“Es una muy buena noticia que se haya aprobado. La demora que venía sufriendo era preocupante”, consideró la especialista Graciela Morgade, directora de la Carrera de Educación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA e investigadora y autora de contenidos sobre educación sexual. Morgade fue una de las expertas convocadas para redactar el borrador de contenidos mínimos. Con algunas modificaciones, el texto se aprobó ayer. En diálogo con PáginaI12, Morgade destacó que se hubiera respetado el enfoque integral de la educación sexual, es decir, “el enfoque de que todas las materias escolares tienen algo que decir de la construcción de la sexualidad porque permite superar el modelo biologista que medicaliza la sexualidad”. Así “se plantea abordar la educación sexual desde dimensiones culturales, históricas, emocionales, éticas y también fisiológicas y biológicas”. También evaluó como “positivo” que “se establece la centralidad de la escuela inclusive frente a las familias” a la hora de definir contenidos. “No se niega la relación parental, pero no se subordina a ella como tampoco pasa en relación con otros contenidos de la escuela. Se dice que en el marco de una relación democrática se tiene que salvar las diferencias de criterios”. Como un “aspecto preocupante”, señaló la opción que se deja librada en los niveles secundarios de relegar la educación sexual a un espacio específico y no a través de un abordaje transversal. “Se corre el riesgo de que no se termine aplicando”, alertó.