Jueves, 25 de agosto de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › INTENSA BúSQUEDA Y MARCHA POR LA CHICA DESAPARECIDA EN HURLINGHAM
Tiene once años y desapareció el lunes cuando se iba a juntar con amigas. La buscan la Policía Bonaerense, Prefectura y Gendarmería. El ministro de Seguridad dijo que había “mil hipótesis” y algunas pistas firmes que no reveló.
La desaparición de Candela Rodríguez, de 11 años, en Hurlingham, motivó ayer un operativo de búsqueda que incluyó recorridos puerta a puerta, pegatina de afiches, charlas en el colegio de la joven y rastrillajes a cargo de la Policía Bonaerense, la Gendarmería y la Prefectura. “Hoy somos todos padres de Candela”, dijo anoche el jefe de la Bonaerense, Juan Carlos Paggi, en una conferencia que compartió con la madre, Nancy Labrador. Más temprano, el ministro de Seguridad provincial, Ricardo Casal, reconoció que había “mil hipótesis” sobre lo ocurrido y algunas pistas firmes que no reveló. Candela desapareció el lunes pasado, en la esquina de su casa, mientras esperaba a unas amigas para ir a una reunión de scouts en la parroquia San Pablo Apóstol en Hurlingham.
Según contó una vecina a la policía, el lunes a las 15.15, en la esquina de Bustamante y Coraceros, se oyó una frenada y un grito. Allí aguardaba la niña de 1,60 de alto, pelo largo hasta la cintura, flequillo, quien vestía un tapado negro, una campera negra, un pantalón de jean oscuro y zapatillas de jean. “Los perros de la policía no se movieron de la esquina, eso nos hace suponer que a Candela se la llevaron de acá, porque es en el único lugar donde los perros identificaron su olor”, sostuvo Betina, tía de la joven, quien participó de las marchas realizadas en la casa, en la plaza del barrio y hasta en el colegio.
Las amigas de Candela llegaron entre las 15.30 y las 16 y, al no encontrarla, dieron aviso a su madre, quien descartó que se haya escapado. “No sabe viajar”, dijo y luego agregó “no se iba a ningún lado sola, era una nena obediente”. La directora del colegio donde asiste la joven, la EGB 28, también descartó esa posibilidad. “En ningún momento daba muestras de estar pasando por un problema familiar, así que esa posibilidad yo la descarto”, dijo Marilú Di Pasquo. El tema, agregó, fue tratado en el colegio “sin sembrar pánico, sino desde la prevención y desde la ayuda en todo lo que se pueda aportar para que aparezca”.
Según comentó a este diario una fuente de la investigación, no se sospecha que se trate de un secuestro extorsivo porque no hubo comunicación de los posibles captores. “La madre dijo que recibió anoche (por el martes) el llamado de una niña y creyó que era su hija, pero no podemos confirmarlo”, agregó. También surgió la hipótesis de una supuesta venganza contra su padre, bajo arresto por una causa relacionada con una banda de piratas del asfalto, aunque fue descartada por Casal. La madre cree que podría ser víctima de una red de trata. “Me la robaron”, dijo.
Mientras tanto, familiares, vecinos y compañeros iniciaron ayer “un operativo de pegatina de carteles con la cara de Candela y los números a los que hay que llamar para aportar datos”, contó Betina, la tía, quien contó que antes buscaron en hospitales y morgues. A la búsqueda también se sumaron Missing Children y la Red Solidaria. “Nosotros hicimos el recorrido con perros rastreadores y más de 250 registros domiciliarios con la ayuda de la gente”, contó ayer Paggi, jefe de la Bonaerense, quien informó que hay 330 personas dedicadas a buscar a Candela.
“Se ha dado respuesta investigativa a los miles de llamadas que se realizaron con presuntos datos sobre el paradero de Candela”, contó Paggi durante la conferencia de prensa. Y luego pidió, a quienes tengan datos que aportar, “lo hagan con seriedad”, porque más allá de las comunicaciones útiles, a veces llegan “llamados que no son serios y terminan desvirtuando la investigación hacia otros lados”. “Acá está toda la plana mayor de la fuerza. El ministro Ricardo Casal charló con los padres y puso todos los recursos posibles a disposición de esta búsqueda”, agregó ayer Paggi.
Ayer, a partir de las 17, cientos de personas marcharon por las calles de Hurlingham hasta la plaza ubicada en Bustamante y Vergara para reclamar por Candela y también por otra chica: Maira Sosa, de 17 años, desaparecida el pasado 13 de agosto. Faltó la madre de Candela, que más temprano desplegó sus motivos: “Yo me quedo en mi casa esperando a Candela, no voy a ninguna parte”.
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