A una semana de la elección presidencial, Luiz Inácio Lula da Silva se enfrenta a las deudas que dejó su primer mandato. Su gobierno nació con muchas esperanzas y no llegó a cumplirlas todas, especialmente en el plano social. Algunos petistas se fueron del Partido de los Trabajadores (PT) por esto, acompañando la candidatura de Heloisa Helena. Otros, en cambio, pelean desde adentro para cambiar el rumbo. Uno de ellos es Raúl Pont, el secretario general del PT y líder de la oposición petista al oficialismo lulista.

–¿Por qué es preferible seguir dentro del PT y no votar a Heloisa Helena?

–Porque Helena no tiene chances de imponerse por sobre las propuestas de los sectores conservadores. No sólo no está obteniendo apoyo suficiente, sino que, además, algunos aliados son cuestionables. Creo que sólo obtendrá algunos diputados. Me parece que estamos en un momento crucial para cambiar el rumbo de la política del gobierno de Lula.

–¿Hacia dónde va el gobierno de Lula?

–Después de la crisis del 2005 hubo un proceso importante de depuración interna y de recambio político. Los sectores que pensaban que manteniendo las políticas neoliberales y generando negociaciones políticas iban a dar como resultado un Brasil en crecimiento y desarrollo –hablo de Dirceu y Genoino– quedaron fuera del partido. Además, nos embarcamos en un proceso democrático de elección interna y reconstituimos una propuesta que plasmamos en el XIII Encuentro Nacional. Esta plataforma básicamente condiciona el apoyo al gobierno a que cumpla con políticas que generen un cambio en la distribución de la riqueza, en los esquemas tributarios y en la participación popular. En definitiva, políticas que generen cambios estructurales que profundicen la política social que desarrolla este gobierno. Una política social inclusiva, que llega a millones y que explica en parte la victoria de Lula, pero que no modifica los lineamientos de largo plazo.

–Pero, ¿tienen la capacidad de realizarlo?

–Va a estar difícil. La derecha intenta debilitar al gobierno de Lula y, con eso, generar la victoria de Alckmin, el candidato de la coalición PSDB-PFL. Lo cierto es que la crisis de 2005 se va sentir electoralmente en el PT.

–¿Es evidente la necesidad de una reforma política?

–Sí. Y especialmente porque fue justamente el sector de Dirceu y Genoino el que intentó hacer una reforma política y fracasó. Esto los llevó a lidiar con un Congreso teñido por la corrupción. Desafortunadamente, ellos terminaron cayendo también en ese juego.

–¿Cómo se supera esa traba entonces?

–Con la participación popular se puede avanzar y destrabar las negativas en el Parlamento. Aún tenemos que profundizar cambios en el PT y sacar a todo aquel que esté vinculado a estas prácticas corruptas.