Viernes, 24 de junio de 2016 | Hoy
ECONOMíA › LA DEUDA EXTERNA AUMENTO 11 POR CIENTO EN EL PRIMER TRIMESTRE, EL MAYOR NIVEL EN QUINCE AÑOS
Los datos del Indec contabilizan una suba de la deuda externa de 16.195 millones de dólares entre enero y marzo. Pero las estadísticas oficiales aún no registran la emisión de bonos por 16.500 millones para pagarles a los buitres, que se realizó en abril.
Durante el primer trimestre del año la deuda externa bruta total se incrementó en 16.195 millones de dólares, un alza del 11 por ciento en relación a marzo de 2015. El lanzamiento del nuevo ciclo de endeudamiento público y privado a cargo del gobierno de Mauricio Macri quedó registrado en la Balanza de Pagos publicada ayer por el Indec. Los datos ni siquiera contabilizan la abultada colocación de bonos de abril para pagarle a los fondos buitre ni la mayor parte de las letras en dólares colocadas en lo que va del año. El salto en los pasivos externos se explica por el préstamo de corto plazo solicitado a un grupo de entidades internacionales por el Banco Central, con una garantía de 10 mil millones en bonos públicos, y el swap de monedas con la República Popular China. Los datos oficiales representan el alza más fuerte para un primer trimestre de los últimos quince años y marcan el quiebre del proceso de desendeudamiento impulsado por el gobierno anterior.
La disparada en los niveles de endeudamiento externo durante el primer trimestre no contempla la emisión de 16.500 millones de dólares realizada en abril para financiar el generoso pago a los acreedores carroñeros que litigaron en las cortes de Estados Unidos. Esa operación supera por si misma al total del aumento observado en el primer trimestre. Por eso hoy el salto en los niveles de deuda externa será todavía mayor. De hecho, los datos difundidos por el organismo estadístico tampoco computan las colocaciones en moneda extranjera realizadas por distintas provincias y empresas privadas nacionales desde que se registró el celebrado “regreso al mundo”. Con el territorio bonaerense a la cabeza, el monto colocado y anunciado a partir de marzo por las distintas jurisdicciones como Mendoza, Neuquén, Capital Federal y Córdoba suma un total de 8200 millones de dólares de nueva deuda externa. La cuenta pública y corporativa seguirá aumentando hasta fin de año ya que los exiguos niveles de endeudamiento heredados facilitan el inicio vertiginoso de emisión de bonos impulsado por el Palacio de Hacienda.
Dentro de la nueva configuración económica, el incremento de los dólares financieros por la emisión de deuda que encabeza el ministro Alfonso Prat-Gay forma parte de un tridente que permite financiar una constante fuga de capitales que alcanzó los 4052 millones de dólares entre enero y marzo según el Indec (el BCRA, que estima la formación de activos externos con otra metodología, contabilizó una fuga de 4231 millones durante el primer trimestre). La fuga de divisas entre enero y marzo fue la más elevada desde el estallido de la crisis financiera internacional en 2009. Los otros dos elementos que facilitan ese proceso son: 1) la mayor liquidación de la cosecha de soja tras la devaluación y la reducción de las retenciones, y 2) el ingreso de capitales especulativos de corto plazo que pretenden aprovechar las muy elevadas tasas de interés fijadas por la autoridad monetaria. Las reservas internacionales, pese al fuerte incremento de la formación de activos externos tras la apertura de los controles cambiarios en diciembre, subieron 3535 millones gracias al ingreso de nueva deuda externa con entidades como el JP Morgan y Deutsche Bank, inversores extranjeros e instituciones internacionales de crédito.
Las diferentes iniciativas de la última década como la reestructuración de la deuda en default, la cancelación de las obligaciones con el FMI y el pago de la deuda con reservas ampliaron el margen de maniobra del país. Los grados de libertad permitieron sostener elevados niveles de crecimiento económico, creación de empleo e inclusión social así como enfrentar la crisis internacional con políticas contracíclicas. Por esas razones, la reinserción plena de la Argentina en los mercados financieros internacionales –endeudamiento, desregulación, apertura y convocatoria a los capitales extranjeros– no representa un riesgo inmediato para el país pero lo devuelve a la misma lógica que lo llevó a su peor crisis. Las distintas decisiones –materiales, como la eliminación de los encajes a los capitales golondrina o simbólicas, como el perdón de Prat-Gay a los capitales españoles– implementadas por el gobierno desde el 10 de diciembre allanan el terreno para instalar un nuevo esquema de valorización financiera como el que operó entre 1976 y 2001.
Los datos de la Balanza de Pagos también consignan el comportamiento de la cuenta corriente, donde se registró un déficit de 4013 millones de dólares explicado por el saldo desfavorable del comercio exterior y los egresos netos por utilidades. Es un 19 por ciento inferior al de igual período del año anterior como resultado de las menores importaciones por la recesión (aunque se registraron fuertes alzas en los ingresos de bienes de consumo como resultado de la apertura comercial) y las mayores exportaciones habilitadas por la devaluación. De acuerdo al propio Indec, el resultado deficitario de la cuenta corriente fue financiado con un superávit en la cuenta financiera. El Indec precisó que las necesidades de financiamiento externo neto por 4008 fueron “solventadas principalmente con el préstamo puente al BCRA, colocaciones de títulos públicos de gobiernos locales y utilidades reinvertidas (no giradas) de las empresas”.
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