Sábado, 7 de julio de 2007 | Hoy
EL PAíS › FELISA MICELI EXPLICA LA HISTORIA DE LA BOLSA CON DINERO GUARDADA EN EL BAÑO DE SU DESPACHO
La ministra de Economía rompió, finalmente, el silencio por el escándalo de la bolsa con dinero encontrada en su oficina. Explicó que era un préstamo de su hermano y un poco de ella, fondos destinados a mudarse. Asegura que no renuncia y que tiene el apoyo del Presidente.
Por Diego Schurman
Después de un prolongado silencio, y cuando el escándalo por el dinero que apareció en el armario del baño de su despacho comenzaba a crecer, finalmente Felisa Miceli decidió hablar. La ministra de Economía reconoció ante periodistas de Clarín, La Nación y Página/12 haber dejado allí 100 mil pesos y 31.670 dólares; aseguró que el dinero –no aclaró cuánto– se lo había prestado su hermano para comprarse una casa, una transacción que finalmente nunca ocurrió. Y que sospecha que sectores perjudicados por medidas suyas la quieren desplazar del cargo, un lugar en el que –-consideró– permanecerá hasta que el presidente Néstor Kirchner lo decida. Los siguientes son los tramos más salientes del reportaje.
–¿Cuál es su versión?
–Estoy indignada. Se ha montado todo un engranaje a partir de una cosa que era absolutamente normal, personal (...) Hace meses que vengo viendo casas para comprarme. Yo vivo en Saavedra y estaba buscando en Núñez (...) Quien se dedicaba a buscar por Internet era mi hija. Cuando apareció alguna casa que pudiera interesar, no teníamos la disponibilidad del dinero para hacer el boleto. Entonces opté por empezar a juntar ese dinero. Mi hermano me ofreció un préstamo puente por un tiempo para que tuviese tiempo de firmar el boleto, y vender mi dúplex. Yo vivo en un dúplex, en Amenábar, y después sacar un crédito hipotecario para ir pagando en cuotas. Tampoco era una diferencia tan importante: iba a poner parte de mis ahorros y parte de esos fondos. Lo traje acá (a su despacho) ese día con la idea de llevarlo al banco, en vez de tenerlo en mi casa.
–¿La versión periodística hablaba de aproximadamente 250 mil dólares y después el acta habla de 60 mil? ¿Ese patrimonio es suyo o corresponde a lo que le dio su hermano?
–Lo del acta es lo más importante de aclarar porque cuando yo leo el diario esa mañana (el 24 de junio) que decía que habían encontrado el equivalente a 241 mil dólares enseguida hablé con Silvio (Robles, su vocero) y le dije: “Silvio, salga a desmentir esto, hable con los periodistas, explique la situación”. Y el lunes a la mañana yo llamé a Silvio para que él reparta el acta. No es que yo traté de no hablar, ni quise ocultar o disimilar la situación.
–En la nota periodística se dice que usted intentó destruir el acta.
–(Interrumpe.) ¡Para nada! ¡Para nada! Es más, si yo salgo a hablar hoy y no salí antes es porque estoy muy preocupada y para mí y para la mayoría de la población no es lo mismo 240 mil dólares que el equivalente a 60 mil. No es lo mismo. Hay una diferencia abismal. Hay una diferencia enorme. ¿Por qué no salí a hablar antes? Porque felizmente el fiscal de investigaciones administrativas vino a llamar a declarar a la gente y yo no quería aparecer influenciando a nadie públicamente. Podía aparecer como una presión que la ministra de Economía salga a decir el número antes de que ellos estén ahí explicándolo (...). La preocupación es porque se habló de actas fraguadas, incluso rumores que llegaron al ministerio, que se lo hemos transmitido a la gente de legales del ministerio, es que se estaba fraguando un acta y que la iban a mandar en un sobre, anónimamente, tanto a la fiscalía como al juzgado. Todo eso tenemos la tranquilidad de que el documento éste se escribió en la computadora, de acá del ministerio, y hemos pedido protección de esa computadora, incluso que puedan venir de la Justicia, de donde corresponda, para hacer los chequeos informáticos, que puedan dar cuenta de lo que efectivamente ahí se escribió.
–¿Ese dinero era suyo o era el dinero que había pedido?
–Era dinero que había pedido... y un poquito mío. Había un poquito mío también.
–¿Se lo dieron este año?
–Me lo prestó unos días mi hermano Horacio, con el que estoy todos los fines de semana.
–La expectativa es por lo que sale en la declaración jurada, del 2006.
–Mi saldo al 31 de diciembre del 2005, en la caja de ahorro, era de alrededor, no me acuerdo justo, de 76 mil pesos. Al 31 de diciembre del 2006, 105.000. Esto fue presentado ya ante la AFIP en la declaración de bienes personales. Ahora estamos elaborando la declaración que hay que realizar ante los organismos administrativos de control, porque hay tiempo hasta el 31 de julio. Le pedí también a mi contadora que haga todo lo posible para que la semana que viene la pueda presentar.
–Con organismos de control, ¿a quién se refiere? ¿A la Oficina Anticorrupción?
–A la Oficina Anticorrupción. Creo que es ésa solamente. Le estoy pidiendo a mi contadora, porque esto va a aclarar hasta el 31 de diciembre del 2006, que incluya esto aunque no corresponda, porque yo lo tengo que presentar a mediados del 2008.
