“39 años después del secuestro, Chicha sigue buscando a su nieta y no vamos a dar ni un solo paso atrás.” Desde la vereda de la casa de María Isabel Chorobik de Mariani, Juan Martín Ramos Padilla, uno de sus colaboradores, inauguró así la conferencia de prensa en la que ratificó que la joven cordobesa María Elena Wherli no es la nieta de Chicha, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, y que si bien la abuela, de 92 años, “está triste y dolorida” por la situación, mantiene “la misma fuerza de siempre para seguir luchando” por encontrar a su nieta Clara Anahí, secuestrada cuando tenía tres meses luego de que fuerzas de seguridad asesinaran a su mamá, Diana Teruggi, durante la última dictadura cívico militar. En compañía de Leticia Finocchi, secretaria de la Asociación Anahí, y Carla Rutila Artes, apropiada por el genocida Eduardo Ruffo y restituida en 1985, Ramos Padilla calificó de “error comunicacional bienintencionado” a la difusión que el colectivo creado por Mariani hace 20 años realizó sobre el hallazgo de Clara Anahí sin la confirmación de la Justicia. “Se trató de un comunicado apresurado debido a que personas bien intencionadas se dejaron llevar por la emoción”, concluyó.

Poco después del mediodía, algunas colaboradoras de Chicha cruzaron la puerta de entrada de su casa, en donde también funciona el archivo que la ex presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo construyó a lo largo de 39 años de búsqueda de su nieta, y colgaron de la ventana que da a la vereda el cartel institucional de la Asociación Anahí. Allí nomás, en la vereda, colocaron una mesa y tres sillas. Artes, con la foto icónica de la nieta de Chicha a la vista, se sentó en una; Finocchi, en otra. Desde el centro, el único interlocutor de la conferencia fue Ramos Padilla, quien primero trasladó el “agradecimiento” de la abuela a “todos los que se acercaron a saludar” durante los últimos días y luego reiteró lo ocurrido entre la comunicación de que había aparecido Clara Anahí y la rectificación de esa información por parte de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) ante la Justicia.

El viernes a la tarde, Mariani concurrió al Juzgado Federal número 3 de La Plata, a cargo de Ernesto Kreplak, donde tramita la causa de la búsqueda de su nieta, junto con Wherli. Mariani presentó el estudio genético con el que la joven cordobesa le había anunciado que era su nieta. Ambas declararon. También lo hizo la directora de la Conadi, Claudia Carlotto, por pedido de Kreplak. Carlotto acercó dos informes del Banco Nacional de Datos Genéticos, “la institución creada por ley para dar información fehaciente y definitiva sobre los casos de identidad vinculados al terrorismo de Estado”, contó Ramos Padilla, quien reiteró lo que se sabe desde el viernes: que uno de ellos fue realizado en mayo pasado; que con una muestra archivada de Wherli, la institución repitió los chequeos antes de ayer y que los trabajos “indican que María Elena no es Clara Anahí Mariani”. Wherli se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba en diciembre de 2014. En mayo de 2015 el BNDG chequeó su muestra genética con todas las depositadas en el laboratorio. Los resultados, negativos, estuvieron disponibles en junio. Pero, además, también existe el expediente judicial que acredita la adopción plena de Wherli, en donde figura el nombre de sus padres biológicos, quienes no son Diana Teruggi y Daniel Mariani.

“Tenemos que decir con mucho dolor y tristeza que hace dos días hubo un entusiasmo de todos a partir de un comunicado de la Asociación Anahí”, apuntó Ramos Padilla en relación al documento que anunciaba el encuentro en base al informe del laboratorio C.I.G.A. –firmado por el genetista forense Juan Carlos Jaime– que Wherli entregó a Mariani el jueves a la mañana y que aseguraba que había 99,9 por ciento de probabilidades de vínculo filial entre ambas. Durante la exposición, Ramos Padilla consideró que aquel comunicado había sido un “error comunicacional bienintencionado de personas que quieren mucho a Chicha Mariani” y que “se dejaron llevar por la emoción”.

Equivocación comunicacional

Finocchi, una de los tres integrantes de la Asociación que firmó el comunicado aquel, aclaró que “no fue solo la emoción, sino que había un estudio que daba positivo”. “Nosotros corroboramos que el laboratorio –autor del análisis de ADN que presentó Wherli a Mariani– era de prestigio, que interviene en casos judiciales y creímos en ese positivo”, apuntó a este diario. “Decidimos darlo a conocer convencidos de que en el Banco daría positivo también. No sabíamos que la chica ya se había analizado, ella dice que no”, continuó. La Abuela de Plaza de Mayo y presidenta de la Asociación Anahí, Elsa Pavón, también firmó el comunicado que informó el hallazgo sin la confirmación del BNDG aunque no participó de la conferencia de prensa de ayer por no estar de acuerdo con esa acción. “Noso- tros íbamos a realizar una conferencia el lunes, después de que Chicha y María Elena se presentaran a la Justicia con toda la documentación. Nuestra intención nunca fue evitar la Justicia, sino informar la noticia que nos llenó de alegría en base a un documento legal que decía que había un 99,9 por ciento de probabilidades de que la joven tenía vínculo con Chicha. Pero las cosas se adelantaron. Posiblemente nuestro error haya sido contar que pensábamos que habíamos encontrado a Clara Anahí.”

Compatibilidad incompleta

Ramos Padilla informó ayer que “no está claro qué muestra de sangre” utilizó el laboratorio cordobés para comparar con el perfil genético de Wherli así como tampoco “si existió cadena de custodia o no”. “Por supuesto que se va a investigar” la situación, apuntó el colaborador de Mariani. Según trascendió, el 99,9 por ciento de compatibilidad aseverada por el informe firmado por Jaime no implica filiación entre la joven y la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo ya que ese vínculo se constituye con la comparación del ADN de la persona que busca a sus padres y los perfiles genéticos de varios integrantes del grupo familiar del presunto papá y la presunta mamá. Así trabaja el Banco Nacional de Datos Genéticos, que cuenta con muestras que intentan armar el “árbol genealógico” de cada pareja de víctimas de crímenes de lesa humanidad. Suele ocurrir, apuntaron las fuentes, que existen compatibilidades de ese tenor –99,9 por ciento– entre dos personas cualquiera por lo que se conoce como “frecuencias poblacionales”. “El juez que interviene en la causa revisó los estudios del BNDG y el que presentó la joven y le dio a Chicha la noticia que esta chica no era su nieta. Acá no hay ninguna duda: no hubo error más que el de salir a decir que se había encontrado a Clara Anahí con un estudio incompleto”, apuntó Claudia Carlotto.