Domingo, 24 de diciembre de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › UNA ENCUESTA SOBRE LAS PREFERENCIAS FUTBOLISTICAS
Boca no tiene la mitad más uno, aunque está en primer lugar. River está diez puntos abajo. Entre los dos se llevan el 75 por ciento de los hinchas. Un sondeo nacional le pone cifras a la relación de los argentinos con el fútbol. Las preferencias según edad, sexo y nivel socioeconómico. La herencia familiar, el exitismo y la influencia mediática.
Por Eduardo Videla
La simpatía por los colores de un club de fútbol ya no es un atributo que se hereda de padres a hijos, como solía ocurrir hasta no hace mucho. Esa puede ser una de las conclusiones a las que permite arribar la encuesta nacional de consumos culturales, versión 2006, en uno de sus tramos: el dedicado a conocer las preferencias deportivas de los argentinos. El estudio, si bien termina de confirmar que aquello de que la “mitad más uno”, agitado hasta el cansancio por los hinchas de Boca, es un mito, ratifica la inapelable mayoría de la hinchada xeneixe por sobre las demás, superando ampliamente a los de River y ni qué hablar a los demás. La supremacía abrumadora de los dos rivales superclásicos respecto del resto –juntos representan las tres cuartas partes de los aficionados del país– es una muestra de que ya no es la herencia lo que prima a la hora en que los chicos eligen el club de sus amores sino el éxito repetido de esos dos clubes en los últimos quince años. Eso, más la primacía que tanto Boca como River tienen para los programas deportivos de televisión, según la visión de los autores de este estudio. Otra de las revelaciones de la encuesta: los grandes pudieron quebrar la hegemonía del localismo en Córdoba, pero no lo lograron en Rosario, donde canallas y leprosos siguen siendo los dueños de la pelota.
La encuesta del Sistema Nacional de Consumos Culturales, organizada por la Secretaría de Medios de Comunicación de la Nación, arroja que el 41,5 por ciento de la población es hincha de Boca, mientras que el 31,8 por ciento simpatiza con el equipo de la banda roja. Los demás grandes del fútbol de primera quedan lejos de esas preferencias mayoritarias. El mejor ubicado es Independiente, con el 4,8 por ciento, seguido por San Lorenzo (3,3 por ciento), que apenas le gana a Racing (3,2 por ciento) en el porcentaje nacional. Ninguno de los tres, por sí solo, alcanzó a superar a los escépticos hinchas de nadie, que son el 6,8 por ciento de la población. En el lote de grandes se coló Vélez (como lo hizo también cuando obtuvo una seguidilla de torneos, en los ’90), sumando el 1,2 por ciento de las voluntades. Entre todos los demás, chicos de Primera o del Ascenso, suman el 7,2 por ciento de las preferencias.
La encuesta tomó 3051 casos de todo el país, por muestreo, en base a entrevistas cara a cara. Del total, 508 casos correspondieron a Capital y el Gran Buenos y el resto a 34 ciudades del interior del país, desde Salta y Resistencia hasta General Pico y Comodoro Rivadavia.
Si bien las cifras están en línea con los estudios realizados hasta ahora, lo que sorprende a los autores del trabajo es la amplia diferencia que Boca y River les sacaron a los demás en los últimos años en cantidad de hinchas. “Es la misma diferencia que se ve en la cantidad de títulos que obtuvieron esos dos clubes con respecto a los demás, y a la mayor cobertura que los medios les dedican a esos dos equipos. Históricamente, la diferencia no fue tanta, por lo que puede suponerse que la tradicional transmisión de padres a hijos compite hoy fuertemente con la televisión”, dice Luis Alberto Quevedo, uno de los autores de la investigación. El especialista –que dirigió el trabajo junto con Roberto Bacman y Lelio Mármora– sacó la conclusión no sólo en base a los resultados de la encuesta sino a su propia experiencia: ni él, hincha de San Lorenzo, ni su mujer, de River, pudieron evitar –pese a las camisetas compradas desde la primera infancia– que su hija eligiera ser bostera, una decisión tan salomónica que no dejó conforme a ninguno.
Las afirmaciones de Quevedo no son corazonadas de tablón sino que se apoyan en datos concretos como la edad de los hinchas: los de Boca prevalecen en la franja más joven, la de los chicos de 12 a 17 años (52,8 por ciento); los de River, en cambio, predominan entre los que tienen 35 a 49 años (38,6 por ciento) y la franja de los 18 a los 34 años (33 por ciento); los de Independiente tienen su mayor cosecha de hinchas, también, entre los de 35 a 49 (6,2 por ciento); los de Racing, con un solo título nacional en los últimos 40 años, tienen su bastión entre los mayores de 50 años (5,9 por ciento), mientras que sólo el 1 por ciento de los chicos de 12 a 17 jura fidelidad a la Academia. Y si esto no es resultadismo...
“Es que a nadie le gusta ver cómo festejan los demás”, admite Quevedo, apelando a un argumento racional para explicar algo no tan explicable como la pasión.
