EL PAíS
Enrique Petracchi fue elegido presidente de la Corte Suprema
Con la ausencia de Eduardo Moliné O’Connor y la abstención de Adolfo Vázquez, el magistrado fue elegido ayer por sus pares como presidente de la Corte en reemplazo de Carlos Fayt. Asumirá a principio del año próximo.
“Se viene una nueva Corte”, anunció ayer Enrique Petracchi, después de haber sido elegido como futuro presidente del máximo tribunal. El ministro asumirá su cargo a principio del año próximo, y así Carlos Fayt podrá ver concretada su aspiración de festejar los veinte años como supremo encabezando el cuerpo.
“Milagros no espero, pero buscaré el apoyo de todo el cuerpo. Voy a buscar el consenso con mis colegas porque ésta es una Corte distinta y ya están dadas las condiciones. Vamos a discutir los temas entre todos”, dijo Petracchi. El futuro presidente del tribunal aludió así al proceso que comenzó con la salida del ultramenemista Julio Nazareno y la entrada de Eugenio Raúl Zaffaroni. Esta transformación continuará con la llegada de una mujer y la despedida de Guillermo López, Eduardo Moliné O’Connor y, previsiblemente, Adolfo Vázquez. Este último fue el único –Moliné, suspendido, no participó– que no apoyó a Petracchi en la votación de ayer.
Cuando el nuevo presidente del tribunal se haga cargo de su puesto, la composición de la Corte ya será diferente. La renuncia de López se materializará el 1° de diciembre y, si las aspiraciones del Gobierno no encuentran ningún obstáculo, poco después, la suspensión del ex vicepresidente del tribunal se convertirá en destitución. También Vázquez, que hoy tiene que presentarse en la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, podría alejarse antes de que su acusación avance. Luego, en abril, será el turno de despedir a Fayt. El actual presidente anticipó que se irá en abril, y aunque confiese que a pesar de sus 85 años le gustaría quedarse, su partida será diferente a la de los miembros de la ex mayoría automática que se fueron por la puerta de servicio del Palacio de Tribunales.
“No es nada personal. Voto en razón del mecanismo y no de las personas”, intentó aclarar Vázquez, quien justificó su abstención de ayer en que consideraba que la presidencia del tribunal debe ser ejercida, en forma rotativa, por todos los integrantes. Su argumento no alcanzó para ocultar su evidente enemistad con quien resultó elegido presidente. El año pasado, cuando la Corte Suprema en bloque fue sometida a juicio político, Vázquez criticó puntualmente a Petracchi y Gustavo Bossert, que fueron los integrantes del tribunal que recibieron menos reproches por parte de los legisladores. “Yo me peleo con Kant, con Husserl, con Popper, con otros pensadores. Pero con Vázquez, no me peleo”, le contestó Petracchi a través de La Nación.
El futuro presidente de la Corte –asumirá el 1° de enero de 2004 por tres años– recibió el respaldo de sus otros seis colegas presentes en la votación: Antonio Boggiano, Juan Carlos Maqueda, Fayt, López, Zaffaroni y Augusto Belluscio, quien fue elegido como vicepresidente.
Tanto Petracchi como Belluscio evitaron votarse a ellos mismos, estrategia a la que tuvo que recurrir Nazareno en la última elección para permanecer como presidente de los supremos. Ayer, Petracchi se inclinó por la fórmula Maqueda-Belluscio, mientras que éste lo hizo por Petracchi-Maqueda.
Además de sus funciones como presidente y vice de la Corte Suprema, Petracchi y Belluscio asumirán al frente –respectivamente– del Consejo de la Magistratura y el Jury de Enjuiciamiento. A estos organismos, destinados a nombrar, sancionar y remover a los magistrados, les esperan períodos de actividad, si, como pretende el Ejecutivo, la renovación del Poder Judicial se extiende a los tribunales inferiores luego de que termine el proceso en la Corte.
La presidencia de Petracchi encontrará a los supremos con ciertos temas de trascendencia pendientes. “La Corte tiene miles de causas vitales cajoneadas; nadie se imagina lo que hay”, admite el ministro en privado. Entre los expedientes que reclaman prioridad –y que serían considerados como tal a partir del año próximo–, están las definiciones acerca del corralito financiero y la validez de las leyes de Obediencia Debida yPunto Final. Este último tema, a partir de una iniciativa del mismo Petracchi, fue derivado a la Cámara de Casación. Pero sea cual fuere el pronunciamiento de ese tribunal, la Corte deberá luego pronunciarse sobre las normas de impunidad.
Petracchi, el único peronista de la Corte designada por Raúl Alfonsín en 1983, ocupó la presidencia de la Corte en 1989, cuando renunció José Severo Caballero. En esa oportunidad su período de tres años sólo duró nueve meses, porque luego de la ampliación del tribunal que dio comienzo a la era menemista de la mayoría automática, el ministro llamó a una nueva votación y cedió su lugar a Ricardo Levene. “Las pérdidas y las ganancias en este mundo son pasajeras... como los romances... y los paraísos”, dijo en épocas en las que la mayoría automática lo encontraba del lado de los supuestos perdedores. Ayer, su paciencia parece haber sido recompensada.