El helicóptero de la Agencia Nacional de Seguridad Vial que desapareció el domingo último pudo haber sido arrastrado por una ráfaga fuerte de viento hacia la bahía de Samborombón. Esta hipótesis, aportada por el ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, aparece como la más firme para explicar lo que hasta ahora es un misterio, pero también contribuye a desdibujar las esperanzas de poder hallar la máquina: en esa bahía, una zona que se caracteriza por la presencia de cangrejales y pantanos, es “imposible realizar un rastrillaje”, según estimó el director de Servicios y Operaciones Aéreas de la provincia, Leopoldo Ornass, quien está al frente de la búsqueda.

El helicóptero privado Robinson 44, que operaba para la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ASNV) a cargo del piloto Alejandro Ferzola, un ex comisario de la policía bonaerense, desapareció el domingo al mediodía tras despegar de Coronel Brandsen rumbo a la Costa Atlántica.

El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, estimó ayer que la aeronave pudo haber sufrido un accidente, “posiblemente fue algo abrupto” que provocó la caída de la máquina “en el mar, en alguna laguna o en otra circunstancia”.

Durante una recorrida por Villa Gesell, el mandatario expresó que “desde hace cuatro días que estamos intensamente abocados a esta búsqueda, incluso con colaboración de la Fuerza Aérea, la Prefectura, la Gendarmería, la Armada y la Policía”, y pidió que “todo dato que pueda ayudar para encontrarlo sea informado a través del 911”.

El ministro Casal, por su parte, consideró que “la presunción que se barajó desde el primer momento y se está consolidando es la de accidente, tal vez con vientos de ráfagas hacia la bahía de Samborombón”.

“Con el transcurso de los días sigue siendo más firme la hipótesis de que el helicóptero se desvió fuertemente por ráfagas hacia el río”, agregó. “Así que seguiremos la búsqueda ahí, ya que esa ráfaga de viento del domingo pasado registrada cerca de las 14 pudo haber obligado al piloto a guarecerse hacia el río, pero se lo llevó finalmente hacia la bahía de Samborombón”, sostuvo Casal.

En tanto, el fiscal Cristian Centurión, a cargo de la búsqueda del helicóptero en la zona de Pinamar, Villa Gesell y General Madariaga, centró los rastrillajes terrestres en El Talar y Dos Montes. Las investigaciones se orientaron a partir de las declaraciones realizadas por tres trabajadores rurales, quienes afirmaron haber visto la nave con fallas en el motor en una zona rural de Belgrano, en General Madariaga.

La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), en tanto, informó que “las aeronaves de Prefectura realizaron rastrillajes en la bahía de Samborombón de Norte a Sur y de Este a Oeste”. El organismo, que coordina la búsqueda por aire y agua desde el Centro de Rescate y Salvamento del Aeropuerto de Ezeiza, reportó que se hicieron nuevas salidas “hacia lugares inexplorados hasta el momento”.

En tanto, Ornass, director de Servicios y Operaciones Aéreas de la provincia, explicó que la zona costera de esa bahía “posee una superficie de 100 kilómetros cuadrados y cualquier cosa que pudo haber caído ahí se hundió, no se ve, porque es una zona llena de cangrejales y pantanos”.

“En esa zona, en 1983, la Armada perdió un avión. Sabía exactamente dónde cayó, pero nunca lo encontró. Hay zonas donde es imposible encontrar algo por la configuración del terreno”, agregó.

Ornass remarcó que “otro dato importante es que no hay respuesta del sistema de localización electrónico que debería estar activado”, por lo que consideró que “o el equipo no funcionó o está bajo agua y las emisiones electrónicas no salen”.