EL PAíS › REPORTAJE A CRISTINA KIRCHNER
“El PJ ya está fracturado, hay modelos antagónicos”
Explica por qué le molesta que piensen en decirle primera dama. Les pega duro a Carrió, a Menem, a muchos progresistas. Rescata a Duhalde, a Ginés González García, a Lavagna. Explica por qué siendo peronista no quiere internas. Y mucho más.
Por Diego Schurman
Si la casa describiera a sus moradores se podría decir, sin dudar, que Cristina Fernández es abogada, familiera y obsesivamente coqueta. Pero ni el Código Penal ni los retratos con sus hijos ni mucho menos los delicados muebles alcanzan para presentarla. En su historia hay un padre balbinista-antiperonista y una madre justicialista fanática; un interminable trajín por el Congreso Nacional –fue diputada y es senadora– y un declarado amor por su esposo Néstor, a quien curiosamente llama por el apellido, sin por eso dejar de defenderlo a capa y espada. Y así lo demuestra en este reportaje a Página/12, donde por primera vez sale al cruce de quienes por fuera o dentro del peronismo cuestionan las aspiraciones presidenciales del gobernador de Santa Cruz. O, como diría ella, de “Kirchner”, a secas.
–¿Cómo tomó las críticas de Elisa Carrió a su esposo?
–Hay una discusión sobre lo que es el progresismo. Pero una cosa es participar en gestiones de gobierno, cuando se es responsable de que la gente cobre a fin de mes, y otra hablar desde una banca, que es fácil.
–¿Por qué ese distanciamiento después de haber compartido un espacio con ella y Aníbal Ibarra?
–Compartimos un espacio porque creemos que tiene que haber un recambio institucional. Nada más.
–Ahora compiten por un espacio y por los votos.
–No disputamos espacio. Construimos poder para transformar la sociedad, de la misma manera que lo hicimos en Santa Cruz. No lo hicimos para que la gente dijera “Kirchner es progresista” sino para que la gente tuviera trabajo, salud y educación. Eso es ser progresista.
–En algún reportaje habló de “la tiranía lomense” en clara alusión a Duhalde. Hoy comparten un frente. ¿Qué pasó?
–Yo fui muy crítica con el Gobierno. Creía y creo que en su momento había que llamar a elecciones. Estar con Duhalde no es punto débil... ¿Perdón? ¿Ustedes cómo conciben a la política? ¿Como una secta en la que todos están de acuerdo y dicen lo mismo? En el PJ no todos pensamos igual.
–¿Se puede hablar de “renovación” en un frente donde están Carlos Juárez o Julio Miranda, por citar sólo dos?
–Perdón, perdón. (Rafael) “Balito” Romá, uno de los principales referentes del ARI, y cogobernó la provincia de Buenos Aires durante toda la gestión duhaldista. Y qué hablar de Mario Cafiero, que además de ser 8 años funcionario de Duhalde como diputado votó las leyes del menemismo. Yo recuerdo la reforma laboral de Erman González, donde además de dar quórum, la votó positivamente.
–Kirchner dijo el otro día que va a terminar con Carlos Menem, con su modelo. Entonces él da por hecho que el modelo menemista sigue vigente.
–La sociedad ya le dio el certificado de defunción el 20 de diciembre, con la salida de De la Rúa, que profundizó ese modelo y con bastante incompetencia. Y después vino la devaluación...
–Pero el modelo menemista es mucho más que el 1 a 1.
–Sí, es una sociedad individualista, fragmentada...
–¿Nuestra sociedad no presenta aún esas características?
–Lentamente la sociedad va advirtiendo que en ese camino no se podía seguir. El menemismo fue fundamentalmente la incorporación acrítica al proceso de globalización sin proyecto propio de país. Cuando leía declaraciones de dirigentes del FMI tratando de chantajista a Lavagna sinceramente sentí que estaba viviendo en otro país. Yo me acuerdo la llegada de Teresa Ter Minassian al Congreso... había actitudes reverenciales. Lavagna es diferente. No digo que estamos al borde de la revolución nacional y popular. Tampoco creo que la sociedad quiera cambios traumáticos.
–Hay dirigentes que ponen en duda el liderazgo de Kirchner, dicen que le falta carisma...
–Lo que importa es la capacidad de gestión. ¿si Kirchner es carismático? (estira la boca en gesto de “no sé”) Igual hay cada carismático...
–¿Por qué le dice “Kirchner” a su marido? Leí por ahí que, incluso, no le gusta que la traten de “Primera Dama”.
–Tenemos la misma actividad, somos abogados, estudiábamos en la misma universidad y compartimos la militancia. ¿Pero por qué le digo Kir-chner? ¿Qué sé yo? Pasa como en las películas de Bergman, que uno pregunta qué quiso decir. Y una vez Bergman contestó: “Yo no quise decir nada, simplemente me gustó la imagen y la puse en la película”. Las cosas son como son. Le digo Kirchner como le podría decir de otra manera. En cuanto a lo de “Primera Dama”, sí, ahí hay una razón política. No tiene que ver con una relación marital. Y yo en la provincia no soy la primera dama. He sido diputada provincial antes de que él fuera gobernador. Cuando se le hizo un juicio político al gobernador yo era vicepresidenta primera de la Cámara y quedé como virtual gobernadora cada vez que el vicegobernador salía de la provincia.
–Ambos son criticados por manejar una provincia con las ventajas que dan las regalías petroleras.
