En vidabinaria.blogspot.com, Escriba analizó los movimientos que la crisis rural generó en el “liberalismo de izquierda vernáculo”, al que definió por un ideario progresista y de respeto por los derechos humanos, pero que “no desea tener nada que ver con el peronismo (...) ni con las formas que tienen de hacer política los sectores populares”. En ese conjunto incluyó a Beatriz Sarlo, el Club Político Argentino, Tomás Abraham, los políticos del SI y Claudio Lozano, entre otros. Por sobre el resto, el blogger destacó la lucidez de Sarlo (“no le gustan la épica, los mitos de la política ni el peronismo” y “ve en los volantazos del poder –que algunos podríamos considerar como medios para lograr mejoras– más un peligro que otra cosa”) y la honestidad de Abraham (“es más claro en aspirar a lo que todos ellos les gustaría: ser las voces intelectuales de un Hermes Binner triunfador”). Escriba concluyó: “Considero que la mayoría de ellos caen en un error más o menos normal entre los ‘líberals’ vernáculos. Creer que en la Argentina existe la posibilidad de producir mejoras sociales con maneras de señoritas a la hora del té. Claro que otra posibilidad puede ser que sólo quieran las maneras de salón y sepan que –como ocurre en algunos países vecinos– así las mejoras sociales adquieren la vitalidad de un fósil”.