“A Mauricio se le terminó el comercial”, se titula el post de Ezequiel Meler, en el blog horizontelibertario.blogspot.com: “Una docena de renuncias en seis meses. Fuertes escándalos de corrupción por los contratos de servicios públicos. Rebeliones de padres, alumnos y profesores, en las escuelas públicas, ante la ausencia de respuestas en materia de infraestructura y los inexplicables recortes presupuestarios en el área de becas. Y eso no es todo. Frentes de tormenta similares se avecinan en el área de salud, como el macrismo insista en su plan de reformas y privatizaciones. A estas alturas, Macri debe estar preguntándose cómo logró complicarse tanto de manera tan repentina. Más allá de las evasivas acusaciones de tipo conspirativo al oficialismo, poco útiles frente a la revuelta de estudiantes de clase media cuyos padres seguramente votaron al actual jefe de Gobierno, parece evidente que el romance entre los ‘vecinos’ y la actual administración, que llegó a manifestarse en un 60 por ciento de votos positivos en las recientes elecciones, ha llegado a su fin. El macrismo, que llegó a las primeras magistraturas del gobierno de la ciudad en una suerte de `bonus track’ del neoliberalismo vernáculo, dejó de ser la gran esperanza blanca de la derecha, de cara a 2011, y pasó a una posición de expectativa, perdiendo la iniciativa que le garantizó el control de la agenda de campaña, la imposición de los tópicos más favorables a su discurso, y, finalmente, la abrumadora mayoría de los sufragios.”