Viernes, 13 de noviembre de 2015 | Hoy
ECONOMíA › EVALUACION SOBRE LAS CONSECUENCIAS DE UNA DESREGULACION EN EL MERCADO DE LAS CARNES
Según especialistas y productores, la combinación de apertura comercial, devaluación y eliminación de retenciones al maíz daría por resultado la escasez de carne para el mercado interno y un inusitado salto en el precio.
Por Sebastián Premici
La promesa de una apertura irrestricta de las exportaciones de carne vacuna en un eventual gobierno de Mauricio Macri, sumado a una también anunciada megadevaluación, y la eliminación de retenciones al maíz, insumo básico para la producción de cerdos y aves, representa un combo explosivo para el bolsillo de los consumidores. El especialista en carne de la Federación Agraria, Mariano Bondone, sostuvo a este diario que la combinación de estas políticas dispararían el precio de la carne al consumidor entre un 100 y un 150 por ciento. Entre el mercado interno y la exportación, la clave sigue siendo la gestión del comercio exterior, a través de los ROE u otro instrumento, y el incentivo a la producción. El representante de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, Alberto Williams, indicó a este diario que a partir de las promesas realizadas por el PRO, los empresarios del sector ya aplicaron en el último mes aumentos preventivos en los distintos cortes (ver aparte). El flamante titular del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna, Ulises Forte, aseveró a Página/12 desconocer las propuestas de Cambiemos, a pesar de que él integra ese espacio político desde su pertenencia al radicalismo. A diferencia de lo planteado por Macri, para Forte los ROE no deben ser eliminados, aunque “sí debería mejorarse su implementación”.
Entre 2008 y 2009, cuando el consumo de carne bovina había llegado a su máximo histórico de 68,4 kilos por persona por año, los lobbystas ganaderos del consorcio de exportadores ABC junto a periodistas agropecuarios cuestionaban en reuniones privadas los altos niveles de consumo interno abogando por una drástica baja. El planteo era que el país debía enviar al exterior los mejores cortes. Entre 2012 y 2013, el precio del ganado en pie dentro de la Argentina recobró valor, y la producción bovina tuvo un fuerte vuelco hacia el mercado local, en detrimento de los postulados de los lobbystas ganaderos exportadores. En 2003, el precio del kilo vivo era de 1,52 peso, mientras que en 2014 se ubicó en 15,1 pesos, un incremento de 893 por ciento. Y en dólares, el precio del ganado en pie tuvo una recomposición de 287 por ciento.
–¿Existe esa visión política de que hay que reducir el consumo interno para exportar más? –preguntó este diario a Bondone.
–La cosmovisión existe. Lo central será establecer prioridades, o se piensa en la mesa de los argentinos y en la soberanía alimentaria o no. Si abrimos directamente las exportaciones, con cero retenciones, más una devaluación, será mas interesante exportar que abastecer el mercado interno. Pero la consecuencia inmediata será un kilo de carne a 16 o 17 dólares cuando hoy en el mercado interno está a 6 o 7 dólares. Lo que necesitamos primero es aumentar la producción para luego ir abriendo saldos exportables de a poco. Y si a este escenario también le agregamos la eliminación de retenciones al maíz, habrá un aumento directo de los costos de alimentación en los feedlots que recaerá sobre todo en la producción y consumo de cerdos y aves. Las políticas neoliberales que se están proponiendo van a pegar muy duro sobre la soberanía alimenticia y el consumo de los argentinos –respondió Bondone.
La producción total de carne –vacuna, aviar y porcina– creció un 50 por ciento en el periodo 2003-2014. Esto se explica por el incremento de la producción de carne aviar en un 187 por ciento, seguido por la carne porcina con un 158 por ciento, mientras que la carne vacuna se mantuvo casi estable con una suba de 6 por ciento. En 2003, la carne bovina representaba el 75 por ciento del total producido, mientras que la producción aviar equivalía al 20 por ciento del mercado y la porcina al 5 por ciento. En toda la serie analizada, la carne vacuna perdió 22 puntos porcentuales de participación, que fueron compensados por las otras dos producciones. La carne de pollo incrementó su participación en 18 puntos y la de cerdo, otros cuatro puntos.
–¿Cómo puede repercutir en el mercado interno la liberación total de exportaciones de carne vacuna como propone Macri? –preguntó este diario a Forte.
–No conozco la propuesta en sí. La solución para el sector de la carne no es exportar más sino producir más y exportar más al mismo tiempo, que haya un solo tipo de cambio...
–¿Hay que eliminar los ROE? –insistió este diario.
–No digo eliminar los ROE sino pensar en una herramienta más dinámica que dé previsibilidad, que si la industria se compromete a que la carne estará en tal puerto en una fecha determinada, así suceda. Hoy por hoy no hay productor que desprecie a su mejor cliente, que es el mercado interno. Para aumentar las exportaciones (sin dejar de lado el mercado interno) hay que finalizar con el ternericidio, incentivar la faena de animales más pesados, etc. Esto está sujeto a un ciclo biológico –respondió Forte.
“A los trabajadores debe quedarles claro que una propuesta de devaluación y apertura irrestricta de exportaciones de ganado vacuno y granos significará una reducción de la capacidad de compra cercana al 50 por ciento. El plan económico del PRO es una transferencia directa de recursos desde los trabajadores hacia los sectores más concentrados de la cadena agroindustrial”, aseveró a este diario Alberto Cantero, ex titular de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados.
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