Martes, 13 de enero de 2009 | Hoy
EL PAíS › LAS DIFERENTES POSTURAS ENTRE QUIENES RECHAZAN LA INSTALACION DE BOTNIA
Mientras la asamblea de ambientalistas sostiene la necesidad de mantener el bloqueo del paso internacional, otros vecinos plantean que la modalidad de protesta debe ser otra porque el corte “perjudica a mucha gente”.
Por Julián Bruschtein
CARLOS SERRATI, AMBIENTALISTA DE COLON
Los ambientalistas ven “una moneda de cambio” entre los gobiernos de Cristina Kirchner y Tabaré Vázquez: “La Argentina levanta los bloqueos de las rutas que comunican a los dos países y Uruguay levantaría el veto a la presidencia de Néstor Kirchner a Unasur”, dijo a Página/12 Carlos Serrati, ambientalista de la localidad de Colón. Para los asambleístas, eso explicaría las declaraciones en los últimos días de funcionarios que buscan garantizar la libre circulación por los puentes internacionales que comunican ambos países. Ratifican, no obstante, que mantendrán sus medidas de fuerza.
–¿Cómo evalúa los reclamos para que se levante la asamblea de Arroyo Verde?
–Lo que hay que entender es el contexto en el que se lleva adelante la acción. Lo que sucede es que, ante la falta de respuesta de parte de los gobiernos nacional y provincial, es decir, ante la falta de una solución política que hace que todo siga como está, los vecinos entrerrianos decidimos continuar con la lucha. Sumado a esto, el gobierno uruguayo se niega sistemáticamente a sentarse a negociar y les prohíbe a los gerentes de la pastera venir a declarar ante la Justicia argentina. Por eso estamos atentos, porque esta avanzada puede tener que ver con la existencia de una moneda de cambio entre los dos gobiernos: si se levantan los bloqueos de las rutas que comunican a los dos países, Uruguay levantaría el veto a la presidencia de Néstor Kirchner a Unasur.
–¿Cómo evalúa la reacción de los funcionarios políticos?
–Las respuestas de los ámbitos institucionales resultan desproporcionadas. En las asambleas venimos debatiendo qué acciones se podían hacer durante el verano, entre las que se encontraba la posibilidad de cortar en los cambios de quincena. En ese marco, la salida con tanta fiereza de parte de los gobiernos nacional y provincial llama mucho la atención. Porque más allá de las medidas y de la discusión que se puede dar en el marco de la pelea contra Botnia, nunca hubo agravios ni insultos. Con esta campaña lo único que están logrando es lo contrario de lo que buscan: cada vez es más la cantidad de gente que se volvió a acercar a partir de las declaraciones de los últimos días.
–¿Y esto cómo repercute en los debates en la asamblea?
–Por supuesto que esta situación desvirtúa nuestro reclamo, que apunta a denunciar que Botnia está mal emplazada donde está, porque viola el Tratado del río Uruguay y contamina. En la mayoría de la gente existe la voluntad manifiesta de que la pastera no esté más donde está ahora. Porque esto es lo que tiene que quedar claro: acá podemos discutir la modalidad de las medidas que tomamos, que pueden ser cortar puentes, bloquear pasos o volantear a los vecinos, pero hay algo que no se discute: no abandonamos la pelea, porque Botnia sigue estando ahí.
–Mantener dos años cortado un puente internacional, ¿no desgasta la participación de los vecinos?
–Las comunidades han mantenido un alto grado de responsabilidad en todo este tiempo. Y a partir de la protesta organizada de Gualeguaychú se despertó gran cantidad de conciencias sobre la problemática ambiental en todo el país. Existe un antes y un después de la asamblea de Gualeguaychú porque como consecuencia se generaron otras organizaciones de vecinos que se oponen a emprendimientos industriales que afectan su entorno sin ser consultados por los políticos, como la minería por ejemplo. Lo único que logró que se relocalice la pastera ENCE fue la movilización y la resistencia de la gente.
JORGE NOVELLO, PRO LIBERACION DE LA RUTA
Por J. B.
A contramano de la asamblea de Gualeguaychú, apareció un nuevo agrupamiento de vecinos que se manifiesta en contra del corte por tiempo indeterminado sobre el puente internacional San Martín, que une la ciudad entrerriana con la oriental Fray Bentos. Jorge Novello, vecino jubilado, de 75 años, fue quien comenzó hace unos meses a impulsar acciones para levantar el bloqueo. “Está todo muy politizado. Lo que empezó como una causa noble terminó muy politizado”, dijo a este diario.
–¿Cuándo comenzó a manifestarse en contra del corte del puente?
–Hace tres meses creé el Movimiento Pro Liberación de la ruta 136, pero la decisión la tomé cuando la asamblea optó por continuar hasta que se vaya Botnia, y está clarito que no se va a ir. La primera medida que tomamos fue juntar firmas para presentar ante las autoridades y pedir que intervengan. Ahora estamos haciendo una campaña con carteles, en los diarios y en las radios, para que se sume la gente. Además, de todas las desgracias que decían que iba a ocasionar Botnia, no pasó ninguna: la miel se sigue exportando, Ñandubaysal sigue trabajando con el turismo y los arándanos andan bien...
–¿Y la participación es masiva?
–La gente participa en contra de ellos, pero tiene temor de expresarse porque son muy agresivos. Nos gritan por la calle o nos pintan las paredes de nuestras casas con insultos.
–¿Cómo ve la posición del gobierno provincial y del nacional de las últimas semanas?
–Bueno, por fin nos sentimos apoyados por el Gobierno. Ahora estamos a la espera de que tengamos una buena noticia y que se termine el corte de la ruta. Aquí hay mucha gente que ha sido perjudicada por la acción de unos pocos, porque encima cada vez son menos. Yo tengo una casita en Fray Bentos y no la puedo usar porque tengo que viajar por Colón y encarece todo. Al ser más difícil el acceso, también la gente dejó de alquilarme la casa y toda la zona se empobreció.
–¿Cuáles son los efectos que usted ve que causó el impedimento del paso a Uruguay?
–Han hecho un daño muy grande a nivel económico, a nivel moral y a nivel emocional también. Porque antes había una línea de colectivos que viajaba dos veces por día hasta Fray Bentos, que la gente usaba para visitar a sus familias. Hoy la gente no puede pasar, la línea de transporte está a punto de quebrar y la relación entre los vecinos cambió mucho a partir de la aparición de la asamblea.
–¿En qué sentido?
–Al principio había una gran expectativa de todo los pobladores, hasta que se empezó a teñir de este trasfondo político que tiene ahora. Tampoco ayudó la actitud del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, que cuando era candidato decía que estaba en contra de Botnia y cuando asumió dio un giro de 180 grados. Está todo muy politizado, lo que empezó como una causa noble terminó demasiado politizado. Esto genera mucha confusión en la gente, sumado a que los asambleístas ya son expertos en mentir. Cuando la empresa Green Cross hizo el análisis de aire a pedido de ellos, y los resultados dieron muy por debajo de lo que creían, los echaron. Ahora quieren otra vez cortar los tres pasos y es una barbaridad, se les ocurre cualquier torpeza.
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