EL MUNDO › BAJA EL APOYO A LA DEMOCRACIA EN AMERICA LATINA

No confiando en (casi) nadie

La gran mayoría de la opinión pública regional desconfía de los políticos y no está satisfecha con la economía de mercado, según la encuesta Latinobarómetro 2003, realizada en diecisiete países del hemisferio sur.

Por Manuel Délano*
Desde Santiago de Chile

Casi una década de democracia en América latina ha provocado una pérdida de confianza generalizada en las instituciones, que en el caso de los militares llega a una caída de 20 puntos y en el de la iglesia y la televisión de 14 puntos entre 1996 y 2003, según la encuesta Latinobarómetro 2003, que se realizó en 17 países de esta región. Sólo el 16 por ciento de los latinoamericanos está satisfecho con la economía de mercado y nueve de cada diez desconfían de los políticos y el apoyo a la democracia bajó del 61 al 53 por ciento en los últimos ocho años, indican otros resultados de esta encuesta.
Con encuestas desde 1995, Latinobarómetro es el único instrumento de opinión de su tipo en la región y sus resultados tienen amplio uso académico. Ayer se dieron a conocer los datos vinculados a la democracia y economía. La encuesta, que tuvo apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entre otros organismos, se efectuó en 17 países de América latina, donde se realizaron más de 18.600 entrevistas, cuya opinión representa a una población de 480 millones de personas, con un margen de error que oscila entre 2,8 y 4,1 por país. La confianza de los latinoamericanos en sus instituciones se ha erosionado en los últimos ocho años, algo que el informe atribuye a las “expectativas de inclusión no satisfechas”, pero también a la percepción de desigualdad económica, política y social. Pese al derrumbe de la confianza en los militares, desde 50 por ciento en 1996 a 30 por ciento en 2003, las Fuerzas Armadas son más confiables que los partidos políticos, el Congreso, Poder Judicial y gobierno y están casi equiparadas en este indicador con los presidentes, grandes empresas, municipalidades y policías. La baja de 14 puntos en la confianza en la Iglesia no pone en riesgo el hecho de que sigue siendo la institución más creíble para un latinoamericano. La caída similar de la confianza en la televisión se contrarresta con el hecho que el 51 por ciento la califica como la fuente de información en la que más confía, a bastante distancia de las radios (16 por ciento), amigos y familiares (12 por ciento) y diarios (8 por ciento).
La insatisfacción ante los resultados económicos predomina en América latina. El mercado alcanza sólo un 16 por ciento de satisfacción, bastante por debajo de la democracia (28 por ciento) y el gobierno (38 por ciento). En Brasil, el mercado tiene un 26 por ciento de apoyo, la cifra más alta de la región, seguido por el 23 por ciento de Chile, Panamá y El Salvador. En la Argentina, a pesar de la crisis, se ubica en un lugar intermedio (15 por ciento) y donde menos apoyo recibe es en Perú (7 por ciento). La opinión pública es ampliamente adversa a las privatizaciones. En 1998, el 46 por ciento era favorable a estos procesos, y en 2003 sólo el 22 por ciento. Una de cada cinco personas afirma estar más satisfecha con los servicios privatizados, mientras el 77 por ciento declara estar menos satisfecho que antes. Argentina, con sólo un 12 por ciento de apoyo a las privatizaciones, es el segundo país donde más bajo es este indicador.
Los tres principales problemas que señalan los latinoamericanos son económicos: desempleo, salarios y pobreza. La corrupción aparece en el cuarto lugar de las preocupaciones, por sobre la delincuencia, a pesar de que uno de cada tres encuestados declara haber sido él o un pariente víctima de un delito, y uno de cada cinco haber sabido de algún acto de corrupción e igual proporción de haber consumido drogas él o un pariente o amigo. La encuesta detectó que existe una percepción de progreso en la lucha contra la corrupción en las instituciones estatales, desde un máximo de 57 por ciento en Colombia, seguido por Nicaragua y Chile, hasta un mínimo de 10 por ciento en Guatemala. Según Latinobarómetro, se observa una “buena dosis de cinismo político” en esta región. Sólo el 11 por ciento afirma tener confianza en los políticos, pero el 42 por ciento votaría por un partido. La explicación es que existe una creciente desafección con la política, que puede estar relacionada con el papel de la televisión, “donde la ciudadanía sigue la agenda informativa del descrédito de ella, mientras su comportamiento no respalda la opinión”.
La aprobación al gobierno es muy alta en la Argentina (86 por ciento) y es superior a la mitad de la población en Brasil, Colombia, Chile y Honduras. En los casos de la Argentina y Brasil, la encuesta atribuye parte del aumento de la aprobación del gobierno al impacto de la alternancia en el poder. Esto también redunda en más apoyo a la democracia en la Argentina, mientras en Brasil ha bajado desde el 50 por ciento en 1996 al 35 por ciento en 2003.
Según la encuesta, el respaldo a la democracia de los latinoamericanos está relacionado con el desempeño económico, aunque no depende sólo de éste. Latinobarómetro cita el caso de la Argentina, donde la democracia tiene 20 puntos más de apoyo que en Chile, a pesar de que el resultado de esta última economía es superior.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Lula (Brasil), Ricardo Lagos (Chile) y Jorge Batlle (Uruguay) en la asunción de Kirchner.
La aprobación a su gobierno es la más alta registrada en el Latinobarómetro: un 86 por ciento.
 
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