Lunes, 31 de marzo de 2008 | Hoy
EL MUNDO › CAMPAñA POR EL VOTO EN SUDAMéRICA PARA LOS COMICIOS DEL 13 Y 14 DE ABRIL
María Rosa Arona
Por Mercedes López San Miguel
A María Rosa Arona le brillan los ojos detrás de los lentes al presentarse a sí misma como una candidata con perfil social y militancia en la izquierda desde su juventud. Hoy esta argentina que vivió 20 años en la ciudad de Bologna aspira a conseguir una banca en el parlamento italiano en las elecciones del 13 y 14 de abril. Arona forma parte de la lista del Partido Democrático (PD) de Walter Veltroni, el rival del conservador Silvio Berlusconi. Son nueve las listas que se presentan para la circunscripción de Sudamérica, con casi 900 mil electores –en Argentina hay 450 mil– y están en juego dos bancas a senadores y tres a diputados. Arona ayer estuvo en representación de Veltroni en Buenos Aires en el maratón por Miguel Sánchez, un atleta desaparecido durante la última dictadura argentina.
–¿Cómo explica la crisis de la izquierda italiana que derivó en la salida de Prodi?
–La crisis de gobernabilidad se debió a que la alianza era muy amplia, iba desde el centro hasta la izquierda y compatibilizar las diferencias resultaba difícil. Además, nos encontrábamos con una oposición de centroderecha que fue irresponsable: no trató de llegar a un gobierno de transición para legislar una nueva ley electoral que garantizara al próximo gobierno una mayor gobernabilidad. La primera lección de esta crisis es la experiencia que estamos teniendo como Partido Democrático –la fusión de los democráticos de izquierda y la Margarita– que da claridad al electorado.
–La opinión pública parece más favorable a Berlusconi...
–Yo creo que Veltroni está repuntando, porque es creíble, porque la propuesta del PD tiene fuerte contenido social. Nosotros, los italianos en el exterior, estamos en el programa de gobierno de Veltroni. Y me parece que el electorado en general en Sudamérica es progresista y en ese sentido nos favorece como en las elecciones pasadas. La alianza de centroizquierda en Sudamérica fue la primera lista que se colocó en los comicios.
–¿Se podría decir que por fin la izquierda podrá instalar su agenda?
–Creo que finalmente el centroizquierda va a poder instalar su agenda. Es una agenda muy positiva respecto de Sudamérica. Ha habido una actitud política muy distinta en los dos años de Prodi con América latina. Berlusconi no venía a América latina, no hablaba con el gobierno argentino, por ejemplo. En nuestras charlas con la gente remarcamos que el PD es el único partido que puede oponerse a Berlusconi, un hombre que representa el peligro de la concentración del poder –los medios están en sus manos–, que pone en riesgo el pluralismo y la democracia.
–¿En concreto en qué se avanzó?
–Hay una serie de iniciativas para el desarrollo con América latina. Se ha favorecido el encuentro de industriales, de ámbitos de producción. Hay un contacto permanente que hace que también América latina tenga mayor visibilidad.
–¿Tienen ustedes algún tipo de sondeo de cómo está yendo la campaña en Argentina?
–Hemos recorrido mucho la Argentina, Brasil y Uruguay y en todos se ve una gran adhesión a nuestras propuestas. Los candidatos del PD en América del Sur tenemos un trabajo con la comunidad italiana, no nos acercamos como otros en este momento electoral. La gente nos conoce, sabe lo que estuvimos haciendo. Eso marca la diferencia. El perfil social de los candidatos de la izquierda: no somos empresarios. Por ejemplo, resulta muy sugestivo que Esteban Caselli, una persona con su recorrido, quiera participar a las elecciones de otro país. ¿A cuenta de qué? Nadie lo conoce.
(N. de la R: Cacho Caselli, hombre vinculado con el menemismo, es candidato a senador por el partido de Silvio Berlusconi, Partido del Pueblo de la Libertad).
–¿El PD qué propone para los italianos en Argentina?
–Durante los dos años de gobierno de Prodi, Argentina fue destinataria de una cobertura sanitaria muy importante, de 8300 personas indigentes o con problemas de salud; también en otros países latinoamericanos pero en menor número, porque hay menos italianos. Hubo más fondos para la enseñanza de la cultura y lengua italiana en la región. Advertimos que un gobierno de centroizquierda tiene una mayor intervención con sus ciudadanos en el exterior. En Argentina hay 90 mil italianos nuevos, porque se ha logrado mejorar el funcionamiento en los consulados y se logró limitar la burocracia.
