Sobre Héctor Horacio “El Topo” Moreira, presunto “autor intelectual” del secuestro y asesinato de Candela Sol Rodríguez, ayer llovieron golpes de todo tipo. Los hubo en formato de declaración testimonial y también de golpes de puño. En los pasillos del cuarto piso de los tribunales de Morón, cuando se dirigía hacia el despacho del fiscal Marcelo Tavolaro, El Topo se topó con un grupo de allegados y familiares del padre de Candela, que lo insultaron y agredieron. El incidente tuvo dos consecuencias: la abuela paterna de Candela se desmayó ante la gravedad de los sucesos y El Topo fue llevado a un hospital porque se lesionó un dedo de la mano al defenderse de la agresión. En la parte judicial estricta, cinco testigos –allegados al padre de Candela– aseguraron que fue Moreira quien habría planificado todo lo que le sucedió a la nena de 11 años. El imputado sigue sin prestar declaración, ahora por el dolor que le provocaba una fractura o fisura en un dedo. Mientras la familia de la víctima insiste en que “ya está esclarecido todo”, la realidad indica que sólo hay datos sueltos que, lejos de cerrar el caso, mantienen en pie las dudas e interrogantes.

Desde hace días, el que maneja la información pública sobre el caso es el mediático abogado Fernando Burlando, que asumió la representación de Carola Labrador, madre de Candela, por intermediación del padre Julio César Grassi, tal como confirmó la mujer. El Topo, según se dijo, cayó preso porque los investigadores recuperaron mensajes de texto borrados de un celular de su propiedad con el que se habría comunicado con Hugo Bermúdez, el supuesto “autor material” del homicidio. Hasta ahora, los datos se conocen con cuentagotas y, como se dijo, a través de Burlando.

Fue el abogado de la madre de Candela quien comentó ayer que había “cinco testigos”, todos conocidos del papá de Candela, Alfredo Rodríguez, que aseguraron ante la Justicia que Moreira fue “el organizador del secuestro y el asesinato” de la niña. Según Burlando, se trató de “una venganza” y habría sido El Topo quien ordenó matar a la nena.

Los incidentes que se produjeron en los pasillos del cuarto piso de los tribunales de Morón ocurrieron cuando los cinco testigos –sus nombres no se conocieron– iban acompañados por familiares paternos de Candela. Hubo insultos, hubo golpes contra el detenido que no pudieron ser evitados por los guardias que lo acompañaban y que lo llevaban esposado. La abuela de la víctima se desmayó y tuvo que ser asistida en un hospital cercano.

A Moreira lo llevaron a la fiscalía, pero se negó a declarar y pidió ser llevado al hospital, donde le hicieron radiografías del dedo lesionado. Sergio Doutres, el abogado de Moreira, sostuvo que los allegados al padre de Candela “no lo conocen a mi defendido, por eso es obvio que alguien se los tuvo que haber ‘marcado’ para que lo atacaran”.

Mientras tanto, horas después del incidente, el que siguió hablando fue Burlando. “El asesinato tiene que ver con una situación de venganza, algún malentendido” con el padre de Candela, sostuvo el mediático abogado. “Lo que refieren los testigos es que Moreira era informante de la policía y en esa circunstancia actuó un poco como Judas, trató de echarle la culpa al padre de Candela. Es un tema complicado, (Moreira) tomó cartas en el asunto e hizo lo que hizo”, aseguró Burlando.

El abogado sostuvo que Moreira fue señalado como sospechoso por el padre de Candela “desde el primer momento”, un dato que no concuerda con lo que se había dicho en el sentido de que el padre recién dio una lista de nombres tras la aparición del cadáver de su hija. Burlando dijo que el problema entre Moreira y el padre de Candela “es anterior a la cárcel”. Rodríguez está detenido, cumpliendo condena por piratería del asfalto.

Burlando señaló que los cinco testigos de ayer aportaron datos sobre “posibles personas que abordaron a Candela, que eran gente conocida y seguramente la criatura hubiese accedido a cualquier tipo de llamado”. Según el abogado, “Moreira hizo mucho más que ser un autor intelectual (del crimen) porque Candela pudo haber accedido a un llamado de él porque lo conocía del barrio” e incluso “haberse subido a un auto para luego terminar secuestrada”. Aclaró que los testigos no hablaron de “L. J.”, el joven de 24 años mencionado como quien pudo haber capturado a la niña.

Burlando agradeció “a la población carcelaria” por sumar datos a un caso que, según él, “ya está esclarecido porque se trabajó con inteligencia”. Los padres de Candela volverán a declarar en la causa “para terminar de cerrar algunas cuestiones”, anticipó Burlando. Por su parte, el abogado Alberto Domínguez, que defiende al albañil Alberto Espínola, detenido en la causa, pidió que peritos de Gendarmería revisen a su asistido, para constatar las lesiones que sufrió por parte de la policía. Domínguez pidió que el caso pase a la Justicia Federal y criticó que haya doce testigos de “identidad reservada”. Al mismo tiempo, aseguró que “ninguno de los detenidos tiene vinculación con Moreira”, pronosticó que “nunca se va a poder confirmar la supuesta autoría intelectual” de El Topo y que su detención “sólo aporta más confusión a la causa”.