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–En una columna de La Nación, Joaquín Morales Solá se pregunta “¿por qué sería Milagro Sala la única piquetera armada del país?”. El da por hecho que la Túpac Amaru está armada, y plantea que habría más casos.

–Nos hacen un doble juego: por un lado montan una fenomenal campaña en cadena en los medios del establishment tildándonos de violentos, pero a los hechos de violencia los concreta la derecha. El mismo día que lanzaron esas acusaciones, el histórico socio del Malevo Ferreyra asesinó en Tucumán a Javier Chocobar, un importante dirigente aborigen, e hirió a otros dos referentes, los hermanos Andrés y Emilio Mamani. En la Ciudad de Buenos Aires tenemos a la UCEP, que manda a los pobres e indigentes al hospital, situación que se agrava si son extranjeros. La UCEP ya tiene catorce intervenciones nefastas. Es dramática la xenofobia con que actúan los medios del sistema, para los que vale más un huevazo a Gerardo Morales que la vida de una persona.

–¿Cuál es el tema de fondo?

–Necesitan deslegitimar e ilegalizar a los movimientos sociales.

–Pero la oposición no tiene el manejo del Estado, ni de las fuerzas de seguridad. ¿Para qué ilegalizar si no podría reprimir?

–No sería raro que esta maniobra tuviera la complicidad de algunos sectores dentro del Gobierno.

–¿De qué sectores?

–Por ejemplo, de los que dicen que los movimientos sociales ya fueron. Yo creo que atrás de las acusaciones contra los dirigentes sociales está el discurso político de la oposición y además alguna complicidad desde adentro del Gobierno, de los sectores más recalcitrantemente PJ.

–¿Lo sorprendió que vincularan a la Túpac Amaru con el narcotráfico?

–Bueno, mientras Clarín indulta al responsable político del narcotráfico en la Argentina, que es Eduardo Duhalde, ellos empiezan a elaborar esa hipótesis falsa de toda falsedad.