El dólar y las tarifas están al tope de la agenda económica a una semana de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Si en el caso de la divisa el referente de Cambiemos, Alfonso Prat-Gay, adelantó una megadevaluación, la situación de los servicios públicos no fue explicitada del mismo modo, más allá de que Mauricio Macri se muestra a favor de eliminar subsidios y el equipo de Daniel Scioli anticipó que los conservará. Página/12 accedió a un documento elaborado por M&S, la consultora de Carlos Melconian, que fue utilizado en una presentación del economista para los gerentes del Banco Macro el martes de esta semana. El asesor de Macri propone multiplicar hasta por cinco las tarifas de luz, triplicar las de gas y duplicar las de transporte. Eso sumaría 7,3 puntos porcentuales a la inflación.

Una de las principales preocupaciones de los economistas de Macri es la cuenta fiscal, la diferencia entre lo que el Estado recauda y lo que gasta. Este enfoque tiene una clara herencia liberal, son apreciaciones que no pueden faltar en ningún informe del Fondo Monetario Internacional (FMI). El objetivo es, en este caso, reducir el déficit fiscal.

Este diario tuvo acceso a un extenso documento elaborado por la consultora de Carlos Melconian que fue utilizado en una presentación del economista ante los cargos gerenciales del Banco Macro. Incluye un detallado cuadro de situación electoral, con datos de la primera vuelta y perspectivas para el ballottage. El capítulo fiscal, por su parte, es uno de los más voluminosos y la vedette es la quita de subsidios.

Melconian estima en 310 mil millones de pesos el déficit fiscal este año. Y plantea que “la inercia del déficit pegará fuerte en 2016. Quebrar la tendencia ascendente implica una corrección”. Advierte que “ajustar la suba del gasto a la de los ingresos (por ejemplo, 30 y 30 por ciento) no quiebra la tendencia ascendente”, postura que atribuye a los economistas de Scioli. En ese escenario, el déficit según Melconian se iría a 403 millones. Propone “emprender una corrección `en serio` (que la recaudación suba más que el gasto), que requerirá al menos dos años”. Así, el déficit sería de 200 mil millones el año que viene y de 50 mil millones en 2017.

¿De dónde recortar? Melconian advierte que “por su composición, el gasto público no es fácil de bajar”. La porción del gasto inamovible sería el gasto en personal (salarios), los “planes sociales”, prestaciones de la seguridad social y el Fondo Solidario de la Soja. Entre los gastos reducibles está la compra de bienes y servicios, transferencias a las provincias y, marcado con un círculo azul, los “subsidios económicos”.

El economista de Cambiemos resalta que el 20,6 por ciento del gasto se destina a los subsidios, un total de 242 mil millones de pesos anuales. Las partidas vinculadas a la energía se llevan 14 puntos porcentuales, un total de 164 mil millones de pesos. La mayor parte de los subsidios a la energía se reflejan en tarifas de servicios públicos baratas para la industria y los usuarios residenciales. En tanto, 5 puntos porcentuales del gasto total se explica por los subsidios al transporte. “Se necesita una reducción nominal respecto a 2015 para cerrar el programa. La alternativa es recortar otros gastos (más complicado)”, dice el informe.

Melconian calcula que este año hubo 210 mil millones de pesos en subsidios “reducibles con cambios tarifarios”: 102 mil millones de pesos en electricidad, 45 mil millones en gas, 56 mil millones en transporte y 7 mil millones de pesos en “otros”. Esos 210 mil millones pasarían a casi 300 mil millones de pesos el año que viene, pero Melconian tiene un plan que los reduciría a 137 mil millones a través de fuertes subas tarifarias.

Para eliminar los subsidios en electricidad el economista de Macri propone aumentar un 250 por ciento la factura domiciliaria promedio. Eso implica que una factura de 50 pesos bimestral pasaría a 175 pesos, pero en el caso de los “consumos pequeños subsidiados deberían subir 500 por ciento”, advierte el trabajo, de 50 a 300 pesos. En tanto, “el comercio y la industria deberían aumentar un 400 por ciento”.

En el caso del gas, “la factura domiciliaria promedio debería subir entre un 70 y un 100 por ciento”, aunque “más de la mitad de los hogares con pequeños consumos deberían pagar casi 200 por ciento más”. En promedio, una factura de 120 pesos pasaría a 204/240 pesos, aunque podría llegar a 360 pesos si entra en la quita más agresiva de subsidios.

Por último, en transporte el aumento de tarifas que permite eliminar subsidios sería del 115 por ciento. El boleto de colectivo, por ejemplo pasaría de 3,50 a 7,50 pesos. Si bien la proyección para reducir el déficit fiscal se extiende a 2017, este programa de eliminación de subsidios está planteado para 2016. De esa forma, en lugar de los 400 mil millones de pesos de subsidios que habría que afrontar si se extiende el actual esquema, esa partida se reduciría a 210 mil millones de pesos.

En resumen, si la factura de la luz subiera mensualmente de 25 a 125 pesos, el gas de 60 a 120 pesos y el transporte de 308 pesos por mes (88 boletos) a 660 pesos, el gasto mensual total en esos servicios el año que viene se incrementaría de 400 a 900 pesos. Melconian calcula que “en el IPC el impacto directo de una suba de tarifas sería de 4,3 por ciento más otro 3 por ciento indirecto”. Es decir, 7,3 puntos porcentuales que se suman a la inflación actual, que está en el 25 por ciento. A eso habría que agregarle el impacto de la megadevaluación anunciada por Prat-Gay. Se calcula que la mitad de la suba del dólar pasa a los precios. En su informe, Melconian agrega un detalle: “Es clave que en el primer trimestre esto sea todo corrección de precios relativos por única vez”.