El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, arengó ayer a la multitud reunida frente a la Virgen de Luján a defender la vida “de los que van a venir”, para luego exhortarlos a repetir tres veces el lema de la peregrinación número 37: “Madre, ayúdanos a cuidar la vida”. Ese fue el eje de la muestra de fe, la más importante en el país, a menos de un mes de la fecha fijada para el inicio de tratamiento de los proyectos de ley de despenalización y legalización del aborto en el Senado. Para la coordinadora del Centro de Estudios Mujer y Género (CTA), Estela Díaz, “esta defensa tan acérrima de la vida es al menos sospechosa cuando se muestran tantas contradicciones dentro de la misma institución, cuando la vida de niños es vulnerada por curas pedófilos, cuando todavía mantienen una posición de indiferencia frente a los crímenes cometidos durante la última dictadura militar. Por supuesto que el valor de la vida es importantísimo, y nosotras somos grandes defensoras de eso, porque de la democracia a esta parte se han muerto tres mil mujeres por abortos inseguros”.

“Un pueblo que no cuida a los niños y a los ancianos comenzó a ser un pueblo en decadencia”, afirmó Bergoglio al presidir la misa central por la peregrinación juvenil a pie a Luján. Según cálculos policiales, más de un millón de personas participaron de la nueva caminata de 58,8 kilómetros, mientras apenas 30 fieles debieron ser asistidos por descompensaciones leves. En Luján, la Virgen los esperaba, esta vez, en las escalinatas de la Basílica, debido a remodelaciones en el interior del edificio.

La mayoría de los caminantes se ubicó delante del altar levantado frente a la basílica. Todos buscaban hacerse notar entre la muchedumbre. Algunos con pancartas para identificar su parroquia, colegio o lugar de origen, otros con banderas, vinchas, viseras o tatuajes con la imagen de la Virgen. En tanto, los estudiantes del Seminario Metropolitano de Buenos Aires ofrecieron el bautismo a los peregrinos que se habían preparado para ese sacramento. Lo hicieron en un puesto instalado en el Puente de los Escudos, a tres kilómetros de la catedral.

En la plaza Belgrano, además del altar, se instaló una carpa de grandes dimensiones, en la cual los sacerdotes escuchaban la confesión de muchos de los caminantes. Los miles de peregrinos, en tanto, cumplieron con el ritual de pedir, agradecer o simplemente rezarle a la “Madre”.

“Madre querida. Te pedimos por todos tus hijos, los que vinieron y los que van a venir, para que no queden solos y abandonados. Madre, que en tu casa encuentren un lugar”, rogó el arzobispo en su única frase en la que se entendió una velada alusión al aborto. Según la presidenta de Católicas por el Derecho a Decidir, Marta Alanís, “Bergoglio no habló de aborto directamente. Sobre la infancia y las generaciones futuras, este Gobierno tomó medidas como la Asignación Universal por Hijo o las jubilaciones, que nos ubican en un lugar de ventaja con respecto a la región.” “Sobre el aborto fue prudente. Durante décadas la Iglesia viene reforzando el discurso de la defensa de la vida del no nacido. Pero si es por los que están por venir, por las generaciones futuras, nosotras somos las más preocupadas. Para que no vivan la opresión, ni la injusticia que vivimos hoy”, aseguró a Página/12.

Díaz, sin embargo, opinó en diálogo con este diario que “una vez más da cuenta de una visión sesgada de la cuestión”. Cuando hablan de los niños, por ejemplo, “no los hemos visto condenar la cantidad de curas pedófilos que tienen en su institución. El propio Papa fue denunciado por los casos de cientos de miles de niños abusados por sacerdotes de su Iglesia, vidas vulneradas por su Iglesia”. Díaz integra la Campaña que presentó un proyecto de ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo que comenzará a tratarse en Comisión Penal del Senado el próximo 1º de noviembre. Cuenta con la firma de más de 50 legisladores y las adhesiones de 250 organizaciones sociales.

“Es un discurso oportunista y demagogo”, afirmó Díaz y argumentó que “si bien hay deudas sociales, el país avanzó a pasos gigantes con respecto a la infancia y la vejez”. Con respecto a las mujeres, por su parte, “la Iglesia tiene una enorme deuda social y ha demostrado ser profundamente misógina”. Prueba de ello, agregó, es que a pesar de haber “el doble de monjas que de sacerdotes hombres, ellas no pueden acceder a cargos jerárquicos”.

“De la democracia hasta aquí se han muerto tres mil mujeres por abortos inseguros. Mujeres jóvenes que tenían hijos, muertes evitables”, afirmó Díaz. “Esto el Estado debe discutirlo desde las instituciones de la democracia.” La socióloga e integrante de la Campaña Cecilia Lipszyc evaluó que la “sociedad está pidiendo a gritos una ley de aborto” y señaló a este diario que “todas las encuestas realizadas hasta el momento dan más de 80 por ciento de aceptación” al proyecto de ley.

Informe: Rocío Magnani.