Hagan sus apuestas. El PRO bonaerense se anotó para poder colgar una lista de adhesión de uno de tres candidatos presidenciales: Eduardo Duhalde, Alberto Rodríguez Saá o Ricardo Alfonsín. Lo que presentaron fue la “voluntad de adhesión”, que harían efectiva luego de ver cuánto saca cada uno en las primarias del 14 de agosto. A esos comicios el macrismo de la provincia de Buenos Aires se presentará con boleta corta, sin candidato a presidente y con Jorge Macri para la gobernación bonaerense. Anoche todavía discutían si llevar o no lista de diputados. El primo de Mauricio Macri estuvo reunido ayer con Graciela Camaño, pero no llegaron a un acuerdo.

Caída la candidatura presidencial de Mauricio Macri, los dirigentes provinciales empezaron a negociar por su cuenta. Ante el desbande, la mesa nacional del PRO optó por dar libertad de acción. El resultado: los PRO de las tres provincias de Cuyo apoyan a Rodríguez Saá, otros siete distritos están con Duhalde y en Salta Alfredo Olmedo podría llegar a ir con Alfonsín. Al menos tres provincias debieron ser intervenidas: Entre Ríos, Salta y Tierra del Fuego. En La Pampa, también se encaminan a apoyar a Duhalde, aunque en lo local elegirían como candidato a Juan Carlos Tierno, el ex intendente de Santa Rosa destituido por abuso de poder.

En la provincia de Buenos Aires, las negociaciones con Francisco de Narváez nacieron muertas el día en que el Colorado se reunió con el jefe de Gobierno en la casa de su padre, Franco Macri. Allí los dos empresarios se exigieron la mitad de los lugares en las listas del distrito del otro y se lo denegaron mutuamente. Macri reclamó participar en las negociaciones con Alfonsín y De Narváez lo mandó a conversar con los radicales porteños, que es como mandarlo a la esquina a ver si llueve.

Con Camaño tuvieron un mejor comienzo con Jorge Macri, pero la relación se estancó a la hora de discutir lugares en las listas. Además, el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba venía advirtiendo sobre la posibilidad de que una alianza con Duhalde espantara votos porteños. Finalmente, el PRO se anotará hoy para competir en la provincia aliado a una serie de partidos vecinales. Ayer seguían discutiendo los lugares en las listas.

Sin alianza con Camaño, ni con De Narváez, lo que harán los apoderados del macrismo es presentar la “voluntad de adhesión” a las candidaturas de

Duhalde, Rodríguez Saá y Alfonsín. Incoherencia ideológica aparte, la iniciativa tiene el fin de mantener todas las puertas abiertas para después del ballottage porteño, cuando Macri supuestamente daría a conocer a qué candidato opositor apoyará en octubre.

En agosto, el PRO bonaerense irá a la interna con boleta corta y después, si pasan el piso del 1,5 por ciento, decidirán si finalmente cuelgan una colectora de alguno de los tres candidatos. Solamente pueden elegir a uno y hay un dato no menor: el candidato tiene que aceptar que lo respalden.

“Después veremos. Si ninguno mide más de diez puntos, ¿para qué vamos a adherir?”, decían en el macrismo, donde el pragmatismo es la herramienta para sobrevivir a una elección sin candidato presidencial propio. En la elección provincial, prometía arañar unos ocho puntos del electorado de De Narváez. “Vamos a representar a los votantes de Unión-PRO que no se sienten representados por el acuerdo de De Narváez con el radicalismo”, delineaban el discurso de campaña.

“Se abre una triple instancia a nivel nacional. El PRO en cada distrito va a poder adherir tanto a la postulación de Duhalde como a la de Ricardo Alfonsín o a la de Alberto Rodríguez Saá. Eso lo define cada provincia”, advirtió ayer Jorge Macri. “Vamos a ir a la elección del 14 de agosto sin candidato a presidente”, advirtió el candidato a gobernador del PRO. “Las versiones de que el PRO iba a ir con una lista colectora de Duhalde fueron tal vez una expresión de deseo de algunos que estaban cerca del presidente”, desmintió con cariño.