El dolor por la muerte de Norberto La Porta atravesó toda la intrincada interna del Partido Socialista, a la que el legislador porteño nunca le había sacado el cuerpo. “El país pierde a un demócrata cabal”, a un “luchador” y a “un ciudadano ejemplar”, coincidieron dirigentes de todas las corrientes del PS. La Porta falleció ayer, a los 68 años, en el Hospital Italiano, donde permaneció internado en las dos últimas semanas para el tratamiento de un tumor maligno que en los últimos meses lo había alejado de la actividad legislativa y partidaria. Sus restos fueron velados en la Legislatura de la Ciudad y serán sepultados hoy en el cementerio privado Parque Memorial de Pilar.

“En momentos de prácticas políticas que devalúan la vida cívica, La Porta nos deja el ejemplo de una conducta intachable y de una honestidad a toda prueba”, dijo el secretario general del PS, Oscar González. El dirigente partidario agregó que “con Norberto La Porta, el país pierde a un demócrata cabal y nuestro partido a uno de sus dirigentes históricos más relevantes, un ciudadano ejemplar que durante casi medio siglo, y muchas veces en la adversidad, preservó los ideales justicieros del socialismo democrático”.

Un viejo adversario como el ex diputado socialista Héctor Polino también aseguró que “por encima de las coincidencias y las discrepancias que hemos tenido a lo largo de muchísimos años de militancia en común, lamento muchísimo su muerte porque la ciudadanía de Buenos Aires pierde a un luchador y el partido a un abanderado de los valores del socialismo”. Para Polino, “seguramente esa ausencia se sentirá cada vez más con el transcurso del tiempo, porque fue una figura reconocida y valorada por los porteños”, que “durante años luchó contra la corrupción en el otorgamiento de dádivas y privilegios a grandes empresas, diferenciándose claramente de otros colegas”.

En enero último, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, pensó en sumarlo a la fórmula electoral para las elecciones del 3 de junio próximo, luego del apoyo público que el PS había brindado al mandatario de la Comuna. “El Partido Socialista ocupa un lugar muy importante en el gobierno de la Ciudad y en la coalición”, sostuvo Telerman entonces. Sin embargo, a principios de marzo, descartó esa posibilidad debido a los problemas de salud que comenzaron a aquejar al legislador. Pero La Porta, junto a otros socialistas, había decidido no presentar listas en las elecciones, por diferencias en la distribución de cargos y candidaturas, contra la posición de las máximas autoridades del partido. Esa decisión lo enemistó con Roy Cortina, el presidente de PS capitalino y ministro de Telerman, con quien había compartido alianzas recientes.

Aun con la pasión que le imprimió a su militancia partidaria y a su labor legislativa, La Porta se ganó el respeto de sus adversarios. Ayer, en la Legislatura de la Ciudad, donde se velaban sus restos, estuvieron presentes desde la mayoría de los dirigentes del socialismo argentino hasta autoridades de otros partidos, como Mauricio Macri, el titular del cuerpo legislativo Santiago de Estrada y Diego Santilli, entre otros.

Allegados al legislador fallecido precisaron que hace unos años, La Porta había sido sometido a una intervención quirúrgica para la extirpación de un tumor en los pulmones, y en 2006 fue operado para retirarle otro de la cabeza. Desde hace dos semanas estaba internado en el Hospital Italiano, donde murió ayer a las cuatro de la mañana.

La Porta nació en Parque Chacabuco el 22 de junio de 1938, se recibió de Maestro Normal Nacional y luego estudió Derecho en la UBA. En 1989 fue el primer socialista, tras 23 años sin representación, en ocupar un cargo en la Ciudad, donde se desempeñó como presidente del Bloque de Concejales del PS hasta 1997. Vecino del barrio de Coghlan desde hace 30 años, el legislador que se asumía como un auténtico porteño dedicó toda su militancia política a la Ciudad de Buenos Aires, donde también fue secretario de Medio Ambiente durante la gestión de Aníbal Ibarra y luego legislador. Fue el candidato a jefe de Gobierno porteño por el Frepaso en 1996, y dirigentes opositores frenaron su postulación para convertirse en ombudsman de la Ciudad, cuando denunciaron que La Porta respaldó desde el diario partidario La Vanguardia a la dictadura militar, en momentos en que el dirigente Américo Ghioldi (del Partido Socialista Democrático) era embajador del régimen en Portugal.

La Porta no sólo dejó vacía su banca de legislador sino también varios asientos de la conducción del PS: la Mesa Directiva Nacional, el Comité Ejecutivo y la Mesa de Acción Política que presidía. También formó parte de la generación que primero logró en 1985 una acción electoral común de los distintas fracciones partidarias a través de la Unidad Socialista y que culminó con la unificación del PS en 2002, con el aporte de dos grandes grupos como el Socialismo Democrático y el Socialismo Popular.