Miércoles, 1 de febrero de 2012 | Hoy
EL PAíS › EN LA CONFEDERACIóN GENERAL DEL TRABAJO SE POTENCIAN LAS DISPUTAS ENTRE MOYANISTAS, GORDOS E INDEPENDIENTES
El conflicto de los camioneros atizó la interna por la sucesión de Hugo Moyano. Los Gordos salieron a criticar a su hijo, Pablo, líder de los camioneros, y a reclamar diálogo. Los moyanistas bajaron la tensión con el Gobierno.
Por Nicolás Lantos
Después de casi una década de relativa calma, la CGT entró convulsionada a un año en el que deberá renovar sus autoridades, y, a juzgar por los cada vez más frecuentes cruces entre los sectores que se van delineando, parece complicado que se alcance un consenso respecto de la sucesión. El alejamiento de su secretario general, Hugo Moyano, del gobierno nacional, lo ha dejado expuesto a las críticas de los Gordos, quienes condujeron la central durante la década del ’90 y siempre se opusieron a su liderazgo, pero también genera dudas entre sus aliados.
Por otra parte, los llamados “independientes”, representantes de los gremios industriales, que acompañaron a Moyano durante buena parte de su gestión, ahora no se sienten cómodos en ese lugar y se ven con chances de llegar al congreso nacional que se celebrará en junio con la posibilidad de poner a uno de los suyos a la cabeza. En este contexto, el conflicto entre el gremio de camioneros y el Correo Argentino, a causa de 200 despidos, tensó posiciones: las declaraciones destempladas de Pablo Moyano, su secretario adjunto, y la amenaza de tomar medidas de fuerza contra el gobierno nacional, despertaron una dura crítica de los otros sectores.
En Casa Rosada, en tanto, observan con interés cómo se desenvuelve la interna gremial, y, aunque algunos funcionarios tienen intereses en inclinar la cancha para un lado u otro, la orden que bajó fue mantenerse al margen de la disputa, según indicaron a Página/12 fuentes de dos ministerios que tienen injerencia en el tema. De todas formas, el violento comunicado que camioneros distribuyó el lunes, en el que tratan con términos destemplados al ministro de Planificación, Julio De Vido, “no ayuda para nada a aplacar los ánimos”, aseguran desde el Gobierno. Para Pablo Moyano, quien había firmado esa nota, De Vido “se despertó en un mal día o no tomó la medicación” cuando criticó las medidas de ese sindicato. “Es inadmisible negociar en esos términos”, retrucan desde el kirchnerismo.
“Es una barbaridad, una locura esto. Uno puede estar enojado o afectado por la actitud de un funcionario del Gobierno, pero faltarle el respeto como lo hizo este chico ayer... se le sale la cadena muy seguido con las actitudes que tiene, las cosas que dice, las ofensas”, salió al cruce el secretario General de Luz y Fuerza, Oscar Lescano. Para el histórico dirigente “Gordo”, dentro de la CGT muchos “se dan cuenta de que esto es un atropello, que hay una actitud de maleducado de este chico” por lo que se “van a profundizar las divisiones del movimiento obrero”.
Tal como ya había hecho repetidas veces el año pasado, Lescano abogó por que Moyano deje de forma anticipada la conducción de la central obrera, una idea que no encontró eco entonces ni parece que vaya a hacerlo ahora. “No sé si en marzo no va a acontecer algo que algunos están esperando y otros deseando –proyectó el Gordo–. Hay que llamar a un congreso urgente, debe llamar a los amigos y a los adversarios, porque enemigos no tiene, y decir ‘hagamos un congreso y el que gana, gana’”, fue su propuesta. Para Lescano, el próximo secretario General de la CGT “tiene que ser del área industrial o de SMATA”, el gremio metalmecánico.
El mayor de los hijos de Moyano, en tanto, bajó el tono respecto al comunicado del día anterior, sin embargo salió al cruce de los planteos que recibió, particularmente de Lescano. También volvió a referirse a De Vido, aunque sin mencionarlo y en términos más civilizados: “Estos funcionarios que hoy critican, alentaban cuando nosotros hacíamos paros a empresas como Siderar o Techint para blanquear a los cientos de trabajadores camioneros que estaban en negro. Ahora parece que somos los extorsionadores y apretadores del Gobierno”, se quejó.
“Nosotros hemos mantenido una línea de conducta y la vamos a seguir teniendo. Eso te da un poco de autoridad para poder hablar y decirle al Gobierno que, si bien hemos avanzado muchísimo en los derechos de los trabajadores, faltan todavía cosas. Si eso es estar en contra del Gobierno, están equivocados”, sostuvo el secretario adjunto de camioneros, que también se acordó de Lescano. “En los años ’90 era del club de los recontra alcahuetes de Menem”, recordó, mientras que su padre “no nació en la CGT, se crió en Camioneros, y el día que decida que se tiene que ir de la CGT, desde Camioneros va a seguir peleando y denunciando a los empresarios que explotan a los trabajadores”.
Mientras tanto, el metalúrgico Carlos Gdansky, diputado nacional por el Frente para la Victoria, buscó bajar un tono a la confrontación y respaldar al gobierno nacional. “Hay que entender que cada uno defiende su posición, más cuando hay despidos”, sostuvo, aunque hizo la salvedad de que “a veces se van de la mano algunas palabras y hay respuestas y contrarrespuestas”. Por eso, siguió, “hay que medirse y estar tranquilos porque los conflictos no se definen así” ya que “existe la posibilidad de una mesa de negociación”.
Gdansky se distanció de Moyano respecto de la relación que mantiene hoy en día con el Gobierno. “Hagamos memoria para darnos cuenta de qué estamos hablando”, pidió el legislador, que recordó que “la posibilidad de crecimiento nos ha beneficiado absolutamente en el desarrollo industrial, la ocupación y en volver a tener beneficios que habíamos perdido”, por lo que es necesario “toda la voluntad posible para acompañar este proceso, para estar en el diálogo y para que a partir del consenso salgan las mejores cosas para todos”.
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