Los estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires mantienen tomado el colegio. La medida comenzó el lunes por la noche y ayer una asamblea decidió prolongarla al menos hasta hoy. Los alumnos reclaman que la Universidad de Buenos Aires –de la que depende el colegio– apruebe la creación de un consejo consultivo de gobierno, con participación estudiantil. También exigen mejoras edilicias y que se anulen sanciones a algunos alumnos. Las autoridades de la UBA plantearon que “la toma es inaceptable”, llamaron a los alumnos a dialogar y presentaron una denuncia ante la Justicia. A su vez, los docentes del colegio manifestaron su rechazo a la medida de fuerza.

“Reclamamos que se inicie el tratamiento del proyecto sobre el cogobierno universitario que los estudiantes presentamos hace un año y cuyo plazo venció”, dijo el presidente del centro de estudiantes del colegio, Nicolás Segal. La toma del edificio ubicado sobre Bolívar al 100 comenzó después de una reunión en el rectorado entre autoridades de la UBA y representantes estudiantiles y docentes del Nacional de Buenos Aires y de la Escuela Carlos Pellegrini. Allí quedó claro que el proyecto estudiantil de cogobierno no tiene consenso en el Consejo Superior, donde hay otras propuestas bajo análisis.

Tras dos horas y media de discusión, ayer al caer la tarde una asamblea estudiantil decidió extender la toma. La asamblea ratificó que no se permitirá el ingreso de las autoridades, incluida la rectora Virginia González Gass, pero resolvió “invitar” a los docentes a dar clases hoy, un intento de que no se perjudique el calendario académico.

Sin embargo, una asamblea de docentes del colegio decidió expresar su “desacuerdo con la toma (...) por considerarla una medida desmesurada”, así como “repudiar la discriminación de las autoridades, auxiliares docentes y no docentes por parte de los estudiantes (...) al impedirles el ingreso vulnerando su derecho al trabajo”. Una declaración similar fue formulada por la comisión gremial de los trabajadores no docentes. Antes, mediante una circular, la rectoría y las vicerrectorías del Nacional de Buenos Aires le habían pedido al personal que tuviera “a bien no ingresar al establecimiento sin las condiciones de funcionamiento adecuadas”.

“La toma es inaceptable –dijo el secretario general de la UBA, Carlos Más Vélez–. Somos respetuosos del derecho de los estudiantes a manifestarse, pero eso no implica que puedan obstruir el ingreso de docentes, no docentes y funcionarios sólo porque no les gusta un proyecto que está tratando el Consejo Superior, que intenta construir la propuesta más satisfactoria posible para todos los involucrados.”

Según Más Vélez, con la presentación judicial la universidad buscó “deslindar responsabilidades” sobre “la seguridad de los bienes y las personas” en el colegio.

Mientras, la secretaria de Asuntos Académicos de la UBA, Edith Litwin, señaló que la medida es sostenida por un pequeño grupo de estudiantes y los llamó a levantar la ocupación: “Si hay diferencias, hay que resolverlas a través del diálogo, para lo cual es necesario que abran las puertas del colegio”.

Otros dos reclamos integran el conflicto: los alumnos quieren que se concreten diversas refacciones edilicias y, además, que González Gass levante las sanciones aplicadas a los estudiantes que anteayer marcharon hasta la UBA.

“Si un alumno quiere retirarse del colegio para asistir a una marcha, debe hacerlo con autorización de los padres –retrucó la rectora–. Si se retira sin esa autorización, es sancionado porque, mientras están en el colegio, están bajo nuestra responsabilidad.”