Donato De Santis
Donato De Santis quiere llevar su alta cocina al senado italiano. Por eso, el famoso gourmet de la TV decidió presentarse por primera vez a las elecciones italianas que ya arrancaron en Buenos Aires. “Es un efecto mayonesa, se dieron las condiciones para postularme”, dijo De Santis entrevistado por Página/12. Junto al empresario Eugenio San Gregorio, el cocinero integra la lista de la centroderechista Unión de los Demócratas Cristianos y de Centro. Desde su nacimiento en el 2002, la UDC integró la coalición Casa de las Libertades, liderada por Silvio Berlusconi. Esa gestión aprobó una reforma de flexibilización laboral y en 2003 apoyó la invasión a Irak, A raíz de esas políticas, explica Donato, la UDC se retiró del gabinete en el 2005 y de la coalición un año después.
Vista de afuera su casa es una más en Palermo, pero una vez adentro se convierte en un bar moderno con un living lleno de industriales alegres. Donato encuentra un sabor a café en la caída abrupta de Romano Prodi. “Hubo crisis porque nadie dejaba gobernar al otro, es como si vos estás haciendo café y yo te digo: ‘tomá, ponele más leche; no, sacale’, así seguro que te va a salir amargo”, señaló con su acento milanés.
–¿Qué lo llevó a la política?
–Fue un cóctel de situaciones. Creo que hace falta alguien que se postule que no tenga nada que ver con la política. No soy de derecha ni de izquierda, me presento como persona para satisfacer un pedido de la gente con la cual tengo contacto por mail y por la tele en Venezuela, Chile, Colombia. La comunidad italiana de América Meridional es la segunda más grande del mundo, entonces no pude ser indiferente. Es como la reacción popular que hubo estos días en Argentina. Fue una manifestación de que queremos estar tranquilos y tener un buen liderazgo. Yo me postulé porque me dijeron andá, fue unánime la aprobación de la gente.
–¿Por qué se candidatea como persona y no como político?
–Es un efecto mayonesa, se dieron las condiciones. El político tiene una etiqueta. Yo no tengo una carrera política y tampoco me interesó. Voy con el apoyo masivamente popular, con un deseo por el cambio. Yo me voy a ocupar de las problemáticas de los italianos en el exterior.
–¿Qué fue lo que llevó a la crisis al gobierno de Prodi?
–Es el reflejo de una crisis mundial. En cualquier momento hay alguna guerra. El mundo se mueve demasiado rápido y ni los políticos saben a quién echarle la culpa.
–¿No tendrá que ver también con la privatización de algunas empresas y las tropas que Prodi mantuvo en Afganistán?
–Todo tiene que ver con todo. Hay una moda que nadie deja gobernar al otro. Es como si vos esta haciendo el café y yo te digo “tomá, ponéle más leche; no, sacale” así seguro que te va a salir amargo.
–¿Por qué forma parte de la UDC?
–Es un partido de centro que refleja muchísimo mi postura de la familia y el ser humano. Esta cosa del fútbol, la pelota en el medio.
–La UDC estuvo en el gobierno de Berlusconi que aprobó el despido sin causa, ajustes económicos, y envío de tropas a Irak y Afganistán
–La gente debería preguntarse por qué el fundador de mi partido, Pier Ferdinando Casini, se desligó de Berlusconi.
–¿Por qué?
–Por esas situaciones extremistas que nombraste. Pateó el tablero para volver a la posición de centro que es la esencia de la UDC.
–Pero la UDC apoyó durante el gobierno de Prodi la conservación de tropas en países ocupados.
–Cuando gobernás un país y hay que tomar decisiones drásticas como llevar o retirar tropas, son casos muy particulares que no pueden marcar una tendencia en sí mismos y ser sacados de contexto.
–¿Y qué posición tiene usted frente a las privatizaciones y la reforma laboral implementadas en Italia?
–Estoy más concentrado en las necesidades. Voy a apoyar positivamente a Casini en la UDC, pero tampoco voy a votar ciegamente.
–¿Cuál es el plato fuerte de su programa político?
–El oído con la gente, poder escucharlos. Espero tener la necesaria sabiduría para tomar correctamente las decisiones. La posición de centro es la mejor.
–Si tuviera que prepararle un plato a Berlusconi, ¿qué le serviría?
–Si estuviera obligado, primero pondría condiciones, como los pedidos que vamos a tratar de resolver sobre la asistencia médica. ¿Querés que te cocine el mejor plato de tu vida? Perfecto pero primero pongamos un ganchito sobre esto.
–¿Un caviar o un puchero?
–A Berlusconi, un puchero.
Entrevista: Juan Manuel Barca
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