Viernes, 11 de enero de 2008 | Hoy
EL PAíS › LAS PRUEBAS DE LA FISCALIA EN EL CASO DE LA VALIJA
El fiscal Thomas Mulvihill presentó ayer la lista de evidencias, a la que accedió Página/12. Incluye 41 grabaciones y ocho filmaciones de los encuentros entre Wilson y los supuestos agentes venezolanos.
Por Irina Hauser
La reunión del 23 de agosto en el exclusivo restaurante de Fort Lauderdale donde el empresario Franklin Durán le habla a su ex socio Guido Antonini Wilson de que los 800 mil dólares que le incautaron al llegar a Buenos Aires eran para la campaña de Cristina Kirchner está grabada y también filmada. La revelación surge de la esperada presentación de pruebas que hizo ayer el fiscal Thomas Mulvihill en la causa que se tramita en Miami. La lista de evidencias entregada es más grande de lo que se perfilaba: incluye 41 grabaciones de conversaciones y encuentros y 8 filmaciones obtenidas durante cuatro meses. Además especifica que el gobierno norteamericano hizo un acuerdo escrito con Antonini, al que describe como un “eventual testigo” suyo.
El registro de aquel cónclave en el restaurante Jackson’s Steakhouse explica en gran medida la acusación de Mulvihill, que les imputa a Durán, Carlos Kauffman, Moisés Maiónica, Rodolfo Wanseele Paciello y Antonio José Canchica Gómez haber conspirado y actuado como agentes ilegales del gobierno venezolano. El objetivo de los cinco hombres, sostiene el fiscal, era presionar a Antonini Wilson para que no revelara el origen y destino de la plata secuestrada tras desembarcar de un vuelo contratado por Enarsa el 4 de agosto.
Aunque el contenido de las grabaciones y videos es confidencial (sólo accesible para las partes), el informe que produjo el FBI y los alegatos orales del propio Mulvihill ya lo adelantaron en parte. Así se supo que en esa mesa del 23 de agosto Durán dijo que sabía para qué eran los 800 mil dólares por conversaciones con altos funcionarios de inteligencia y del Ministerio de Justicia venezolanos. Allí también le dijo al valijero que si no aparentaba que el dinero era suyo sería perseguido por los gobiernos de Argentina y Venezuela. Kauffmann incluso le advirtió que pondría en peligro su vida y la de sus hijas. El abogado Maoiónica le dijo que la petrolera Pdvsa afrontaría los gastos de su defensa. Había un tercer comensal, cuya identidad revelarían las grabaciones.
El hecho de que aquella comida haya sido grabada por Antonini confirma que la investigación norteamericana no comenzó con una denuncia suya por amenazas, sino después de ser interrogado por las autoridades aduaneras argentinas. La llamada Ley Patriótica permite en EE.UU. investigar cualquier alerta sobre casos de lavado que involucren a sus ciudadanos o que impliquen indicios de financiamiento terrorista. Antonini, entonces, comenzó a cooperar para salvarse de una acusación.
Hasta ahora, la acusación que se conocía mencionaba seis encuentros entre los acusados y Antonini, además de siete conversaciones telefónicas. Tres reuniones están filmadas. Además de la del 23 de agosto, un video del 28 de octubre, cuando Wanseele lleva a Canchica a la cafetería Starbucks de Plantation para verse con Antonini. Canchica se presenta como “el último eslabón de la cadena” del encubrimiento y le pide al “gordo” que firme un poder para recibir asistencia jurídica. La última filmación es un almuerzo entre Maiónica y Antonini en el restaurante italiano Bravo, en Fort Lauderdale: Maiónica explicita allí que su participación y el plan para ocultar de dónde salió y para qué era la plata eran obra de la Disip (organismo de inteligencia venezolano) y un alto funcionario del gobierno de Venezuela. De la reunión del 27 de agosto en la que participó el abogado argentino Guillermo Ledesma sólo hay audio. Allí Durán dice que el individuo que subió al jet de Enarsa la valija es un asistente de un alto ejecutivo de Pdvsa. También hay grabación de la cena en Bravo donde terminan detenidos Durán y Maiónica. Kauffmann y Wanseele son arrestados en otros sitios. Está por verse si, de las múltiples charlas telefónicas surgen otros personajes involucrados. Por lo pronto, se escuchará –por ejemplo– al titular de la Disip hablando con Antonini.
La presentación de Mulvihill incluye libros, documentos, escritos, fotografías, objetos y edificios identificados. Es posible que en toda la maraña aparezca el ofrecimiento de dos millones de dólares que le habrían hecho a Antonini a cambio de su silencio, al que el fiscal aludió en una audiencia Y, quién sabe, alguna referencia a las “otras valijas” que también mencionó.
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