Viernes, 14 de agosto de 2015 | Hoy
ECONOMíA › EL CANDIDATO DEL PRO PROMETE DEJAR LA COTIZACION DEL DOLAR EN MANOS DEL MERCADO. HABRA “EQUILIBRIO” SI HAY “CONFIANZA”
En un almuerzo con el establishment, Macri volvió al discurso ultraliberal en el mercado más sensible a la especulación: el cambiario. Sin cepo, con baja de retenciones, augura que el “shock de confianza” establecerá el “equilibrio” en el mercado.
“El mercado va a fijar el tipo de cambio, no vamos a intervenir.” Mauricio Macri anticipó la política cambiaria que llevaría adelante el PRO en caso de ser gobierno a partir de diciembre. Lo dijo frente a cientos de empresarios ayer al mediodía en un encuentro organizado por Eduardo Eurnekian, titular de Corporación América. La “flotación administrada” del tipo de cambio es una fija desde la devaluación de 2002 y una férrea directriz de la gestión kirchnerista. La ausencia del Banco Central en el mercado deja sujeta la cotización del dólar a variaciones bruscas ante señales como la tasa de interés en otras plazas financieras, la cotización de otras monedas o el famoso “humor” de los mercados. De todos modos, Macri aclaró que quiere “un tipo de cambio equilibrado”. Además repitió que eliminará “el cepo” cambiario y bajará retenciones. Y que ese combo de medidas va a reducir la inflación, aunque no entró en detalles.
Después del giro discursivo apenas cerrada la segunda vuelta de las elecciones porteñas, Macri afinó el lápiz y volvió a diferenciarse del kirchnerismo en materia de política económica. En esa oportunidad el candidato a presidente por el espacio Cambiemos mencionó, a contramano de sus planteos a lo largo de los últimos años, que YPF debe seguir siendo estatal, al igual que Aerolíneas Argentinas, y que la Asignación Universal por Hijo tiene que continuar vigente y convertirse en ley (a pesar de que hasta su actualización había sido sancionada con ese estatus días atrás). El kirchnerismo chicaneó a Macri con el mote de “Cambiemos de opinión”, y el mandatario porteño optó por admitir que en este tiempo pudo “aprender cosas porque de eso se trata la política”. Ante los empresarios más importantes del país, ayer Macri fue algo más preciso en sus propuestas económicas.
Según Macri, la llegada del PRO al gobierno generará rápidamente un shock positivo de confianza, es decir que ingresarían capitales (en forma de inversión o de deuda externa). La confianza es un concepto privilegiado en el libreto neoliberal. “En estos términos de prepotencia, de autoritarismo, no hay futuro. El elemento central que tenemos que recuperar para combatir la pobreza es la confianza. Y la confianza no se consigue mintiendo, amenazando, persiguiendo, amedrentando. Se construye diciendo la verdad y tratando de trabajar en equipo”, dijo.
La confianza de parte del mercado generaría un boom en el ingreso de capitales que incluso podría presionar a la baja sobre el dólar, es decir que se apreciaría el peso argentino. “En los primeros 90 días de gobierno se pueden generar reglas claras para que comiencen a entrar dólares a la Argentina. Temo incluso que el ingreso fuerte de divisas no tire para abajo la moneda, (sino que) la revalúe. Espero tener un dólar equilibrado y que los industriales tengan tiempo para entrar en un proceso de productividad. Argentina está tan ajustada y todo está tan deprimido, que cuando se fijen reglas claras el país se pone en marcha”, indicó Macri.
Bajo esa concepción, Macri planteó que “el mercado va a fijar el tipo de cambio”. Es decir que el flujo de entrada y salida de capitales definirá para el PRO la cotización del dólar, que no sólo repercute en el costo de los viajes al exterior, sino que se trata del principal precio de toda la economía, prácticamente definitorio de la tasa de inflación. “Veremos qué dice el flujo del mercado sobre un dólar de equilibrio”, agregó, aunque deslizó que “no quiero que las economías regionales ni nuestra industria sigan sufriendo por el atraso cambiario”. También prometió “bajar los costos de logística” y “conectar el norte del país con el Pacífico”.
La cita en el Hotel Alvear congregó a unos 400 directivos de las principales compañías argentinas, convocados por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción. Entre las figuras patronales más conocidas estuvieron presentes Héctor Méndez (UIA), Juan Chediak (Cámara de la Construcción), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), Luis Miguel Etchevehere (Sociedad Rural) y Carlos de la Vega (Cámara de Comercio). También asistieron Oscar Andreani (Grupo Logístico Andreani), Gabriel Martino (HSBC, acusado de organizar la apertura de cuentas no declaradas en Suiza), Jorge Brito (Banco Macro) y Gerardo Werthein (Telecom). Un mes atrás al mismo convite fue el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien no regaló palabras tan dulces para los oídos empresariales. “Con el paquete liberal del ajuste monetario y, fiscal, endeudamiento y apertura indiscriminada nos vamos a la banquina”, advertía el ministro.
“Creo en ustedes, son gente de mucho talento y capacidad. Quiero que vuelvan a confiar y a invertir”, dijo ayer Macri, y agregó que “vamos a respetar las reglas de juego, no vamos a hacer nada raro”. Recibió además aplausos cuando le dedicó a Alejandro Vanoli, presidente del Banco Central, que “debería renunciar porque es un militante y no es independiente”. Vanoli luego le respondió (ver aparte). No descartó además que el PRO vuelva atrás con la Carta Orgánica del Banco Central, en favor de aquella que limitaba las funciones de la entidad para intervenir en la economía.
Macri recordó que “quiero terminar con el cepo y la inflación”. “Si no existen cepos en Brasil, Uruguay y Paraguay, por qué lo tenemos que tener nosotros. Hay que olvidarse del dólar y volver a invertir en nuestra moneda”, dijo el jefe de Gobierno porteño en relación con los controles cambiarios. También reafirmó que “al bajar las retenciones a la exportación de productos agrícolas, se generará una explosión en el campo”.
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