Miércoles, 31 de diciembre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › EL ORGANISMO FINANCIERO TEME QUE LA IZQUIERDA NO LE PAGUE
Mientras el primer ministro Samaras llamó a votar en favor del oficialismo en la elección del 25 de enero, la izquierda se afianza como favorita en los sondeos, lo cual provoca inquietud en los sectores financieros y la clase política tradicional.
El primer ministro griego, Antonis Samaras, afirmó ayer que en las elecciones legislativas anticipadas del 25 de enero se juega el futuro del país en caso de que se dé una victoria de Syriza, formación que aparece favorita en los sondeos. “Es necesario librar la batalla de las elecciones con responsabilidad, ya que de esta lucha depende la permanencia del país en Europa”, dijo Samaras durante un encuentro con el presidente de la República, Carolos Papoulias. Samaras visitó el palacio presidencial para pedir oficialmente la disolución del Parlamento, tras el fracaso de los diputados para elegir un nuevo presidente de la república, y convocar elecciones legislativas para el 25 de enero. “El pueblo no quiere elecciones. No eran necesarias. Se han convocado por el egoísmo de algunos partidos”, declaró Samaras antes de su encuentro con Papulias.
De ese modo, el líder conservador se lamentó por la falta de consenso de los diputados para ungir a un candidato del oficialismo, en un momento en que el país negocia con sus acreedores, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la continuación del plan de ayuda. La preocupación que provoca en Europa una posible victoria de Syriza, agrupación que busca poner fin a las políticas de austeridad y discutir con los acreedores una nueva reestructuración de la deuda, quedó patente pocas horas después del anuncio de elecciones anticipadas.
El FMI suspendió su ayuda a la espera de novedades y el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaüble, reiteró que no hay ninguna alternativa a las reformas que lleva a cabo Grecia. Tanto los acreedores como Antonis Samaras enarbolaron a menudo el espectro de la salida de Grecia de la zona euro, sobre todo en las últimos comicios legislativos de junio de 2012, cuando el país se encontraba en plena crisis. Sin embargo, ni los mercados ni los socios europeos parecen estar tan preocupados como hace dos años, tras la pequeña mejora de la economía de Grecia en los últimos meses a raíz del crecimiento del PIB registrado en el segundo trimestre de 2014.
Aunque algunos analistas señalan que una victoria de Syriza provocaría un efecto contagio en otros países del bloque europeo convocados para participar en las urnas en 2015, otros afirman que eso sería un arma de doble filo porque hay una diferencia entre ganar elecciones y aplicar el programa electoral. “Si gana Syriza, lo que aún no es seguro, podría abrir la caja de Pandora poniendo en duda las acciones de muchos de los actuales gobiernos, en particular el italiano, que intentan impulsar recortes y políticas de austeridad para adecuarse a las exigencias fiscales de Bruselas”, evaluó la politóloga Catherine Fieschi.
“Los populistas de todas partes verán la oportunidad de impulsar una visión alternativa de cómo conducir un país y clamarán que los electores pueden cambiar las cosas radicalmente si lo desean”, dijo Simon Usherwood, de la Universidad de Surrey. En un editorial, el periódico italiano La Repubblica, cercano a la izquierda, subrayó que el verdadero riesgo de contagio de la crisis griega esta vez no es económico sino político. El éxito de (Beppe) Grillo en Italia, Podemos en España, el ascenso de Liga Norte de (Matteo) Salvini en Italia y de Marine Le Pen en Francia son considerados señales preocupantes de un resentimiento popular creciente hacia las medidas de rigor decididas por Bruselas.
Tanto Syriza en Grecia como Podemos en España despiertan temor en los sectores financieros así como en las clases políticas tradicionales. Pero también el UKIP británico o el Frente Nacional francés mueven los cimientos de las bases electorales. El primer ministro finlandés, Alexander Stubb, indicó ayer en Twitter que mantuvo conversaciones telefónicas con diferentes líderes europeos sobre las elecciones en Grecia, entre otros temas, incluida la alemana Angela Merkel.
El lunes varios líderes de formaciones políticas antieuropeas, antisistema o antiausteridad, se apresuraron a saludar lo que bautizaron como “la victoria de la democracia” en Grecia tras el fallido intento por elegir presidente. Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, alentó al líder de Syriza, Alexis Tsipras, asegurando que “2015 será el año del cambio en España y en Europa” y Jean-Luc Melenchon, líder de la izquierda francesa, estimó que “Grecia se va a liberar”. La jefa del Frente Nacional francés, de extrema derecha, Marine Le Pen, se ufanó de lo que dio en llamar “la victoria del pueblo y de sus representantes contra la oligarquía europea y el sector financiero”, mientras que el líder de la formación británica antieuropea UKIP, Nigel Farage, estimó que “el pueblo griego puede ahora recuperar el control de su democracia”.
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