EL PAíS › REPORTAJE AL MINISTRO DE DEFENSA, JOSE PAMPURO, LUEGO DEL INCIDENTE EN HAITI

“No descarto que pueda ponerse más difícil”

El ministro Pampuro consideró que la situación en Haití puede complicarse en la medida en que avance la campaña electoral. Además le respondió a Eduardo Duhalde, quien salió a apoyar la posibilidad de que los militares actúen en asuntos de seguridad interior.

 Por Fernando Cibeira

El ministro de Defensa, José Pampuro, considera que, dentro de todo, lo que le sucedió ayer al marinero primero Apolinario Gabriel –herido en un brazo mientras hacía un patrullaje en la ciudad de Gonaides, en Haití– fue la típica desgracia con suerte porque no le traerá “mayores consecuencias”. Es el primer herido argentino en la misión enviada a la isla, pero Pampuro no descarta que el hecho pueda repetirse dado que con el comienzo de la campaña electoral en Haití la inestable situación interna volverá a mostrarse violenta. Pese al clima que hace pensar en fuegos artificiales de grueso calibre, el ministro adelantó que irá a recibir el año nuevo con las tropas. “Hay que acompañar. Yo estuve dos días y fue duro, me imagino lo que deben ser seis meses”, explicó.
–¿Puede complicarse la situación de las tropas argentinas en Haití?
–Es una operación complicada, cuando uno está en este tipo de misiones estas cosas pueden pasar. Se está reestructurando políticamente el país y las internas comienzan a aparecer con un poquito más de virulencia. El viejo sector que en su momento había rearmado Aristide, que era el sector del ejército, quiere volver a tener presencia y producen disturbios.
–¿Lo que le sucedió al marinero Gabriel no es un hecho aislado entonces?
–En principio es un hecho aislado. Pero no descarto que en la medida en que la situación política vaya normalizándose –ya están en la confección de padrones y los candidatos comienzan a mostrar actividad– esto no vaya poniéndose más difícil.
–¿Es cierto que en la ciudad de Gonaides hay cada vez más manifestaciones agresivas contra las tropas?
–La información que yo manejo indica que no es un hostigamiento hacia las tropas argentinas. Al contrario, las tropas han entrado bastante bien en la población, sobre todo después de la inundación. Ya de por sí Gonaides es la ciudad más politizada de Haití y en la que más se perciben las internas políticas. No hay que olvidarse de que en esa ciudad fue la primera revuelta contra Aristide.
–¿No complica el desempeño de las tropas argentinas que realicen un trabajo de tipo policial para el que no están adiestrados?
–No, porque es un trabajo básicamente de control, de patrullaje. No hacen trabajo de policía persiguiendo delincuentes. Lo que se busca es mantener la presencia militar y controlar que todo siga en orden. No lo veo como un trabajo policial específico como podría ser actuar en un robo o hacer un operativo.
–¿Este hecho cambia el balance de la presencia en Haití?
–El balance es altamente positivo. Hemos actuado antes que nada en funciones humanitarias: hemos repartido comida, hemos intervenido en las inundaciones, hemos trabajado sobre algunos ríos o canales que estaban desbordados. Desde algún punto de vista se podría decir que es un trabajo más humanitario que militar, pero es el trabajo que se hace en este tipo de misiones que no son de guerra.
–¿La situación que encontraron en Haití fue peor de la esperada?
–No, la situación militar era la esperada: una situación de anarquía y profunda crisis social. Por ahí lo que es mayor es el panorama de las siete millones y medio de personas viviendo en la indigencia absoluta. No hay actividad comercial ni económica, el trueque funciona como moneda de cambio, no existe la moneda, hay tres horas de luz por día; todo eso pinta la situación de país que está fuera del mundo que conocemos nosotros.
–¿Y las condiciones de vida de las tropas?
–Al principio fueron muy duras. Ahora están mejorando, conseguimos enviar lo que teníamos previsto, aunque tuvimos que lidiar con muchas dificultades. Por ejemplo, los camiones que había en Haití no podían transportar los containers que enviábamos, así que las Naciones Unidas tuvieron que trasladar camiones desde Miami. Así llegaron las provisiones de agua, los equipos de aire acondicionado, por lo que ahora la gente ya está mejor. En total, hoy hay 614 efectivos en Haití, sumando los 55médicos que están en el hospital. Se deben quedar hasta los primeros días de enero, cuando se hará la primera rotación. Tenemos autorización del Parlamento para mantener la misión durante dos años. Si continuáramos, habría que pedir una nueva autorización en el 2006.
–¿Lo sorprendieron las declaraciones de Duhalde, apoyando la intervención de las Fuerzas Armadas en la seguridad interior?
–La verdad que sí.
–Parece recurrente que cada tanto salga un dirigente político a pedir lo mismo.
–Sí, es recurrente y preocupante. Es un tema coyuntural que no apunta a buscar una solución más concreta para la problemática de seguridad. Es agregar un elemento más, en este caso militar, que a juicio de los propios militares no ayuda. Para esto sí que no están preparados. Uno puede mandar a un grupo militar a una ciudad que vive en el caos como en Haití, pero para lo que hoy es la Argentina, para este tipo de delincuencia, no están preparados. No quieren y, básicamente, no pueden.
–Duhalde mencionó el caso de Lula, que utilizó el ejército para rodear a los grupos narcos en las favelas de Río de Janeiro. ¿Es comparable la situación argentina a la brasileña?
–Se comparan peras con manzanas. Cada país tiene su propia idiosincrasia, su propio modelo. Analicemos cómo están organizadas internamente las fuerzas de seguridad en Brasil: no tienen gendarmería ni prefectura. Tienen una policía federal muy rudimentaria, porque son policías estaduales los que realmente operan. Están tratando de crear una gendarmería, que sería una especie de policía un poco más militarizada, como para disturbios, pero todavía no la tienen. Entonces, ¿cómo se puede comparar? Nosotros tenemos otra organización, otras estructuras. Lula puede necesitar utilizar estas fuerzas, pero no veo la necesidad en la Argentina. Con la Gendarmería y la Prefectura, la situación está muy bien manejada, ¿para qué agregar un ingrediente nuevo que no se necesita?
–Estuvo en el sur con el ministro de Defensa de Chile. ¿Cómo trabajaron luego del incidente por los dichos del canciller Walker?
–Considero que el incidente está totalmente superado. Fue un error de este hombre, pero los acercamientos con Chile son más profundos que cualquier problema que pueda crearse. En mi área seguimos caminando, como ya lo hice con la anterior ministra Michelle Bachellet, en la misma orientación, que es integrarnos, integrar la Patagonia y desarmar las hipótesis de conflicto.

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El ministro de Defensa, José Pampuro, en agosto pasado, cuando visitó a las tropas en Haití.
Estuvo sólo dos días, pero ayer anticipó que volverá a pasar fin de año con los soldados.
 
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