Mejor prevenir que curar. Con esa idea rectora, un grupo de vecinos de Ensenada bloqueó durante la mañana de ayer la entrada de camiones recolectores a la planta de relleno sanitario que el Ceamse tiene en esa ciudad, en reclamo de que el gobierno bonaerense se comprometa a cerrar ese predio. Según los manifestantes, la Justicia ordenó la clausura definitiva del lugar para diciembre próximo, pero “el Ejecutivo no parece dispuesto a acatar” esa medida. La protesta terminó después del mediodía, cuando los manifestantes fueron desalojados por la Guardia de Infantería bonaerense. Además, en González Catán, en las puertas de otro centro de tratamiento de basura, un grupo de vecinos se concentró con una exigencia similar: el cierre de ese relleno.

La manifestación de Ensenada, que finalizó a la fuerza ayer, había comenzado el viernes, cuando los habitantes de la zona montaron una guardia en el portón de entrada de camiones de la planta para evitar que siguieran depositando residuos en el relleno sanitario. Esto impidió la recolección de residuos, durante el fin de semana, en La Plata. Marcelo Martínez, vecino e integrante de la ONG Nuevo Ambiente, afirmó que “hay una serie de indicios que nos hacen temer que el gobierno no cumpla con lo ordenado por la Justicia, ya que, por ejemplo, no realizó las obras para reemplazar a esta planta, por eso ahora pedimos un compromiso oficial”.

Para despejar esas dudas, la gente del lugar pidió “hace quince días” una reunión al gobernador Felipe Solá. Al no obtener respuesta decidieron “en asamblea” llevar a cabo esta medida. “El desentendimiento que mostró Solá al respecto demuestra que no tiene intenciones de respetar lo que dispuso la Corte provincial. Viola y permite la violación de las leyes provinciales”, agregó Martínez, en diálogo con Página/12.

Los lugareños señalan al relleno sanitario como una fuente de contaminación y le adjudican la multiplicación de casos de cáncer y enfermedades en las vías respiratorias en los habitantes de la zona de influencia de la planta. “Ya registramos cinco casos de leucemia en lo que va del año y se suman todo tipo de dolencias pulmonares. Nos están matando. Generan polución en el aire con los gases que despide la basura, los líquidos de los desechos se filtran a las napas y encima arrojan todo el excedente directamente al arroyo Gato, del que toman agua miles de personas”, advirtió Javier Inchauste, integrante del grupo vecinal.

A fines del año pasado, la Suprema Corte de Justicia provincial comprometió al Estado, a través de un convenio firmado por las partes, a que el 5 de diciembre de este año se desactive definitivamente la planta, ubicada en diagonal 74, de Punta Lara, partido de Ensenada. Pese a que desde el propio gobierno bonaerense le confirmaron a este diario esa disposición judicial, a menos de tres meses de la fecha todavía no está pautado el comienzo de las obras necesarias para el cierre.

El titular del Ceamse, Carlos Hurst, le sumó ayer una cuota más de duda al asunto, ya que opinó que “el convenio no obliga a cerrar la planta en diciembre si no se cumplen una serie de condiciones, como la instalación de una planta de transferencia de residuos, algo que hasta ahora no ocurrió”. Sin embargo, en marzo pasado y ante las dudas sobre la concreción de la clausura en diciembre, Solá había señalado que “el pueblo de Ensenada tiene que saber que el gobierno provincial garantizará lo pactado” con la Corte. “Mi intención es llevar tranquilidad a los ciudadanos y sus autoridades en el sentido de que cumpliré con el compromiso asumido”, había agregado en aquella oportunidad.

En González Catán hay otro centro del Ceamse y también allí los habitantes de la zona reclaman su cierre. Por eso bloquearon hasta las 19 la entrada de camiones, en solidaridad con la concentración de Punta Lara. Los manifestantes se reunieron en la plaza central de la ciudad y marcharon hasta el relleno, donde exigieron “un cambio en las políticas de tratamiento de la basura”.

Informe: Eugenio Martínez Ruhl.