–¿Por qué esa bolsa en ese placard? Es raro, ¿no?
–En mi casa también la tengo guardada en el placard. Lo hice toda la vida. No soy una persona que tenga caja de seguridad ni he tenido empresas. Nada.
–Pero, sabemos que en ese país iban valijas a los legisladores con plata contante y sonante. Por lo tanto, lo primero que salta aquí es que esto es una coima.
–Exacto. Pero esto lo traje yo. Esto es lo peor del caso.
–¿Puede reproducir con detalle cómo fue?
–El lunes (4 de junio) a la mañana lo traje yo, con la idea de llevarlo al Banco Nación, que yo tengo una cuenta ahí.
–¿Para qué?
–Para depositar la plata en efectivo, o sea el dinero en pesos, y el resto abrir una caja de seguridad. Esa era mi idea en ese momento. Tuve un día agitado y no lo pude hacer. Pensé si me lo llevaba de vuelta. Pero no iba a andar con la plata, yendo y viniendo. Lo dejé ahí. Pensando que al día siguiente lo iba a hacer. Cuando llego al día siguiente (el 5 de junio), me encuentro con mi secretaria que me dice: “Ministra, mire lo que pasó”. Le digo: “Bueno, no se preocupe María Teresa”. Conté la plata, mi preocupación era ésa, ver si estaba todo el dinero. Le volví a quitar importancia. Y cuando volví a ir a mi casa, que otra vez no había ido al banco, dije, me lo llevo, lo dejo en mi casa, y me evito mayores complicaciones.
–¿Fue una torpeza de su parte? ¿Considera que hubo negligencia?
–Yo creo, visto desde ahora, que fue un error no haber hecho, el mismo 5 de junio, un comunicado y haberlo anunciado nosotros. En ese momento no me di cuenta de la magnitud. Y si se quiere, eso puede ser llamado inexperiencia.
–¿Negligencia no?
–¿Qué puede ser negligencia? Estuve tan comprometida trabajando. Trabajo horas y horas del día. A veces me olvido de muchas de mis cosas personales. No sé, por ahí puede ser la palabra. Lo que sí sé es que no fue un delito.
–¿Por qué no hizo una conferencia de prensa para explicar esto? ¿Le respondieron al medio que sacó la noticia por primera vez?
La Ministra deja la posta a su vocero Silvio Robles. “Decidimos salir primero en los diarios y mañana no sale el semanario Perfil. Seguiremos mañana (por hoy) con otros medios como radios y agencias.”
–¿Por qué no usó la caja fuerte que está en el área de privada (donde están las secretarias)?
–Es seguro donde lo dejé.
–¿Y las otras dos cajas que había (en un habitáculo posterior al despacho de la ministra)?
–Se sacaron sin mi consentimiento. Me cuentan que fueron sacadas hace más de un año.
–¿Sabía de ese procedimiento de la Brigada Antiexplosivo?
–Sí. No sabía que iban a abrir el placard. No sabía con qué grado de diligencia y detalle. No lo veo mal tampoco. Yo creo que no estuvieron mal ni es para hacer ningún acto en contra mío. La actuación de ellos es la lógica. No estoy en ese sentido paranoica de que me querían perjudicar. Nada, de nada. Ni siquiera me llamó mi secretaria.
–¿Qué le dijeron el Presidente y el jefe de Gabinete? ¿Porque había versiones de hubo mucho enojo?
–Sentí mucho apoyo y cariño. Y felizmente ayer pude arreglar con ambos que podía hablar y explicar porque me salía de la vaina por hacerlo.
–¿Compró lo que andaba buscando?
–No. Yo andaba buscando, pero no. Estaba juntando ese dinero para cuando apareciera algo apropiado para mí, porque no tenía efectivo. Por suerte nunca vi sola las casas. Siempre había inmobiliarias en el medio. Me pueden cruzar los llamados de los celulares y sobe todo de mi casa. Más que nada llamaba mi hija y usaba su nombre porque soy la ministra de Economía y no quería que quede expuesto públicamente que estaba buscando casas. En muchos lugares me reconocieron.
–¿Le dieron un comprobante por ese préstamo (de su hermano)?
–Esa es otra cosa que también podría haber hecho. Una de las cosas que me hizo dudar de esto es que expongo a alguien que tiene perfil bajo. Mi hermano es contador público, tiene una empresa, que también esto lo va a perjudicar. Tiene un laboratorio de especialidades medicinales.
–¿Corre riesgo su estabilidad en el cargo?
–Hasta hoy no. Dependemos del Presidente.
–Si le toman indagatoria, ¿el Gobierno puede llegar a actuar igual que con Madaro y Ulloa (vinculados con el caso Skanska) y pedir su renuncia?
–Yo soy grande. Me tengo que hacer cargo de lo que ocurrió. Si ésa es la consecuencia, obviamente voy a estar de acuerdo de que sea así. Lo que tengo es una tranquilidad absoluta que puedo demostrar todo.
–¿Hay otros que quieren desplazarla?
–Hay mucha gente poderosa que nosotros desplazamos de este ministerio, que está vinculada con la causa Greco, los bonos defolteados, la causa Meyer, con vinculaciones con un montón de estudios jurídicos que están en sumarios y juicios. Creo que tiene más que ver con eso que con otro tipo de operaciones.
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