Al fin y al cabo, se trata de una encuesta y los números, pasados por el tamiz de los analistas, algo dicen. Como pasa en ciertos ámbitos de la economía, ha habido concentración, no de la riqueza sino del sentimiento: las tres cuartas partes de los hinchas de todo el país son de Boca o de River. Cada vez más para los que más tienen. Aunque el éxito no los haya acompañado en esta mitad del año.
Para hablar de exitosos no hay más que ir a La Plata, donde (acaso un consuelo) la mayoría le pertenece a la hinchada de Gimnasia y Esgrima, con el 20,5 por ciento, mientras que el segundo puesto es para Boca, con el 20,1 por ciento y ahí cerca, prendido, quedó Estudiantes, el campeón con el 19,8 por ciento. River está lejos, con el 12 por ciento de simpatizantes. Se ve que al menos en La Plata no rige el paradigma del éxito reciente.
En Córdoba, en cambio, contra lo que suponían encuestadores y legos, no son los cuadros locales los mayoritarios. Boca está al frente con el 31,7 por ciento, seguido por River, con el 28,7 e Independiente, con un llamativo 9,8 por ciento (el doble de su porcentaje nacional) se ubica tercero, relegando al local Talleres al cuarto lugar con el 8,9 por ciento, y a Belgrano, quinto, con 5,6 por ciento. En el 7,7 por ciento que la encuesta engloba como “otros” se ubican seguramente los seguidores de Instituto y Racing de Córdoba, a quienes se deberá pedir disculpas por no figurar en esta encuesta.
Lo mismo corre para otros clubes a los que se llama “chicos”, con muchos seguidores pero no los suficientes como para entrar en una compulsa nacional. Ahí entran desde los de Banfield y Temperley hasta los Tigre y Defensores de Belgrano. Sobre ellos, dice Quevedo, caben dos posibilidades: “Los que además del club de su barrio hayan elegido otro, uno grande, con el cual cada tanto puedan festejar algún título. Y los que se mantienen fieles a los colores del club con el que se identifican, donde van a jugar sus hijos, su lugar de encuentro y de pertenencia”. En este último espacio se encuentran hinchadas con fuerte identidad barrial, como la de Nueva Chicago.
Al revés de lo que ocurre en Córdoba, Rosario todavía exhibe la fuerza de los colores locales. Rosario Central y Newell’s tienen el predominio absoluto, con el 51 por ciento de las simpatías entre ambos, dejando a Boca y a River en el tercer y cuarto puestos, con el 15 y el 14,6 por ciento, respectivamente. Resulta destacable la supremacía canalla, que casi duplica a su rival tradicional en número de simpatizantes: el 33,7 por ciento contra el 18 de la lepra.
Cuando se analizan los datos del Area Metropolitana (Capital y Gran Buenos Aires) puede concluirse que la hinchada de Boca tiene una mayor presencia relativa en el interior. Esto es así porque si bien los xeneixes siguen siendo aquí los primeros, tienen el 35,8 por ciento de las simpatías, seis puntos menos que el promedio nacional. Y aquí el tercero no es Independiente sino San Lorenzo, con el 6,5 por ciento. Los rojos tienen el 6 por ciento de los hinchas y la academia, el 5,8.
Sacando Rosario y La Plata, el fenómeno Boca-River abarca a casi todas las ciudades importantes del país. Y los clubes locales, que tanto luchan por ganar un lugar en Primera División, apenas pueden conseguir un modesto espacio en el corazón de su gente. Es el caso de Godoy Cruz, de Mendoza, que pelea con heroísmo por la permanencia en la categoría mayor y es seguido por menos del uno por ciento de la población de su provincia. O de San Martín de Tucumán, el mejor local rankeado en su tierra, con el 6,6 por ciento, muy lejos de Boca, que tiene el 33,5 por ciento.
¿Qué pasa con las mujeres y los equipos de fútbol? Sólo una de cada diez dice que no es hincha de ningún club (entre los varones, apenas el 2,6 por ciento carece de bandería futbolera). Y si bien las de Boca son aquí también mayoría (37,1 por ciento), las de River están ahí nomás, con el 35,3. Tanto entre los de Núñez como en San Lorenzo, la encuesta indica que hay más hinchas mujeres que hombres. Con los otros clubes grandes ocurre lo contrario.
Dice la encuesta que el placer por el fútbol cruza en forma transversal todos los sectores sociales. Pero cuando desagrega las respuestas según nivel socioeconómico, algunos datos llaman la atención. Por ejemplo, que en el nivel ABC1 Boca saca más ventaja aún con el 42,1 por ciento, y Ríver no hace valer su mote de millonario pues sólo aglutina al 25,7 por ciento de ese sector social.
Así como el fútbol atraviesa por igual géneros, edades y sectores sociales, los medios masivos cruzan por el medio a este fenómeno masivo y dejan allí su impronta de uniformidad. “De hecho, Boca y River no sólo han sido los más exitosos en los últimos quince años sino que ocupan el mayor espacio dentro de los programas deportivos. Y además son los dueños de la mayoría de los héroes del fútbol”, reflexiona Quevedo. “Por eso, es difícil que un chico que recién ingresa al mundo del fútbol elija a otro club. Ese es un fenómeno nuevo: la televisión compite con la herencia familiar y el barrio”. Y en algunos casos, va ganando por goleada.
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