El director paraguayo de la Entidad Binacional Yacyretá, Angel María Recalde, anunció ayer públicamente que Argentina aplicará una quita de 6197 millones de dólares en la deuda que ese país tiene con el Tesoro local. De corroborarse el dato –que, ante la consulta de Página/12, no fue ni ratificado ni desmentido en Buenos Aires–, se habría concretado la importante condonación de la que se habló desde que Néstor Kirchner y Nicanor Duarte Frutos se reunieron en Asunción para intentar arrimar posiciones sobre esta controversia histórica. Los poco más de 4000 millones de obligaciones pendientes de Paraguay se cancelarían en cuarenta y dos años con la cesión de energía.

Según precisó ayer el funcionario paraguayo, “la deuda al 31 de diciembre del 2005 era de 10.885 millones de dólares y, de aprobarse el preacuerdo (entre los dos países), va a quedar en 4688 millones”. Es la primera vez que alguna fuente ligada a la Entidad Binacional Yacyretá proporciona datos con ese nivel de precisión ya que uno de los puntos de la controversia es, justamente, el monto de la acreencia argentina.

El Tesoro local financió íntegramente la construcción de Yacyretá, cuyo costo total estimado se aproxima al de la deuda que se busca cancelar. Pero Paraguay, igualmente propietaria de la presa y de la energía generada, asumió la obligación de cancelar su parte. El mecanismo para calcular esa deuda y, fundamentalmente, para actualizarla dio lugar a una discusión que el aludido preacuerdo pretendería clausurar definitivamente.

La central hidroeléctrica hoy produce 12 mil millones de gigawatt/hora al año, que pertenece por mitades a los dos países. Paraguay sólo consume entre el 2 y el 10 por ciento y, en virtud de una cláusula contractual, el resto se lo cede a la Argentina, que tiene “preferencia” para comprarla.

Si el preacuerdo entre los dos países al que ayer se refirió Recalde quedara en firme, Buenos Aires se garantizaría seguir capturando sin problemas al menos el 90 por ciento de la electricidad generada por la represa, sin riesgo a que se desvíe como en algún momento pensó el país vecino, que aspiraba a reinterpretar el acuerdo binacional para poder vendérsela a Brasil.

Según se interpreta oficiosamente desde este lugar de la frontera, el acuerdo también permitiría despejar el terreno para hacer las obras adicionales que se necesitan para subir la cota de 78 metros a 83 e incrementar por esa vía la capacidad de producción de la presa. Con esa elevación, Yacyretá produciría 16 mil millones de giga/hora por año y Argentina podría recibir de su socio en este emprendimiento casi 8 mil.

Recalde aseguró que el preacuerdo, que ya fue remitido al Ejecutivo paraguayo para su análisis, contempla también “la eliminación de intereses y de los factores de actualización de la deuda” con el Tesoro argentino, lo que fundamentaría una quita de aquella envergadura. Más allá de la justicia de los mecanismos para calcular y actualizar esas obligaciones, tanto de un lado como del otro de la frontera se sabe que ésta es impagable.

El funcionario paraguayo aseguró que el texto del preacuerdo será elevado al Parlamento de ese país, una condición no impuesta por ninguna norma, pero que a su juicio le “dará mayor legitimidad a un instrumento que se considera histórico”. Todavía falta el anuncio formal con una voz oficial argentina que corrobore los dichos de Recalde y aclare si también aquí el acuerdo con la nación vecina será sometido al juicio parlamentario.