–Parece que Kirchner hubiera sido el general Mosconi y cuando él llegó se descubrió el petróleo. Pero Santa Cruz ya tenía la misma cantidad de petróleo en 1991 que ahora. Y cuando llegamos la provincia estaba fundida, debía tres presupuestos, tenía dos o tres meses impagos, aguinaldo impago, etc, etc. No había salud, educación, salarios, nada. Hay provincias que tienen el doble de población y tienen el doble de ingresos por regalías, porque son primeras productoras en crudo y gas, y sin embargo tienen altísimos niveles de desocupación.
–¿Cómo explica que Santa Cruz tenga 530 millones de reservas depositadas en Suiza?
–Cuando nosotros recibimos el producido de las deudas que la Nación tenía con 10 provincias nos dieron papelitos. Con esos papelitos nosotros compramos acciones de la petrolera estatal. Santa Cruz llegó a tener el 4 por ciento de YPF. Se diseñó una estrategia financiera para preservar los recursos financieros que permitiera ir capitalizando la provincia a través de inversión social, escuelas, hospitales. Cuando Roque Fernández y Menem deciden la venta de Repsol-YPF tuvimos que vender las acciones y con el producido hicimos una estrategia para preservar los fondos. Y nos felicitamos porque, si no, estaríamos con el mismo problema que tiene San Luis con sus depósitos. Pero además, en la última elección Kirchner logró el 62 por ciento de los votos y eso dice que le gente nos apoyó.
–De eso quería hablar. Kirch-ner le negó la posibilidad de re-reelección a Menem. Y sin embargo en su provincia modificó la Constitución para permitir su propia reelección indefinidamente. ¿Cómo se explica?
–Es similar a Estados Unidos. Clinton antes de ser presidente fue tres veces gobernador de Arkansas. Los límites son para el presidente pero no para el gobernador.
–Pero se prioriza una persona sobre un proyecto político. Es muy común hablar de dinastías en varias provincias argentinas.
–No creo que el individualismo pase por la reelección. Creo que tiene que ver más con la economía. Nadie duda sobre la organización democrática de los Estados Unidos.
–¿Kirchner le gana a Menem?
–Sí, eso ya lo decidió la sociedad.
–En el armado falta el vicepresidente. Chiche Duhalde ya dijo que no...
–No voy a hablar de ninguna persona.
–Insisto: ¿no les perjudica el apoyo explícito de Duhalde?
–Las encuestas dicen lo contrario. Hay que buscar consenso. Yo pienso como Dostoievski: “Pinta tu aldea y serás universal”.
–Kirchner, al hablar bien de los ministros Juan José Alvarez, Lavagna, Ginés González, sugiere cierta “continuidad”...
–Ginés González García habló de los genéricos cuando acá eso significaba entrar en guerra con los laboratorios medicinales. No es menor, ni tampoco lo de Lavagna. Frente a la historia de renunciamientos y entrega de lo nacional no es menor. Y hay que destacarlo.
–¿No ve nada malo en el gobierno de Duhalde?
–Que no convocó rápidamente a elecciones, que es lo que pedíamos para dar legitimidad.
–¿Por qué se niegan a las internas?
–Porque no hay reglas de juego claras. La interna presupone que quien pierda debe apoyar al otro.
–Eso suele ser parte de la vida democrática de un partido.
–Pero no estamos en una situación similar a la del año 88, donde Cafiero y Menem, si bien competían, compartían un mismo espacio, el de la renovación. Las diferencias eran más de estilo. Si Menem no tiene miedo a la sociedad no se puede negar a ir con padrón general. Ese es un acto de verdadera democracia.
–Entonces me está diciendo que ahora hay una fractura de hecho en el PJ.
–Sí. El PJ ya está fracturado. Hay modelos antagónicos. Cuando se rompió la hegemonía menemista no hubo una conducción que la sustituyera. Cuando se hace añicos la teoría del derrame, se rompió el sistema de decisión. ¿Alguien puede exigirme que si gana Menem yo lo vote? ¿Alguien cree que Menem votaría por nosotros?
–¿Por qué Kirchner se cuida de no atacar a Rodríguez Saá cuando antes lo acusaba de querer quedarse apoltronado en la Casa Rosada?
–Creo que hubo actitudes en aquel momento que no se entendieron como un gobierno provisorio de tres meses destinado a convocar a elecciones. Pero siempre lo respetamos. Kirchner es un hombre respetuoso.
–¿Quién va a ser el candidato de la derecha argentina?
–No sé. Igual la derecha nunca obtuvo más del 10 por ciento de votos.
–Pero siempre gobernó o tuvo sus hombres en el poder.
–Es un problema de traición de los partidos populares que renuncian a su representación. Pero ojo con confundir eso con las sectas. Los que acá critican los armados políticos van a Brasil a vivar a Lula y nada dicen de su vice, que es el empresario más rico del país, como si acá fuera Perez Companc. Para mí es superinteresante la construcción del modelo de Lula. Yo creo que además de ir a la fiesta de asunción de Lula hay que ver cómo se construye en el campo popular
–¿Usted qué es en el arco ideológico?
–Peronista.
–Igual que Menem.
–No, no (se ríe). Para Menem el PJ fue un instrumento.
–Menem dijo que Kirchner es el chirolita de Duhalde...
–...Sí, lo oí. Menem está muy nervioso. Se ve que las cosas no le están saliendo como pensaba.