El vicepresidente Julio Cobos fracasó ayer en su intento de desplazar al alfonsinista Gerardo Morales de la jefatura del bloque de senadores de la UCR. Morales consiguió que 9 de los 17 miembros de la bancada se expresaran a favor de la continuidad de toda la mesa de conducción. En minoría, el cobismo decidió declararse en “rebeldía” y tras pegar el faltazo a la reunión de bloque, anunció que deliberará por separado en una especie de “sub-bloque”, que luego le comunicará sus decisiones al resto. De esta manera, Cobos se quedó para el año próximo sin la conducción de ninguna de las bancadas, tanto de Diputados como de Senadores.

“Se ratificaron todas las autoridades del bloque”, anunció el presidente de la UCR y senador por Mendoza, Ernesto Sanz, quien admitió que la bancada se encuentra en una situación más que delicada. “No queremos esmerilar a ningún dirigente radical y no es una cuestión personal contra Morales, pero esperamos que haya algún cambio en la forma conducción que hace tiempo que venimos reclamando”, relató Eugenio “Nito” Artaza, quien ofició ayer de vocero de Cobos.

Los cobistas se esforzaron por aclarar que no se trata de una “ruptura” del bloque, ya que formalmente no armarán una bancada distinta. Sin embargo, en la práctica actuarán de manera independiente. Según Artaza, hoy volverán a reunirse para seguir analizando la situación. De todas maneras, el capocómico relató que los ocho senadores que adscriben al cobismo se reunirán previo al bloque y que a través de tres representantes comunicarán sus definiciones al resto de sus compañeros. Esos emisarios serían Laura Montero, actual secretaria del bloque, y Oscar Castillo y José Roldán, que formalmente integran las bancadas del Frente Cívico y el Frente de Todos pero que participaban de las deliberaciones.

El vicepresidente tuvo ayer una intensa actividad en su despacho. Recibió a senadores para analizar la pelea, pero también examinó junto a los diputados Oscar Aguad, Daniel Katz, los dirigentes Federico Storani y Jorge Alvarez, las encuestas que le acercó un consultor de Poliarquía.

La derrota cobista fue sellada por los senadores Mario Cimadevilla (Chubut) y Juan Carlos Marino (La Pampa), que venían del cobismo y en el último tiempo empezaron a hacer equilibrio entre los dos bandos. A favor de la continuidad de Morales ya se habían expresado Sanz (Mendoza), Luis Naidenoff (Formosa), José Cano (Tucumán), Arturo Vera (Entre Ríos), Alfredo Martínez (Santa Cruz) y Roy Nikkisch (Chaco), quien se definió tras resolver con el ex gobernador Angel Rozas su interna provincial.

Aunque tanto Cimadevilla como Marino tienen diferencias con Morales en relación con la conducción del bloque, ambos mantienen un excelente vínculo con Sanz, quien los persuadió de acompañarlo. El primero, además, le debe a Sanz su lugar en el Consejo de la Magistratura. Marino, en cambio, percibe el incremento de la popularidad de Alfonsín en La Pampa, por lo que decidió empezar a participar, con perfil bajo, de las actividades del Morena.

La disputa en el Senado surgió como consecuencia de un conflicto originado en Diputados. Allí, en 2009, Ricardo Alfonsín había acordado con el cobista Oscar Aguad que alternarían un año cada uno en la presidencia del bloque. Pero tras convertirse en candidato presidencial, Alfonsín decidió poner en su lugar a Ricardo Gil Lavedra, lo que sirvió de excusa a los cobistas para pelear por retener la conducción un año más. En los últimos días se alcanzó un acuerdo y finalmente Gil Lavedra conducirá la bancada de 43 diputados. El alfonsinismo se quedó con la secretaría general, para Gustavo Cusinato, y la secretaría de Coordinación, para Juan Pedro Tunessi. En cambio, el cobismo logró retener la secretaria parlamentaria, para Silvana Giúdici, además de la vicepresidencia de la Cámara y el Consejo de la Magistratura para Aguad.