Desde Londres

No fueron grandes multitudes, pero Londres ayer se vio sacudida por las manifestaciones en contra de la cumbre del G-20. Como en cada encuentro de líderes de los países que controlan la economía mundial, las agrupaciones antiglobalización dejan su testimonio. Hubo escenas de tensión, algunas que recordaron a la Argentina de 2001, pero el hecho más grave fue la muerte de un manifestante en circunstancias todavía poco claras. Se trata de un joven de unos 30 años que según la versión oficial habría caído al pavimento desmayado y habría perdido la vida por causas naturales. El hombre se encontraba dentro de un cordón policial en una de las marchas cerca del Banco de Inglaterra. Las fuerzas de seguridad y el servicio de ambulancias de la ciudad declararon que fueron alertados de la situación por otro manifestante y que intentaron reanimar al hombre en el lugar, pese a que estaban siendo asediados por activistas que les tiraban botellas.

La policía intentó desde temprano evitar concentraciones masivas. Se cerraron estaciones de subtes, se pusieron cordones para impedir el paso por algunas calles y hubo golpes y empujones cuando algunos quisieron revelarse. Anoche todavía quedaban 63 personas detenidas y más de 5000 continuaban congregadas en repudio al G-20.

Las sirenas no pararon de sonar en todo el día. A veces porque escoltaban delegaciones de los países de un lugar a otro, pero en la mayoría de las oportunidades para contener las marchas. Los manifestantes respondieron con la estrategia de multiplicar los puntos para la protesta. Pequeños grupos aparecían por todos lados con pancartas y cánticos. Había bandas de música, personas disfrazadas y con muñecos vestidos de banqueros y carteles que decían, entre otras cosas, “castigo a los saqueadores” o “RIP Canary Wharf 1990-2009”, en referencia a una de las áreas de Londres donde se concentran bancos.

Pero los episodios más violentos ocurrieron en la city. Como si fuera enero de 2002 en Argentina, un grupo de manifestantes entró por la fuerza al Royal Bank of Scotland y destrozó sus vidrieras. Esa entidad es símbolo de la crisis financiera en Inglaterra y tuvo que ser parcialmente nacionalizada. Otros bancos tuvieron que vallar sus ventanas para evitar que se las rompieran.

Anoche, sin embargo, de lo único que se hablaba era del joven muerto en una de las marchas. Scotland Yard tuvo que emitir un comunicado en el que explicó que el cuerpo de la víctima, que no había sido identificada, fue encontrado por la policía tras ser alertados por un ciudadano de que había una persona en el piso que había dejado de respirar. Un testigo citado por la cadena BBC afirmó que la víctima habría muerto de causas naturales.