Martes, 19 de febrero de 2008 | Hoy
Por Julián Bruschtein
Buen final... ¿mal comienzo? Esa parece la situación de la Escuela de Comercio Carlos Pellegrini, que terminó el año medianamente bien después de pasar una parte importante del año pasado sin clases por internas gremiales, reclamos estudiantiles y amenazas de bomba. La junta interna de UTE-Ctera se proclamó ayer en estado de movilización y alerta, lo que hace peligrar el inicio de las clases, previsto para el 10 de marzo. Los docentes de ese gremio rechazan el pedido de renuncia que el rector Héctor Pastorino les hizo a algunas autoridades heredadas de la gestión de Juan Carlos Viegas, que debió renunciar en noviembre por el rechazo de padres, alumnos y docentes.
Aunque todavía no comenzó el ciclo lectivo 2008, los docentes nucleados en UTE-Ctera ratificaron el “estado de movilización y alerta”, que también habían declarado a fines del año pasado. El delegado gremial Marcelo Creta explicó a Página/12 que “Pastorino le pidió la renuncia al vicerrector (Juan José) Esturo y quiere hacer movimientos entre los profesores. Si cuando asumió había dejado en claro que era interino y se iba a los tres meses, ¿para qué quiere modificar las cosas? Hasta que no se concrete la reglamentación de la carrera docente y los concursos, no vamos a permitir que muevan a nadie de su puesto de trabajo”.
Los reclamos incluyen otros puntos: “Nos deben el incentivo docente y la cuota por material didáctico –dijo Creta–. Pero sobre todo no vemos en Pastorino voluntad política que lleve a una resolución del problema. El dijo que en marzo se iba después de imponer el acta que acordamos, pero todavía no llamó a la negociación”. Desde la Asociación Gremial Docente (AGD) –el otro sindicato que funciona en la escuela–, con un tono menos alarmista, Julio Bulacio dijo ver “con preocupación que no se está respetando la carrera docente”. Este requisito estaba incluido en la misma acta a la que hacía referencia Creta: el documento fue firmado entre los gremios docentes, las autoridades de la UBA y el centro de estudiantes, incluyendo diversos compromisos de las partes, para intentar destrabar los conflictos que estallaron cuando la universidad renovó la designación de autoridades en los colegios preuniversitarios, la Escuela Carlos Pellegrini y el Nacional de Buenos Aires.
A partir de junio de 2007, cuando la UBA designó al contador Viegas como rector del Pellegrini, dando fin a 14 años de gestión de Abraham Gak, el conflicto inició un espiral ascendente, que se prolongó hasta fines de noviembre: los estudiantes tomaron la escuela por más de 20 días, no dejaron entrar al rector designado, los padres junto a los alumnos realizaron varios abrazos simbólicos en “defensa del proyecto educativo” y hubo una interminable ola de amenazas de bomba.
Aunque ayer se abrieron las mesas para rendir exámenes, dando comienzo al movimiento interno después de las vacaciones, los alumnos ven con cierto recelo la postura gremial. “Los estudiantes queremos que se conforme lo más rápido posible un consejo directivo (para cogobernar la escuela, como ocurre en las facultades), pero estamos desligados de la interna que hay entre el rector y los vicerrectores. Algo vamos a hacer, porque hace ocho meses que se firmó el acta y todavía no pasó nada de lo acordado”, avisó Martín Lerner, presidente del centro de estudiantes.
Entre las decisiones de Pastorino que se resolverán en cuanto el Consejo Superior de la UBA comience a sesionar, la designación de un nuevo vicerrector en el turno tarde espera en la mesa. Aceptada la renuncia de Gustavo Zorzoli antes de fin de año, el nuevo rector propuso para la función a Leandro Rodríguez, de 34 años, ex presidente del centro estudiantil por Franja Morada, ahora profesor de 4º año y vicepresidente de la Asociación de Ex Alumnos, entidad que apoyó a Viegas durante el conflicto del año pasado.
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