Un contrato de locación para un abogado, algunos miles. Una maestría en la Universidad Austral, 42 mil pesos. Transferir fondos públicos para que la curse un asesor PRO no tiene precio. El ministro de Educación, Esteban Bullrich, firmó un convenio con esa casa de estudios –que, se sabe, está estrechamente vinculada con el Opus Dei– para que, al menos, uno de sus asesores legales curse una maestría en derecho administrativo. El total del costo ya fue pagado en una sola cuota. “Es grave que se estén gastando recursos del Estado en una formación decidida arbitrariamente para alguien que probablemente en el futuro no tenga un aporte en su conocimiento a la ciudad”, planteó la legisladora kirchnerista Gabriela Alegre, que presentará un pedido de informes para averiguar si existen otros casos.

El abogado Jorge Ezequiel Huarte está contratado en el “despacho legal Unidad Ministro” de Educación, según figura en la resolución 71 del 2010, en la que curiosamente no aparece el sueldo que percibe como asesor. En esa norma, el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y el ministro de Hacienda, Néstor Grinde-tti, autorizaron a Bullrich a acelerar algunos mecanismos administrativos para contratar al abogado (presentó el papeleo luego de empezar a cobrar).

Pero ésta no es la única suerte que tuvo Huarte. El asesor de Bullrich es el beneficiario de un “convenio de prestación académica” firmado por el ministro y por el decano de Derecho de la Universidad Austral, Juan Cianciardio, el 19 de abril de este año. El convenio –al que accedió Página/12– está registrado en la Escribanía General con el número 8609, pero estaría faltando en el Boletín Oficial. No sería la primera vez que fallan las publicaciones en ese organismo: por la contratación del espía Ciro James en Educación hubo una extensa polémica entre oficialistas y opositores porteños sobre si se había publicado o no.

En el generoso convenio, Bullrich accede a transferir en un solo pago la suma de 42 mil pesos en concepto de honorarios por el posgrado en derecho administrativo que brinda la universidad, que comparte con el ministro una forma de vivir el cristianismo. El funcionario macrista también se comprometió a certificar “la idoneidad del postulante mediante el cumplimiento de los requisitos formales y sustanciales exigidos por la facultad”, que no se especifican en ninguno de los puntos.

El abono por adelantado de la totalidad de la maestría, que dura dos años, debía hacerse “dentro de los diez días”, lo que plantea algunos interrogantes: no está claro qué ocurriría si Huarte decide renunciar al gobierno porteño y sigue cursando la maestría. El convenio no fija ningún curso de acción a seguir ante esa situación. El posgrado es uno de los más caros del país: dura dos años y tiene una dedicación de un día completo por semana, además de dos semanas intensivas por año. Son 25 materias y un total de 1416 horas de cursada. Como defensa, en el ministerio porteño sostuvieron que es el más extenso y completo.

Además de criticar el hecho de que se haya elegido una universidad privada, Alegre cuestionó que el elegido sea un contratado y no alguien de planta permanente, dado que la capacitación que reciba no perdurará necesariamente en el gobierno de la ciudad. “Hay programas de capacitación para la planta permanente, pero esto no tiene nada que ver. Tendría que ser seleccionado por concurso y no a dedo por el ministro”, consideró la legisladora kirchnerista. “Vamos a hacer un pedido de informes para ver si existen otros casos”, afirmó.

En el Ministerio de Educación no hubo ningún funcionario público que quisiera responder por este caso dando su nombre y apellido. Cerca de Bullrich aseguraron que Huarte es “un cuadro técnico que se está capacitando en una facultad de prestigio” y que todos los pasos se dieron en forma legal y siguiendo el procedimiento. No dieron pistas, en cambio, sobre cuáles fueron los criterios para elegir esa universidad en particular y al feliz maestrando.