Dentro de dos años, “los 40 millones, o más, de argentinos (estarán) identificados a través de la huella digitalizada y de su rostro biométrico”, adelantó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ayer, al presentar el Programa de Identificación Biométrica. Se trata de un “sistema federal de información biométrica digitalizada”, que permitirá cruzar el clásico registro de las huellas dactilares (que ya no serán tomadas como impresión, realizada con tinta, sobre papel) con el registro, también digital, del rostro de la persona. El entrecruzamiento de ambas fuentes de información permite eliminar incertidumbres acerca de identidades: un juego de huellas dactilares sólo puede combinar con un rostro, y viceversa. Desde enero, explicó la Presidenta, el Programa de Identificación Biométrica comenzará a aplicarse a “todos los recién nacidos en todos los hospitales del país”, y paralelamente las fuerzas policiales de todo el país podrán, por convenios con el Estado nacional, adherirse al sistema y compartir información. El sistema de identificación biométrica es el mismo que se aplica, desde su comienzo, en la elaboración del Nuevo DNI y el nuevo pasaporte. El Programa, aseguró, “representa un salto en la seguridad”.

Actualmente, explicó Fernández de Kirchner, la cuarta parte de la población argentina tiene registrada su información biométrica ante el Estado de acuerdo con este nuevo sistema. Hace ya un tiempo “quería hacerlo obligatorio, porque sólo hay 10 millones de identificados (así). Pero temimos por el colapso del sistema. Se tendrá en un plazo de dos años a los 40 millones, o más, de argentinos identificados a través de huella digitalizada y de su rostro biométrico, lo que es un salto cualitativo importante”.

La Presidenta hizo la presentación durante un acto realizado en Casa Rosada, en compañía del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el ministro de Justicia, Julio Alak. Fue ella misma quien informó que la aplicación del programa pudo sobrevenir gracias al desarrollo de un sistema de software de bajo costo que, desde hace meses, viene lográndose en colaboración con Cuba. Fuentes del Ministerio del Interior aclararon a este diario que el apoyo cubano resultó de importancia porque en la región latinoamericana es Cuba el único país que aplica la identificación biométrica de los ciudadanos.

Quienes aún no hayan tramitado un nuevo DNI o un nuevo pasaporte no precisarán, explicaron esas mismas fuentes, presentarse ante oficinas públicas de documentación personal para registrar sus datos biométricos. De momento, el proceso de digitalización recurrirá, para esos casos, a incorporar en el nuevo formato los datos ya archivados.

En cambio, los ciudadanos que nazcan a partir del 1º de enero de 2012 serán incorporados, desde su primer día de vida, al Programa de Identificación Biométrica. “Se trasladará a todos los recién nacidos en todos los hospitales del país”, adelantó la Presidenta. Por ello, dijo, ya se están distribuyendo en todas las maternidades los aparatos para poder tomar huellas dactilares y huellas de los pies. Eso contribuirá a luchar contra “el tráfico de menores (que) es uno de los males de la época en todas partes”, al tiempo que “ayudará psicológicamente a que los padres sepan que el menor recién nacido es realmente suyo”.

El programa, que llegará mediante convenios a todas las policías provinciales y otros organismos de seguridad, permitirá el intercambio de información. Además, el sistema registrará quién ingresa a corroborar datos, y cuáles, algo que “no es una tontería o una cuestión menor”. La Presidenta aseguró, por ello, que el Programa de Identificación Biométrica “representa un salto en la seguridad”, al tiempo que “se trata de la ampliación de derechos y la seguridad de todos los argentinos”.