Los dirigentes y matones de la Unión Ferroviaria (UF) salieron a la cancha a sostener que hubo un integrante del Partido Obrero o de los trabajadores tercerizados que puso una rodilla en tierra y disparó con un arma de fuego. Las pericias que constan en la causa, realizadas por la Gendarmería, establecen que los disparos que tienen las víctimas y lo encontrado en el lugar provienen de una misma arma, un revólver calibre 38. Esto descartaría la existencia de disparos desde el grupo en el que estaba Mariano Ferreyra.

La estrategia de los hombres de la UF tiende a buscar –en forma descabellada– la figura de la legítima defensa. La jugada intenta zafar del encuadre que les espera: homicidio agravado por la participación de dos o más personas. Y tal vez doblemente agravado por alevosía, ya que le dispararon a un joven desarmado. En cualquier caso, los jueces consultados por este diario consignan que lo más probable es que la pena sea de reclusión perpetua para quien sea encontrado culpable y sus cómplices.

Según los datos que surgen de la Dirección de Pericias de la Gendarmería, hasta el momento los estudios demuestran que los disparos salieron todos de la misma arma. Se encontraron proyectiles, no vainas, lo que indica que casi seguro el agresor utilizó un revólver, que no expulsa las vainas como las pistolas, sino que las retiene en el tambor. En algún caso, el proyectil está aplastado y deforme, por lo cual las precisiones son difíciles. Sin embargo, el fallecido y los heridos estaban del lado de los atacados, es decir que los disparos se produjeron en un solo lado. En el sentido contrario, la División Rastros no encontró absolutamente nada: ni un proyectil ni una vaina ni un orificio de bala.

La Gendarmería, además, está estudiando los elementos encontrados en los talleres de la calle Hornos, en Constitución. Se intenta determinar si allí hubo disparos de práctica y si se usó la misma arma con la que mataron a Mariano, aunque los investigadores judiciales y policiales con experiencia diagnostican que el revólver 38 seguramente está en el fondo del Riachuelo, el Río de la Plata o cualquier otro espejo de agua.

Fuentes de la oposición al liderazgo de José Pedraza en la UF aseguran que siempre se habló del “polígono” de Hornos, donde practicaban tiro los matones y, además, que en el subsuelo de Constitución funciona un gimnasio de boxeo donde –siempre según la versión de los opositores– se realizaba el acopio de armas y elementos contundentes. Por ello, aparece como lógica la idea de que quien disparó fue un matón –como Favale– contratado por la UF, que recogió el arma en Constitución, y no uno de los ferroviarios que salió de los talleres de Remedios de Escalada o Avellaneda, es decir que habría traído el revólver desde su puesto de trabajo. Pero la jueza y la fiscal aún trabajan en reconstruir los hechos desde el principio, incluyendo las reuniones previas en las que se tramó la acción de aquel día.