Lunes, 25 de abril de 2011 | Hoy
EL PAíS › LAS CRíTICAS AL JUICIO A LAS JUNTAS DE COMANDANTES
La jueza rechaza la teoría puesta en juego en el juicio de 1985 y critica aspectos de la sentencia: plantea que levantó la teoría de los dos demonios y adelantó la Obediencia Debida.
Por Alejandra Dandan
“Yo no cito la Causa 13, me parece la peor causa, aunque sus protagonistas están considerados héroes. Si uno la lee completa, observa que además de levantar la teoría de los dos demonios adelanta la Obediencia Debida.” La Causa 13 es el emblemático fallo del Juicio a las Juntas de Comandantes. Lucila Larrandart vuelve a ella para confrontarla con los juicios que se están desarrollando en este momento y en los que ya no se está juzgando sólo a las cúpulas sino, por primera vez, a los ejecutores directos de la represión. A Luis Patti, entre ellos. En ese sentido, discute las teorías jurídicas que en los primeros años de la democracia dejaron a salvo a los responsables directos. Y dice: “No es que cualquiera era intercambiable: eran grupos operativos que realmente actuaban sabiendo lo que hacían y queriendo hacerlo”.
–Usted dijo hace poco que estas causas debían haberse juzgado hace treinta años.
–Hace treinta años se hubiese podido investigar más. En la década del ochenta, con la democracia, yo tenía todo. Estaban todos vivos. Y además podía haber investigado mejor. Tal vez todavía había pruebas que luego se destruyeron. Pero el problema es que nunca se investigó. Por las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final: ahí se dejó de investigar todo. Este es el tema, más allá de la amnistía. ¡En el ’86 estábamos cerca de los hechos! Hubiese sido fácil para todos avanzar. Ahora muchos familiares se han muerto y no lograron ver las condenas. Después de treinta años, tenemos lo que quedó de los familiares, lo que quedó de la prueba.
–Lo que quedó de los imputados...
–Muchos están muertos. Y se trata de hacer justicia con respecto a hechos muy tremendos, porque no fue cualquier golpe de Estado. En golpes anteriores, se declaraba estado de sitio y ponían a todo el mundo en las cárceles y a disposición del Ejecutivo. Este fue otra cosa, entonces la reacción de la democracia tendría que haber sido fuerte porque los hechos habían sido muy terribles. Yo no cito la Causa 13: me parece la peor causa, aunque sus protagonistas están considerados como héroes: si uno lee toda la causa, observa que enuncia la Obediencia Debida. Por eso, Meneghini y Rodríguez acudieron a la Causa 13 para defenderse, porque les da la razón. La Causa 13 condena a los comandantes y dice que los demás obedecieron órdenes: adelanta lo que después fue la Obediencia Debida y además utiliza la teoría de los dos demonios.
–Hay quienes dicen que un valor de la Causa 13 es el peso que les dio a los testimonio de los sobrevivientes: consagró la posibilidad de tomarlos como prueba para demostrar la existencia de los desaparecidos.
–A mí me parece que no tiene ninguna virtud. Es importante, claro, porque fue la primera condena, pero se hizo para que todo terminara en la Junta. Como para decir: “Acá se terminaron todos los juicios”. Y lo enuncia. Pero si no se estaba juzgando a los subordinados, no había necesidad de adelantarse para evaluar si ellos obedecieron órdenes o no. Se estaba juzgando solamente a los comandantes. Y no olvidemos que en el marco de la Causa 13 no se investigó nada. (Raúl) Alfonsín le dio la investigación a la Justicia Militar y les dijo que si pasado un tiempo no avanzaban, las causas iban a pasar a la Cámara Federal. La Cámara Federal se avocó al trabajo, pero no pudo juntar pruebas porque no hubo un juez de primera instancia que investigara nada antes.
–Sin Causa 13, ¿desde dónde piensan los fallos?
–Los fundamentos de la Causa 13 fueron para los comandantes. Yo estoy juzgando a los que ejecutaron el Plan. Para eso, tampoco uso la “autoría mediata” que usaron ellos. Esta discusión todavía no se dio. Todo el mundo copia y pega la Causa 13 y la teoría de Roxin (ver nota principal). Y no se dio todavía un debate acerca del aparato organizado de poder. Yo respeto la teoría de Roxin, pero nunca voy a decir como dice él que es fungible (intercambiable) el ejecutor de abajo. Yo creo que pierde protagonismo y reprochabilidad el de abajo, que estaba de acuerdo con el Plan, que lo ejecutó perfectamente y que no era fungible porque no cualquiera actuaba: no es que si un conscripto no obedece yo puedo traer a otro. No era así. Eran grupos operativos que actuaban realmente sabiendo lo que hacían y queriendo hacerlo.
–Fuera del juicio a los de abajo, los querellantes ven en la teoría de Roxin una forma de atar, ante la falta de pruebas, la responsabilidad hacia arriba.
–¡Pero están todos los reglamentos y directivas del Ejército que hablan de la libertad que cada uno tenía en cada uno de los lugares para actuar! Yo tomo bastante a un autor llamado Jacobs, que critica a Roxin y dice que aunque no se actúe directamente, si yo en un plan diseño el marco y otros le ponen el relleno, son todos coautores. Porque en un plan sistemático hay marco y relleno: todos son necesarios para la concreción de los hechos. Entonces, son todos coautores.
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