La oferta del Ministerio de Economía para pagar en forma anticipada 6700 millones de dólares del bono Boden 2015 tuvo una limitada adhesión entre los tenedores de esos títulos de deuda. Sólo el 2 por ciento de los acreedores –185 millones de dólares– decidieron recibir antes los dólares y la amplia mayoría optó por esperar hasta octubre próximo. “Recibimos un espaldarazo de confianza en una semana negra para todos los mercados financieros que se sumó al escenario de incertidumbre creado por los fondos buitre. Tenían la posibilidad de llevarse los dólares y decidieron quedarse con instrumentos de la deuda argentina”, ponderó ayer el ministro Axel Kicillof. La operación planteada por el Palacio de Hacienda habilitaba alternativamente a cambiar los Boden 2015 por otros papeles de más largo plazo, los Bonar 2024. Esa propuesta reunió 377 millones de dólares.

La propuesta lanzada a comienzos de mes por el equipo económico contemplaba también la emisión de nueva deuda por hasta 3000 millones de dólares a través de la extensión del Bonar 2024. En medio de la peor semana financiera del año se captaron apenas 286 millones de dólares. Un primer tramo del bono a diez años fue entregado en abril como parte del acuerdo con Repsol por la expropiación de sus acciones en YPF. La extensión de la emisión del título contaba con un máximo pero no tenía un objetivo. El Palacio de Hacienda estimaba que podían llegar a ingresar entre 500 y 1500 millones de dólares.

Entre los colaboradores de Kicillof reconocían que si la operatoria se hubiera implementado dos semanas atrás posiblemente se hubieran captado más divisas. La opinión era compartida entre los principales operadores del sector financiero local consultados por este diario. Si bien Economía consideró que no era acertado extender la vigencia de la operatoria por algunos días más, desde el equipo de Kicillof dejaron abierta la posibilidad de realizar una oferta con similares características –canje y emisión– el año próximo: “Vamos a evaluar en un futuro cercano si volvemos a ofrecer algo parecido, aunque obviamente eso dependerá de cómo evolucione el mercado local e internacional”, afirmó ayer a Página/12 uno de los funcionarios que participó del diseño de las operaciones.

“El año que viene tenemos que pagar 6700 millones de dólares del Boden 2015, el vencimiento individual más alto de los próximos años”, indicó ayer Kicillof durante una breve presentación realizada en el microcine del Ministerio de Economía. “Esa situación motivó maniobras especulativas impulsadas por los fondos buitre que ponían en duda nuestra capacidad de pago y buscaban desestabilizar el mercado financiero argentino. Por eso para que no quede ninguna duda de la voluntad de pago, ofrecimos pagar en efectivo todo el vencimiento”, explicó el funcionario acompañado por el viceministro Emmanuel Agis y el secretario de Finanzas, Pablo López. “Si había dudas sobre la solvencia del país y el mercado efectivamente desconfiaba de que les íbamos a pagar, frente a la oferta de un canje voluntario hubieran venido a cobrar en efectivo”, especuló el funcionario.

“Fue una semana negra para todos los mercados, donde cayeron el precio del petróleo, las Bolsas de Europa y Estados Unidos. También se vio una fuerte caída en el precio de los bonos de los países emergentes. Hubo un éxodo de capitales en la región”, expresó Kicillof al describir la evolución reciente de los principales indicadores financieros (ver aparte). “En ese escenario ofrecimos dólares. Esperábamos una aceptación masiva del pago para salirse de Argentina. Sin embargo, teniendo la posibilidad de llevarse los dólares sólo el 2 por ciento lo hizo. El mercado prefirió quedarse”, aseveró el titular del Palacio de Hacienda. Frente a un escenario global adverso, consideró a la escasa participación del pago anticipado como un “shock de confianza”.

Durante la semana, los analistas financieros consideraban que la oferta del canje de los Boden 2015 por Bonar 2024 era atractiva para bancos, fondos de inversión y compañías de seguro. Sin embargo, las bajas en los precios limitaron su participación. A través del Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS), la Anses canjeó sus cerca de 170 millones de Boden 2015 por Bonar 2024. Según pudo averiguar este diario, el FGS también fue uno de los principales suscriptores de la emisión del bono a diez años.

Entre los principales bancos que operan en el mercado financiero local celebraron la decisión del Gobierno de realizar el canje y, fundamentalmente, emitir deuda externa. Cada uno de los banqueros consultados por este diario enfatizaron las implicancias de las condiciones financieras internacionales –“la peor semana del año para el mercado”–, pero también realizaron cuestionamientos técnicos de la propuesta argentina, ya que no contemplaba la volatilidad de los precios de los bonos. “Durante los días que estuvo vigente la oferta era posible realizar las mismas operaciones a mejor precio en el mercado secundario”, indicó el economista jefe de un banco privado nacional.