. Además, la diferencia entre los ingresos que perciben las familias más pobres y las más ricas fue de 21 veces, también similar al ratio del año pasado. En 2003, la brecha era de 56 veces. Por otro lado, el salario que divide a la población ocupada en dos partes iguales es de tres mil pesos, cuando en 2003 era de 400 pesos.
La crisis internacional, los problemas de generación de empleo por parte de la industria manufacturera, la desaceleración general de la economía y la experimentada de manera puntual en sectores de mano de obra intensivos, como la construcción, y una evolución del salario real moderada, en algunos casos por debajo del ritmo de aumento de precios, golpeó a la dinámica de la distribución del ingreso el último año. De hecho, si se toma la variación del coeficiente de Gini desde el tercer trimestre de 2003, entre 2011 y 2012 se registró la menor mejora.
Según los estándares internacionales, el índice de Gini en un país desarrollado debería estar cercano a 0,25, mientras que de 0,55 en adelante la situación es considerada como de “alta asimetría”. Cabe señalar, además, que dicho coeficiente se construye a partir de la medición de los salarios y otras fuentes de ingreso de la población, sin considerar la variación de los precios, de modo que está exento de los cuestionamientos sobre el Indice de Precios al Consumidor del Indec.
Otra medida que usualmente se utiliza para evaluar la distribución del ingreso es qué porción se apropia cada franja de la población dividida en deciles, en decir en diez grupos con igual cantidad de personas. En este caso es de algo más de 2.500.000, ya que la población estudiada es la que reside en los 31 principales aglomerados urbanos de todo el país. Para evaluar de manera más certera la distribución del ingreso, los economistas utilizan el dato del ingreso per cápita de cada familia. En el tercer trimestre el 10 por ciento más pobre obtuvo 838 millones de pesos, mientras que la porción más rica, casi 18 mil millones.
Entre los ocupados, el coeficiente de Gini es de 0,39, que implica un menor grado de desigualdad respecto del total de la población. Este valor se modificó a la baja desde 2003, cuando se ubicó en 0,475, aunque la reducción fue en términos relativos menos que en el caso del ingreso per cápita familiar. De hecho, desde 2009 la distribución del ingreso entre las familias mejoró de 0,457 a 0,434, mientras que en el mismo período los trabajadores lo hicieron sólo de 0,404 a 0,39. La diferencia se explica por el impacto positivo de la política de ingresos, como la Asignación Universal por Hijo y la movilidad de las jubilaciones. Esas medidas inclusivas, según refleja el informe del Indec, tuvieron mayor impacto en el avance en la distribución progresiva del ingreso que lo mejorado a partir del mercado de trabajo, donde la suba total de los salarios reales fue reducida y la generación de empleo, en especial en la actividad industrial, registra un crecimiento moderado.
En tanto, la diferencia entre los de mayor y menor ingreso entre la población ocupada asciende a 19,5 veces, menor a la brecha de 21,4 veces del año pasado, y a las 29 veces del tercer trimestre de 2003. El Indec también publica la comparación entre los ingresos de los trabajadores peor remunerados, con alrededor de 800 pesos, aquellos que están en la mitad de la pirámide y reciben tres mil pesos, y los que gozan de los salarios más altos, superiores a los siete mil pesos. Entre los trabajadores de salario medio y los más bajos, desde 2003 se produjo un aumento de la desigualdad, a diferencia de la tendencia general, aunque los más pobres ganaron en relación con los más ricos. Además, se produjo una mejora de la equidad entre los ingresos medios y los de mayor salario. En conjunto los datos muestran que el sector que más se benefició fue el de los salarios medios.
De hecho, el salario del 10 por ciento de menores ingresos se multiplicó por 5,6 desde 2003, mientras que el ingreso del 10 por ciento mejor ubicado lo hizo por 4,8. Los salarios medios, en tanto, crecieron 6,5 veces, por encima de los otros dos grupos.
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